Internet mató al aventurero

Lo reconozco. Soy un débil. Un flojo. Y un impaciente. A la que estoy atascado en una aventura y no encuentro la salida, busco la solución en la guía de turno, un hecho que no pasaba veinte años atrás. ¿Podemos hacer algo para remediarlo?

Ya he dicho que no soy el mejor aventurero posible en cuestiones de paciencia. Y creo que, aunque hay jugadores que tienen una mayor virtud que la mía, es un hecho inherente a los tiempos que vivimos en la actualidad donde Internet nos lo da todo masticado. Ya sea a través de Gamefaqs, o las próximas guías que prepara Steam, o en YouTube, las soluciones a cualquier juego  están a un par de clicks distancia. No mucho más.

La semana pasada tuve la oportunidad de jugar a The Cave antes de su estreno (de hecho, aquí tenéis nuestro análisis) y tuve que acercarme a él como lo habría hecho en los viejos tiempos. Al no tener salida comercial, todavía no había guías, videoreviews o foros con soluciones. Me tocaba buscarme las habichuelas. Y reconozco que en más de un momento habría tirado la toalla pero no me quedó más remedio que tirar de inteligencia y resolver los puzzles por mí mismo.

Gracias a que los puzzles de The Cave no son excesivamente complicados y a que no me quedaba otra que tirar p'alante para resolverlos, fui saliendo del paso poco a poco. Qué narices, recuperé aquella sensación de recompensa que te producían las aventuras gráficas de antaño cuando sólo eráis tú y el ordenador (y, como mucho, tu grupo de amigos). Una sensación que se ha ido perdiendo con el tiempo por el me-conecto-a-Internet-busco-la-solución-y-me-paso-el-juego-en-un-periquete.

¿Se puede combatir contra esta cultura que le roba a la aventura su rasgo característico? Creo que hay formas de hacerlo y que se deberían potenciar más para que el jugador siga tirando de ingenio y no recurra a la solución fácil. Creo que las aventuras deberían reconocer el momento en el que el usuario está perdido y sugerirle vías alternativas. Creo que dar una sola solución a los puzzles tampoco ayuda en exceso.

Volviendo a The Cave, muchos fueron los momentos en los que eche de menos, como ya hacen algunos juegos, que el mismo título me diera la mano para llevarme hasta algún lugar que pudiera servirme de indicador para saber cuál era el siguiente paso a dar. 

Puede que, en el fondo, sea un mal jugador y que no sobresalgo con las aventuras, pero también me parece que los estudios podrían jugar un papel más importante para potenciar el rol del jugador. A fin de cuentas, lo divertido de un Fate of Atlantis era cuando descubrías la solución a un puzzle y se te hinchaba el orgullo hasta las nubes. Recuperar esa sensación debería ser prioritario.