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Jugar lento alarga la vida

Los deberes se hacen en el cole
Por Adrián Suárez Mouriño

¿Te has propuesto alguna vez “jugar lento”? Este es un placer que las redes sociales, la vida, la actualidad, las tendencias y los hashtags nos han arrebatado. ¿No te ocurre que, a veces, te ves a ti mismo apurando un juego porque te lo tienes que acabar? Y cómo no verse en estas, ¡hay una tremenda lista de videojuegos que me tengo que terminar tras este! ¡Y en tres días sale ese juegazo que llevo tanto esper….! Uy, que hay una nueva ola de ofertas en Steam.

 

Es desesperante, ¿verdad? A mí esto me pasa muchísimo, y tiene sus consecuencias. Te pierdes muchísimas cosas del juego, te acaba molestando cada vez que el juego presenta un tiempo de carga, un desvío del camino… Y los defectillos se ven enormes. Nos dejamos un montón de títulos a medias, y nos molesta, porque querríamos acabárnoslos. Diría que esto nos ocurre más a los que curramos en prensa, pero lo cierto es que nos pasa a todo.

 

 

Pues bien, hay una solución: jugar lento. Jugar despacio, aprender a pararse y mirar. Y hay videojuegos que, o los disfrutas así o te parecerán un mojón del tamaño de Midgar de grande. Jugar Final Fantasy VII a las prisas, por ejemplo, e incluso su remake, te estropearán la experiencia. Porque son títulos en los que detenerse a hablar, a observar y a hacer el idiota. Con los Yakuza ocurre lo mismo, pero los videojuegos que más me gusta cómo me exigen a jugar lento son los de (cero sorpresas, que ya nos conocemos) son los de Miyazaki.

 

Y esta semana llega Demon’s Souls. Este título no es el más perfecto de su autor. No perdamos nunca la perspectiva de que es un remiendo de un proyecto fallido, es un videojuego muy personal y experimental, con fallos, atrancos más molestos de lo habitual, el p**o Valle de la Corrupción o la difícil segunda mitad de la Torre de Latria. Pero es por todo esto por lo que Demon’s Souls es tan especial; porque toma riesgos, pero para saborearlos hay que jugar lento.

 

Es un juego tan c****n que te deja elegir qué mundo hacer y en qué orden, pero en todos te sientes un mindundi, carne de cañón. El primer nivel, el que conduce al jefe conocido como Phalanx, es un infierno en el que solo entenderás, si juegas lento, que hay una palanca al final del castillo para abrir el portón que conduce a él. Pero incluso aunque lo sepas, si no juegas lento, te perderás un par de encuentros maravilloso.

 

Descubrir las cosas a través de una guía no ofrece la misma satisfacción que hacerlo jugando lento. Porque, a día de hoy, si te decides a hacerlo, si tomas la determinación de que no importa llegar al final de juego hoy, si te limitas a jugar solo un par de horas al día, llevándote la partida en la mente cuando no juegas, te desintoxicarás.

 

No hace falta que lo hagas con Demon’s Souls. Yo lo estoy haciendo ahora con Nier Automata. Y funciona. Sed felices. Jugad lento.


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