1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

inFAMOUS: Second Son ¿le pedimos demasiado a la industria?

Cuando los juegos no se adaptan a nuestros deseos
Por Rafa del Río

Para hoy tenía preparado un texto de inFAMOUS: Second Son hablando de su presentación, de sus primero minutos, de su jugabilidad y de ese gran desconocido que es, para muchos, Papertrail. Sin embargo he leído el análisis y expansión de mi compañero Dayo y he tenido que empezar de cero, porque, lamentándolo mucho, NO estoy de acuerdo con su punto de vista. 

 

De idealismo y conductas humanas

De un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda el marcar con una cruz a un título, esperar que nos dé la respuesta última al universo, la verdad y la vida -42-, y luego quejarnos porque no se ha convertido en la obra maestra que contuviera todo lo que a nivel personal nos habría gustado encontrar. Thief se criticó porque no aprovechaba el entorno político en el que estaba ambientado, y sin embargo a mí me parece perfecto. ¿Por qué? Porque Garrett no es Corvo. No es un político ni un ideario, es un maestro ladrón, y el personaje se adapta a la realidad en la que se desarrolla su historia, una historia que tenemos que poner un poco de nuestra parte para comprender en profundidad y que conocemos a través de cartas, documentos, conversaciones... a las que hay que dedicar más de ocho horas para llegar a captar. ¿Que no tiene crítica social? No es necesario, y aún así, sí que la tiene. Algo tan tonto como la rebelión de los Grabados y el cómo la situación de violencia y caos se repite tras estar éstos al mando tiene mucho más contenido que muchos guiones elevados a la categoría de Dios por obra y gracia del "yo creo".

 

 

Algo parecido pasa con este segundo hijo -terecero de la saga en realidad- de Sucker Punch. Dayo es un tipo excelente, escribe que da gusto y tiene estudios, no hay más que leer sus textos, pero aún así comete un "pecadillo" a la hora de analizar ciertos títulos: Mirarlo desde el punto de vista del "tendría que haber sido" y no del "lo que es". Si Sony hubiera prometido un título de crítica política que hiciera tambalear nuestro sistema de creencias, no podría menos que darle la razón y aplaudir un análisis digno de un día lúcido de dePalma. Lamentablemente no es así. Cuando se presenta una nueva generación, los primeros exclusivos han de tener vocación universal, es ley de vida, y los chicos de Sucker Punch lo habían advertido: Será un título dedicado a adolescentes.

Y así ha sido.

¿Hay crítica social? Claro que sí, todo lo que rodea a inFAMOUS desde el principio se ha alimentado de un enfoque cercano a lo que pudimos ver en la novela gráfica de los X-Men "Dios Salva, el Hombre Mata" y que después repititó "Watchmen" con mucha más fortuna. Lo más irónico-trágico del asunto es que no se trata de una crítica social infantil que pierde fuerza por lo machacón del asunto como sucediera en el tan alabado Spec Ops: The Line. Y es que dejando a un lado lo impresionante que nos pareciera esa Duwai postapocalíptica, Spec Ops perdía fuerza a base de "mira que historia más chunga" hasta el punto de lo ridículo. A mí terminó haciéndome gracia y, finalmente, aburriéndome. Lo de inFAMOUS es, sin embargo, una enseñanza oculta, que se insinúa como tanto le gusta a mi compañero, en vez de cogernos poor el cuello y darnos de morros contra ella a base de imágenes desagradables para que seamos conscientes de lo que quieren contarnos.

 

 

La importancia de un guión

Ya hemos hablado mil veces de la importancia de un guión, de algo que haga que llegar de A a B no sea tan sólo una sucesión de tiroteos mecánicos y caminar (como en Spec Ops The Line, ejem ejem).  Los juegos han de tener un guión. Puede ser un guión sencillo o elaborado, uno bueno, o uno malo, uno triste, uno alegre o uno, simplemente, repetido. Decir que inFAMOUS no tiene guión me parece atrevido. Puede no gustarte la narrativa -para mí, la verdad, cumple de sobra-, y puede que no sea de la calidad que esperabas, pero como ya digo, hay guión. Un guión que cumple de sobra, que es más que apropiado para ese 16 de Pegi que luce en la portada, y que en un par de días desarrollaré en el artículo que tenía programado y que he tenido que meter en la nevera para darme prisa con éste "vamos a relajarnos". 

 

La narrativa en secuencias cumple de sobra con el epíritu de la saga, la presentación de los personajes es más que apropiada, y la forma de contarnos la historia al principio es correcta, insinuando, demostrando, enseñando y dejando que saquemos nuestras propias conclusiones. Me ha resultado chocante sentirme tan cercano a Delsim, su hermano, Betty y el resto la tribu, y leer que los personajes cumplen porque logran ser recordados. Los diálogos me han parecido divertidos, las conversaciones telefónicas con UPyD, perdón... DUP, me han arrancado una sonrisa, y no he visto la hora este fin de semana de poder sentarme a echar una partida a Second Son y relajarme. 

 

 

Hipocresía industrial

Al margen de que la crítica sea insinuada, real o ficticia, creo que en todo esto hay una hipocresía bestial que se está apoderando del mercado sin que lleguemos a darnos cuenta. Y no, no me refiero a mi compañero Dayo,de quien ya he dejado claro que es un profesional como la copa de un pico al que ya me gustaría poder acercarme cualitativamente. Ná. Me refiero a la industria en general.

 

En primer lugar hay hipocresía porque a determinados títulos se les exige una serie de estándares que poco o nada tienen que ver con los videojuegos en sí: A nadie se le ocurriría pedirle a Peppa Pig (o a Dora la Exploradora, si no tenéis críos cerca) que nos diera una clase de política avanzada en sus capítulos. Peppa es lo que es, dibujos animados para críos, y como tal producto funciona estupendamente. Algo parecido pasa con Titanfall: Microsoft saca un exclusivo en red y todo el mundo aplaude, porque lo único que se valora en su técnica y su jugabilidad, al margen de historia, argumento, guión y, ya que estamos, conexión. En este contexto no comprendo por qué inFAMOUS tenía que ser un título de Naughty Dog, ni por qué tenía que alcanzar los estandares de una obra para adultos concienciados cuando, desde la propia compañía, se había dicho que no era eso lo que pretendían. 

 

El otro punto que me desquicia y que me parece hipócrita hasta niveles insospechados es el lugar desde el que se pretende llevar a cabo la denuncia: Los videojuegos. Un mercado multimillonario que, francamente, podría hacer mucho más por el planeta. No voy a enrollarme con temas ecológicos, con el planteamiento tan duro de los niños soldado del que en su momento nos habló Beyond y que parece que Kojima está tratando de traer a la plaestra ni de la injusticia social a la que da lugar el capitalismo y de la que el mundo del entretenimiento digital, como casi todos los mercados, se aprovecha. Ná. Sólo voy a decir que no seamos tan inocentes y que veamos que muchas de estas críticas tan constructivas y que parecen desear mejorar al mundo desde el punto de vista de la información y la publicación son, en la mayoría de las ocasiones, tan hipócritas como escribir un manifiesto comunista en el reverso de un cheque al portador

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>