Jubilar el Síndrome de Diógenes en los juegos manga para prosperar
Con la llegada de la fiesta más importante dedicada al manga en nuestro país, es obvio que nos paremos a pensar en la importante relación entre las viñetas y animación japonesas con nuestra industria, y ante los numerosos lanzamientos que acontecen cada año relacionados con dichos héroes de historietas semanales y el cercano lanzamiento de la nueva generación, parece complicado obviar el pensar en clave futuro e intentar adivinar qué ocurrirá durante los próximos años con esos juegos.
La salud de la que gozan los mangas más populares está fuera de toda duda, y parece garantizado que seguirán saliendo títulos basados en los One Piece, Naruto, Hokuto no Ken, Dragon Ball y compañía. La dilatada trayectoria de algunas de las presentes franquicias nos lleva a hablar de juegos en consolas de 8 bits, algo de lo que muy pocos juegos podrían vacilar a día de hoy. Ya que hablamos de ello, más allá de que todos divagan en una temática entre el fighting, el beat’em up y el hack’n’slash, todos parecen apostar por un mismo concepto que se repite en prácticamente todos los juegos inspirados en dichas aventuras: un síndrome de Diógenes completista.
Y ahí quedan ejemplos como los últimos Naruto o Dragon Ball, que añaden personajes de sagas absolutamente olvidadas y redundantes. ¿Recuerdan a Haku o a Zabuza? Siguen saliendo. ¿Sabrías decirme de qué color es Kiwi? En algún juego ha sido seleccionable, y en la serie prácticamente ni se le llegó ver luchar. ¿Se comprende algo de lo que acontece en esos rosters infinitos repletos de selecciones del todo absurdas que a nadie interesan? Lo que parece es que en esos juegos se acaba apostando más por la cantidad que por la calidad, y como se encargaba de recordarnos Adrián Suárez hace unos días, Gokuh y compañía tienen mucho trabajo a nivel jugable como para preocuparse de otras cosas.
Casos como el de JoJo’s Bizarre Adventure de CyberConnect2, que apostó por un juego de calidad con un mimo absoluto por una obra que prácticamente no ha sido animada debería ser un ejemplo para muchas firmas que se empeñan en hacernos pasar por caja cada año por nuestros personajes favoritos pero que a la hora de la verdad no innovan en prácticamente nada. Y resulta inevitable volver al caso de Dragon Ball, que ha firmado una generación absolutamente lamentable y sin apoyarse prácticamente nada en la potencia que ofrecían las máquinas de actual generación.
Cambiaría uno de esos juegos con trescientos personajes por una batalla digna entre Gokuh y Vegeta a los mandos de mi Dual Shock 3. Que la mayor novedad del futuro Battle of Z sean las batallas entre varios jugadores y la aparición de los villanos de la nueva película dice mucho de lo conformista que es el público y los estudios que desarrollan. Más CyberConnect es lo que necesitamos.
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