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Juegos que ayudan a la salud mental

Recomendaciones que, quizás, vienen bien
Por Brenda Giacconi

En una época de incertidumbre, malas noticias constantes, falta de empatía, aislamiento colectivo y dudas sobre el futuro, apenas sorprende ver que el 65% de la población muestra síntomas de ansiedad o depresión. No obstante, todo este cúmulo de desgracias, tanto públicas como personales, ha dado como resultado que la gente se abra lo suficiente como para que la salud mental sea más relevante que nunca. En otras palabras, hay cada vez más visibilidad.

 

Coincidiendo en una semana en la que se encuentran el Día Europeo de la Depresión (6 de octubre) y el Día Mundial de la Salud Mental (10 de octubre), viene bien tener en cuenta algunas opciones relacionadas con los videojuegos que destacan por su incisión en el tema. Pequeños títulos que se alejan de la mera distracción que tanto caracteriza a este hobby y se centran exclusivamente en la profundización de los demonios propios. Ya sea porque logren explorar una faceta propia que intenta ocultarse a toda costa, o porque se desarrollen en ese ámbito virtual en el que el usuario se encuentra cómodo, la pequeña ayuda de estos juegos puede resultar efectiva.

 

Antes de empezar a hablar de los juegos en cuestión, recomiendo tomar estas alternativas con pinzas. Cada persona es un mundo, y cada depresión, ansiedad u otros condicionantes negativos de la salud mental afectan de manera diferente. Por lo tanto, los videojuegos no son el remedio milagroso que se necesita en estos casos, ya que lo más recomendable es visitar a un profesional.

 

Celeste

 

Si bien este entretenimiento servía más para distraernos en un mundo fantástico que para abordar una realidad que queremos evitar, la madurez del medio ha conseguido que se traten todo tipo de temas anteriormente considerados “tabú”. Y la importancia de una buena salud mental es uno de ellos, a veces representado de manera explícita, y otras mediante metáforas extrañamente acertadas. Celeste y Sea of Solitude son dos títulos que, si bien proponen una aventura distinta, se entiende como un reto personal e importante para una protagonista perdida entre sus demonios. Y el denominador común es la antagonista: una imagen alterada e iracunda de ellas mismas.

 

Esta lucha no consiste en aplastar al enemigo, sino comprender que éste forma parte de ellas y que eso les hace ser tan válidas como cualquiera en un camino lleno de retos y momentos de inflexión que ponen a reflexionar al jugador. Historias que intentan describir la ansiedad, la sensación de fracaso y de no ser suficiente, pero que les da la vuelta para observarlas desde un prisma diferente, desde fuera y admirando todo el recorrido caminado.

 

Evidentemente, y como ya he dicho antes, cada individuo puede sufrir de manera diferente los estragos de una salud mental invadida por pensamientos intrusivos, por lo que podría no sentirse identificado con los personajes de cada obra. Y esto es totalmente comprensible, pues la complejidad y percepciones propias sobre el asunto son únicas en cada uno. Por eso, las siguientes alternativas de las que hablo son lo suficientemente flexibles como para utilizarse de mil maneras.

 

Kind Words

 

En medio de una vorágine de noticias inmediatas, exclusivas desoladoras y contacto humano restringido, los videojuegos online han salvado algunas tardes. Hemos visto el éxito de algunos títulos como Fall Guys, Among Us o el reciente Phasmophobia que constituyen entregas de diversión frenética con amigos. No obstante, y a pesar de que con esos nombres nos podemos echar unas buenas risas, hay tardes tranquilas en las que se prefiere una charla lenta; un intercambio pausado de ideas.

 

Kind Words es un juego que sucede exclusivamente en una habitación virtual cuyo entretenimiento se basa en la escritura de cartas a jugadores de todo el mundo. Como bien dice su nombre, suelen ser mensajes de apoyo y ánimo que llegan al escritorio pixelado del usuario siguiendo el concepto “wholesome” que, de tanto en tanto, viene bien leer. Por otro lado, la app Slowly continúa esta línea en el formato móvil, pues conecta a personas de cualquier parte del planeta para convertirse en amigos por correspondencia. No obstante, cuenta con la peculiaridad más real de todas: si se escribe una carta, ésta tardará lo mismo en llegar al destinatario como si de una entrega de correos se tratara. Esto puede significar días o semanas de espera para recibir una respuesta.

 

De este modo, ambas opciones invitan a crear cartas largas dando pie a la reflexión de todas las ideas que en ellas se vuelcan. Y, gracias a esta lentitud casi necesaria en la conversación, la expectación por la contestación crece y se torna más cálida y cercana, alejándose de la frialdad e inmediatez de los chats actuales.

 

HabiticaRPG

 

Y, aunque de primeras suene a idea demasiado básica, me gustaría terminar con una app de organización de tareas. Porque Habitica utiliza un estilo RPG bastante original para animar al cumplimiento de actividades diarias o aquellas que se tienden a aplazar hasta el fin de los tiempos. Lo más interesante de esta aplicación es la posibilidad de tomar como tarea cualquier cosa que cueste realizar. Esto incluye tanto a los proyectos que necesitan semanas de trabajo como al simple acto de levantarse de la cama, que puede resultar casi imposible cuando se tiene un día oscuro. El usuario atribuye la dificultad de cada acción y, basándose en esto, el programa suma más o menos puntos de experiencia. Con el tiempo se pueden comprar misiones, mascotas, objetos y equipamiento que amplían la experiencia de juego como tal, pero como ya he dicho, el jugador adapta sus tareas y puede cambiar la intensidad de cada tarea como desee.

 

Repito una vez más que invertir tiempo en estos videojuegos y aplicaciones no garantiza absolutamente nada la mejora de la salud mental del usuario. Quizás va bien para comprender su condición desde el punto de vista externo, o puede que encuentre personas que sientan lo mismo y se conviertan en amigos por correspondencia. Hay muchas posibilidades, y no todas son positivas, pero cualquier pequeño paso que se dé, aunque sea en un entorno virtual que permita reflexionar, puede marcar una ínfima diferencia. Y, si sufres depresión o cualquier tipo de problema relacionado con la salud mental, acude a un especialista. Ése es el verdadero camino hacia la cura.


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