Hearthfire no es ni Skyrim ni Fable
Desde hace un par de semanas, los usuarios de Xbox 360 pueden hacer pasando por caja lo que los usuarios de PC pueden llevar haciendo durante meses, y gratis, en las tierras de Skyrim: construirse una casa.
Desde luego, todo estaba incluido en una retahíla de mejoras para el juego a la que dijimos con premura que todo perfecto y maravilloso, y poco a poco esas mejoras van llegando a través de actualizaciones y DLC, pero no esperábamos que fuesen a empezar por la parte menos interesante y más redundante, y de hacerlo, que al menos nos permitiese un poco más de libertad.
Los 400 MSPoints de Hearthfire nos permiten acceder a una nueva "misión" en la que un mensajero nos trae una misiva que activa la opción de comprar un terreno en El Pálido, Falkreath o Marca de Hjaal, si somos Thane del Jarl de la respectiva zona. El terreno viene equipado con un banco de trabajo especial que nos servirá para construir desde los cimientos al tejado de la mansión de nuestra nueva finca.
Hay que hacerse con madera, hierro para crear clavos y toda clase de items, y cuando uno empieza a pensar en Minecraft y en sacarle por fin partido a esos depósitos de minerales de los que llevamos pasando durante todas nuestras andanzas, que tendremos que adentrarnos en mazmorras para conseguirlos y que nuestro contador de horas en Skyrim se disparará hasta el infinito, nos damos cuenta de que tenemos depósitos al lado de nuestra misma casa, o que incluso podemos enviar a nuestro sirviente a conseguir todos los objetos necesarios.
Nos damos cuenta de que esto no es una aventura, sino un simulador de señor feudal mal proporcionado en el que todo nos parece redundante. Sí, una vez terminada la casa podemos rellenarla con todo lo que imaginemos, pero no tenemos libertad para colocar todo eso que imaginamos. Un armario tiene su sitio, una estantería tiene su sitio, los trofeos de guerra tienen su sitio, el altar tiene su sitio, y así hasta el infinito. ¡Incluso la huerta está anclada! Escoger con qué libros rellenar una estantería ya lo podíamos hacer antes en cualquier casa que hubiésemos conseguido por toda Skyrim.
La gracia, como en las casas ya existentes, está en decorar freestyle, con esos objetos flotantes de físicas discutibles que ha llevado a que locos decorasen sus casas con las cabezas de sus víctimas (ver vídeo debajo). Podremos hacerlo, pero en un espacio más grande y más alejado de la civilización. Pero no os preocupéis por las distancias, que también podremos contratar un carruaje privado para que nos lleve de un lado a otro... ¡En un juego en el que el viaje automático está a la orden del día!
Se han tomado demasiado a pecho esa frase que todos hemos repetido una y otra vez durante los primeros meses de euforia, que Skyrim es como una segunda vida, pero viviendo como un héroe no necesitamos estas mundanidades, y si las tuviésemos, que al menos tratasen de hacerlas mejor que lo único en lo que Fable es superior. Llevar a tu pareja a tu nueva casa y adoptar un niño es posible, pero ¿para qué? Para jugar a un absurdo escondite con un pequeño NPC inexpresivo e inmortal al que le das tanto igual como él a ti. Menudo héroe.
Hearthfire sólo nos ha demostrado que ya hemos hablado más de lo suficiente de un producto que ha sido anticipado como algo que no es. Habiéndose anunciado a bombo y platillo debería ser proporcional a lo que se invierte en ser anunciado, ya que al final, y sintiéndolo mucho por relacionar palabras tan duras con un juego que nos ha dado tantas cosas, Hearthfire nos ha hecho perder el tiempo a nosotros y os lo ha hecho perder a vosotros, sólo para que todos nos demos cuenta de que no merece la pena, sencillamente porque no es lo que Skyrim necesita.
Claro que, hay todo tipo de jugadores de Skyrim, puede haber gente que ya haya disfrutado creando su casa, pero lo más divertido de crear algo así es compartirlo y que el mundo lo vea, y estaríamos encantados de que quien no opine como por aquí sobre Hearthfire comparta con nosotros sus creaciones, aunque visto lo visto, no esperamos casas dignas de Animal Crossing.
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