Hollow Knight en Switch, cuando los reestrenos te mejoran sin tocar nada
Somos seres de costumbres. Nos gusta el contacto con lo familiar, con lo conocido, y tanto por voluntad como de manera inconsciente terminamos recurriendo a lo mismo. Desde que se estrenó Nintendo Switch he ido dándome cuenta de que elijo, cada vez más, a qué juego con la comodidad como factor decisivo. Cosas de la edad, también, supongo. Los findes me animo más a jugar en PC y me apetecen más las partidas de salón, mientras que entre semana prefiero rascar ratos muertos con el móvil, la 3DS o Nintendo Switch.
Esta manía, poco a poco, ha ido haciendo mella. Ahora los géneros me parecen más o menos atractivos en función del contexto, dependiendo de dónde voy a jugarlos, incluso pasando por encima del rendimiento. Dame un juego de lucha en consola porque me apetece más jugarlo desde el sofá, si estoy en la silla con el PC ponme algo potente, si estoy estirado en la cama que sea con algo que pueda pausar en cualquier momento, y así. Por eso último he jugado mucho más a Stardew Valley en Switch, el más vendido de la consola en 2017, y por la misma razón esperé a que Hollow Knight se estrenase en ella para echarle el guante.
Los metroidvania funcionan de maravilla en portátil. No es algo que diga solo un servidor, es algo que se extrae de las más de 250 mil copias vendidas del juego en las dos semanas que lleva en la eShop. Obviamente la calidad importa, pero que en apenas quince días se haya alcanzado casi una cuarta parte de lo que el juego lleva vendido en PC desde febrero de 2017 debe significar algo. Pongo la mano en el fuego a que Bloodstained: Ritual of the Night también tendrá buenas cifras en la máquina de Nintendo.
Y es que, como ya se ha dicho varias veces, Nintendo Switch no es solo una nueva consola sino también una nueva manera de entender el videojuego. Antes ya elegíamos en función de las características de cada sistema, pero ahora esa misma situación viene influenciada por factores más diferentes -que no mejores- entre sí, entre ellos el contexto. He jugado mucho más a Hollow Knight en la cama y la terraza que con la consola en el dock, y eso ocurre también porque no sacrificas nada en tu experiencia saliendo del salón. Hollow Knight es mejor en Switch, sin cambiar un ápice de lo que lleva siendo desde hace año y medio.
Todo lo distinto en esta adaptación es la incorporación del soporte para el HD Rumble, el innovador sistema de vibración de Switch, lo cual no deja de ser algo bueno. Hay cositas que podrían cambiar como el tamaño de la fuente, pequeña en el modo portátil, pero por lo demás se trata de un port que es prácticamente un calco de lo disponible en el resto de sistemas. Framerate y resolución (60 imágenes por segundo y 1080p con la consola en el dock) cumplen con creces y el control funciona a la perfección. Básicamente, a Hollow Knight le han salido patas y ahora puede acompañarnos donde queramos.
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