Juegos demasiado japoneses que se atreven en occidente

Los usuarios más hardcore de Wii siempre echarán en cara la falta de interés de Nintendo por llevar determinados juegos fuera de Japón. Ha habido casos más flagrantes y sonoros como el de Disaster en Norteamérica o todo el periplo para que localizasen The Last Story o Xenoblade Chronicles, pero la desaparición de Captain Rainbow y Zangeki no Reginleiv siempre será motivo de rencor.

 

 

Hay muchos más casos, claro. Juegos como los de la saga Yakuza cuestan sangre, sudor y lágrimas para que lleguen a Europa en condiciones, Osu! Tatakae! Ouendan! fue transformado en Elite Beat Agents por ser demasiado japonés para aún así darse un gran batacazo en occidente (y quienes disfrutaron del original japonés, quieren más), usuarios que siguen pidiendo la llegada de Fantasy Life,... Hay poco riesgo a la hora de confiar en que el público occidental aceptará las creaciones más japonesas sin ningún cambio, pero cuando se arriesgan, acaban trayendo las mayores rarezas.

 

Y a pesar del poco riesgo, hay intenciones de que las Nintendo 3DS occidentales reciban una rareza (que ha triunfado en Japón) como es Tomodachi Collection. Y la verdad, cuesta creer que un juego tan basado en el costumbrismo japonés y en el humor absurdo con Miis pueda llegar a triunfar aquí tanto como allí.

 

 

Ocurre lo mismo con Hatsune Miku: Project DIVA f. En occidente sólo los más metidos en la red de redes saben quién es la idol virtual salida de Vocaloid, pero puede que eso no sea ni siquiera necesario para creer que un juego puede tener éxito o no. Ni siquiera estos musicales son un género excesivamente popular en occidente, menos aún con una BSO compuesta por J-Pop, pero aún así, lo intentan, y PS Vita recibirá su versión en marzo.

 

 

¿Qué diferencia puede haber con otros juegos demasiado japoneses como Idolm@ster que ni se molestan en intentarlo? Es de agradecer que incluso con las expectativas de bajo éxito se atrevan a lanzar este tipo de juegos en occidente, ya que por muy reducido que sea, siguen teniendo su público. Pero cuando se trata de gustos minoritarios como juegos costumbristas, shmups, musicales o incluso RPGs, que llegue un juego o no es una lotería en la que tienen que ver tanto las ganas de una compañía por promocionarlo como las ganas de los usuarios por demostrar su interés.

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