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Kickstarter: nuevos proyectos, ideas y miedos

Incertidumbre pesimista de andar por casa
Por Toni Piedrabuena

El otro día acudí a una mesa redonda sobre videojuegos en Barcelona en la que uno de los participantes, ni corto ni perezoso, se mostró en contra de que los “grandes nombres” de la industria se montasen sus crowdfundings y dejasen sin visión y participación a desarrolladores más modestos. Las mesas redondas es lo que tienen, y claro, servidor no se pudo callar: cada uno hace con su dinero lo que le da gana, y si a uno le apetece poner el dinero en el proyecto de Schafer o en el nuevo Larry de Lowe, se hace y no hay más debate. Por otra parte, dicho participante parecía obviar algo base en el micro-mecenazgo: sacarlo adelante es difícil, y los últimos cálculos no son muy optimistas con el éxito de los proyectos.

 

¿Qué porcentaje de culpa tienen los proyectos desarrollados por estrellas del medio en esa cifra? Personalmente, no creo que influya tanto. Es romántico defender esos desarrolladores humildes, pero hoy ser uno de ellos, desgraciadamente, no parece garantía de nada. En todo caso, esos humildes tienen una nueva preocupación en Kickstarter bajo el nombre de An Old-School RPG by Brenda Brathwaite and Tom Hall!. Nombres grandes, proyecto ambicioso y una meta gigante: 1 millón de dólares para llevar a cabo algo prometedor, sin duda. Personalmente, no puedo dejar de pensar que se aleja y mucho de lo que cuesta un desarrollo de las características expuestas en su vídeo de presentación... pero no es más que una opinión. Veamos.

 

166 millones de pesetas es un pastizal, y ellos están totalmente convencidos de lograrlo, hasta el punto de hablar de dos juegos en caso de llegar a los dos millones de dólares. Para el vídeo han reunido a muchas estrellas y citas de gente de la industria y se ve que hay buenas intenciones... tantas como sacar a John Romero mil veces en el vídeo. Curiosa, desde luego, ha sido el comportamiento de Romero en los últimos días con su Twitter: ha pasado de tener un ritmo de tweets bastante vago a no olvidar sus deberes sociales ni un día desde que se anunciase el proyecto. Eso, querido John, no está nada bien para los que te llevamos siguiendo desde hace meses por allí... es oportunista, como muchas de las acciones que estamos viendo en los últimos meses por Kickstarter.


 

Se han abierto las puertas de la anarquía desarrolladora para mucha gente que estaba desaparecida en combate. Y ojo, no es malo, pero tampoco sé hasta qué punto estaban lo suficientemente involucrados en el mundillo antes de que el dólar tocase a su puerta para volver a la industria. Muchos de ellos se habían ido por otros senderos que poco tienen que ver con el “Old-School RPG”. ¿Ahora vuelven? Bueno, soy optimista, creo que será más positivo que negativo, pero recordemos una verdad incomoda de todo el asunto del crowdfunding: ninguno de los juegos estrella que han conseguido salir adelante en Kickstarter ha sido lanzado todavía, y no podemos saber cómo será la tónica de esas obras.

 

Precisamente, el otro día hablaba Chet Faliszek de Valve sobre su opinión al respecto: el 60% de juegos que se financiasen mediante Kickstarter llegarían a buen puerto; el 40% restante se perderá. Faliszek comentaba, además, lo interesante que será ver qué ocurre con “proyectos largos o con estudios sin una gran experiencia. También será interesante ver el avance a lo largo de los dos o tres próximos años”. Aunque parezca que las palabras del de Valve pasaban más por promocionar el Steam Workshop a la hora de hacer mods que otra cosa, también pone sobre la mesa un debate interesante: ¿qué pasaría si la cifra, aunque quedase en un 5%, fuese cierta? Estaríamos ante un problema francamente gordo del que todavía no hay excesivas respuestas, o al menos, alguna que nos satisfaga.

 

No existe todavía un ejemplo entre los grandes que ilustre una crowd-catástrofe, y creo que entre todos los usuarios y medios existe una especie de morbo por ver un desastre. Yo no deseo que eso ocurra, pero no quita que sea una posibilidad. A muchos les ha superado las expectativas que tenían en un principio y les está ocasionando más dolores de cabeza de los que podía esperar cuando se planteó la posibilidad del crowdfunding para llevar a cabo sus inquietudes artísticas y lúdicas. Y no hablo de videojuegos únicamente: hablo de todo los proyectos que pueden financiarse mediante el presente método, que no son pocos y no parece haber límite.

 

credenciales

Curriculum ligerito de los que participan en el proyecto del Old School RPG de Brenda y Tom

 

Los miedos del tipo de la mesa rendonda del otro día son, como lo mio, una mera opinión de los engranajes del crowdfunding: una nueva norma que viene a sobre-escribir lo que pensábamos que de ninguna manera se podía hacer a la hora de desarrollar videojuegos. Se abren puertas para todos, estrellas y humildes, pero también se abren problemas y debates que son fácilmente asumibles por unos y difícilmente solucionables por otros. ¿Hay malos y buenos en la presente historia? Lo dudo, pero el guión está todavía por escribir y estoy seguro que será algo apasionante.


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