Jugad a Super Metroid, queridos lectores

Todos tenemos un videojuego al que volvemos año sí, año también, para rejugar casi de memoria y por pura nostalgia mecánica. Ya no es ni una cuestión de disfrutar el juego, me temo, sino de refrescar tus recuerdos infantiles para que nunca se esfumen del todo. En mi caso, dicho juego es Mega Man 3, pero si tengo que elegir un segundo juego para llevar a cabo este proceso, os aseguro que Super Metroid sería el elegido. 

 

Puede que Final Fantasy VI, Super Mario World o Killer Instinct sean juegos de mi infancia con la SNES que recuerdo como mucho más influyentes en mi vida, pero Super Metroid era algo superior a mí con lo que me gustaba enfrentarme y llegar hasta donde mi cuerpecito aguantara. No me lo llegué a terminar jamás hasta pasado mucho tiempo, cuando ya no era un niño, pero los recuerdos de infancia, adolescencia y principios de mi vida adulta se entremezclan alrededor de este juego.

 

 

Ese es mi particular caso con Super Metroid, pero no significa que todos lo hayáis vivido así, si es que lo habéis jugado alguna vez. Lo he rescatado una vez más con su lanzamiento en New Nintendo 3DS y por eso estoy hablando ahora de él. Esta versión es lo que cabría esperar de una buena recuperación de un clásico: se ve como en la SNES, se controla bien y no tiene ninguna cosa rara que lo aleje de las sensaciones que debe producir más allá del cambio de plataforma.

 

Es una lástima la exclusividad en la 'New' consola, pero qué le vamos a hacer: Nintendo tiene que sacar dinero de todo lo que produce, como buena empresa que es. Podéis comprarlo en Wii U también, o buscarlo por eBay sin caja, que cuesta dos duros, si queréis jugarlo por primera vez como dios lo manda; pero cualquier formato es suficientemente bueno. No os voy a decir que (no) lo emuléis porque este tema es complicado y ya sabéis que la piratería está mal, pero debéis jugar a Super Metroid.

 

 

Las razones son bastante sencillas: pese a ser un juego desfasado a nivel gráfico, que no consigue esa fidelidad en la atmósfera y los escenarios que ahora mismo ofrecen juegos como Alien Isolation o SOMA en lo que a ciencia ficción y mundos oscuros y angostos, sé que hasta el más neófito puede flipar con el detallismo, el mimo y la historia incrustada en cada uno de los escenarios del juegos. Si a ello sumamos la solemne banda sonora y los gráciles movimientos de Samus, tenemos un juego en el que es imposible no meterse por mucho que solo haya 256x224 píxeles en la pantalla.

 

Y por mucho que ahora el backtracking de Super Metroid sea algo pesado dado lo acostumbrados que estamos a que nos lleven más de la mano y valoren más nuestro limitado tiempo como jugadores, las lecciones que muchos desarrolladores de videojuegos aprendieron de este juego son palpables a día de hoy. Me atrevería a decir que la mayoría de tropos de la aventura moderna del videojuego pueden encontrarse en la saga Metroid de un modo u otro y que este juego fue el que culminó dichas ideas y las expandió más adecuadamente.

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