Iwata: «Hacemos juegos, no arte»

Desde que el videojuego ha dado el salto a las 3D y se ha permitido ser más cinematográfico para conseguir expresar más, se ha dado el debate de si este medio es o no un arte. Una discusión interesante que para muchos puede tener muchos matices mientras que para otros puede no tener argumentación posible. Sea como sea, este negocio tiene muchas lecturas posibles, pero Nintendo pretende mantenerse siempre en la más llana, la de entretener como forma de ocio.

Tras la publicación de las cifras de Nintendo con las que se hace evidente el batacazo de Wii U que la compañía se empeña aún en no reconocer, ha hablado Satoru Iwata en una entrevista con el Toyo Keizai, y tras explicar su punto de vista de las bajas cifras de Wii U, se metía de lleno en un terreno fangoso.

«Es difícil decir que Wii U es un sistema que hace esto y esto otro de una forma sencilla, y entenderlo lleva tiempo. A pesar de que desafortunadamente hemos tenido un período en la primera mitad de 2013 en el que los lanzamientos eran escasos y las ventas de hardware flojeaban, no creo que el concepto y el potencial de Wii U hayan sido rechazados.»

Aquí muchos intervendrían para decir que normal que no quieran hacer arte, porque no pueden conseguirlo haciendo videojuegos. Según definición de la RAE, arte es una manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, algo que podría encajar con el tipo de videojuegos que se crean hoy en día.

Como visión personal y desinteresada para excitar vista, oído o tacto, se han englobado hasta hoy en día la literatura, la música, la arquitectura, la danza, la escultura y la pintura, con un gran asterisco donde añadir el cine a pie de página, y aquí se podría contraargumentar que el videojuego no es arte porque en ningún caso es una actividad desinteresada, pero también hay que partir de que las obras que hoy en día se consideran arte, rara vez fueron hechas como algo altruista o por amor al arte, sino que Beethoven o Van Gogh buscaban vivir de ello.

El problema con los videojuegos actuales es que, como producto comercial, al igual que el cine, pretende englobar muchas artes en un disco. Juegos que siempre generan la polémica y que siempre son utilizados como argumento como Shadow of the Colossus o Metal Gear Solid 3, son un conjunto de muchos esfuerzos bien dirigidos, y al final es ese director quien se atribuye los méritos de la supuesta obra. Fumito Ueda o Hideo Kojima, ¿artistas? Tan artistas como Stanley Kubrick, David Fincher o Quentin Tarantino. ¿Y por qué ellos y no sus programadores o sus técnicos de iluminación?

Claro que como en muchas artes, gran parte de la importancia que se le da a una obra o un producto, o incluso la diferencia entre lo que sí es arte y no, viene dado por una percepción puramente subjetiva. ¿Se puede considerar arte a lo que hizo Tchaikovski igual que lo que hace Pablo Alborán? Evidentemente no, sin embargo, según el círculo donde se pregunte, ambos son considerados artistas. Y en nuestro medio, más de lo mismo. ¿Por qué Shadow of the Colossus ha de ser arte y Blades of Time no cuando ambos cumplen con la función de hacernos interactuar, entretenernos y contarnos una historia?

Y esto sería sólo el principio. Un concepto tan abstracto y tan vagamente tangible es un motivo de discusión recurrente en el entorno de los videojuegos, cuando la apreciación del arte está en cada espectador. ¿El videojuego es arte o no? Etiquetas, etiquetas,... ¿Por qué no podemos simplemente disfrutar de una afición?