He vuelto a caer en las garras de World of Warcraft
La culpa es de Blizzard

Os prometo que creía que no volvería a pasar. Pero no he podido evitarlo, la tentación ha sido demasiado poderosa. Sí, he vuelto a World of Warcraft, robavidas oficial de Blizzard. No quiero señalar a nadie, pero la propia compañía es la culpable de que haya vuelto a caer en las garras de su MMORPG. ¿Que por qué? Porque lo ha hecho condenadamente bien con Heroes of the Storm y Hearthstone.
Si un juego te permite ser Kael'Thas, Tyrande o la mismísima Sylvanas, y has jugado años atrás a Warcraft o al WoW, los recuerdos van a apoderarse de ti. Y es cierto, una no puede evitar estar jugando a ser Malfurion, aunque sea simplemente echando una partidilla a las cartas, sin recordar todo lo que ocurría en Azeroth cuando yo no era más que una simple Draenei. Hasta el Lamento de los Altonato se me viene a la cabeza al pensar en toda la historia del universo Warcraft.
Pero después de echar un vistazo a este vídeo, y de haber vuelto a crearme un nuevo personaje en World of Warcraft, me pregunto: ¿A qué se debió el éxito de este juego? ¿Por qué juegos aparentemente sencillos como WoW o League of Legends consiguen convertirse en un fenómeno de masas?
World of Warcraft nació el 23 de noviembre de 2004, y por aquellos entonces había juegos gráficamente superiores. Pero todo el universo de Azeroth, toda su historia y sus personajes atrajo a muchísimos jugadores que se han mantenido a lo largo de estos años, aunque ahora haya perdido una cifra importante. Muchos juegos intentaron robarle el éxito, como el extinto Warhammer Online o Aion, pero el MMORPG de Blizzard ha estado siempre ahí, por encima de los demás.
Pero no todo el público de este título está ahí por la historia. También son muchos los que a la hora de tener una misión usan la estrategia de “siguiente-siguiente-siguiente-aceptar-matar-recibir recompensa”, sin pararse a leer en lo que les están contando. Para aquellos para los que WoW no es más que un mata-mata tengo la misma pregunta: ¿Por qué ese éxito? ¿Por qué este juego y no otro de los 36747245 que hay?
A los amantes de la fantasía, les guste pararse a leer las misiones o no, World of Warcraft los atrapa. La posibilidad de elegir una raza y una clase entre cierta variedad, el ir eligiendo tu armadura, tu arma, tu propia forma de evolucionar a tu personaje y mandarlo a donde a ti te dé la real gana, en general, la libertad que permite un juego como éste es lo que lo ha convertido en uno de los más aclamados y venerados en los últimos años.
Le sigue muy de cerca League of Legends, odiado por muchos (hasta por algunos de los que lo juegan) y querido por la mayoría, es el título más jugado del mundo en la actualidad. Volvemos a lo mismo: Los hay superiores gráficamente (es el caso de Dota 2. No olvidemos que League of Legends nace a partir de Dota. Y, a su vez, Dota lo hace a partir de Warcraft. Vamos, que al final todo viene del mismo sitio), los hay con una historia mucho más currada, con más escenarios y con personajes menos odiosos. Pero ahí está, a la cabeza de la industria de los videojuegos y de los deportes electrónicos.
La pregunta ahora es si Heroes of the Storm y Hearthstone conseguirán alcanzar al gigante de Riot Games. Ambos son juegos muy adictivos (sobre todo el de las cartitas), pero, ¿tienen lo que hay que tener, como lo tuvo World of Warcraft? Y ahora, si me disculpáis, Lunargenta me espera.



Con League of legends pasa lo mismo. Un marketing muy bueno y que fue el primer MOBA con bombo (sí, sé que DOTA fue primero). Además, yo sinceramente estaba harto de subir personajes al 80 para luego hacer BGs que era lo que me interesaba; en este juego era directamente hacer lo que te divertía sin tener que subir de nivel un personaje o comprarle equipo.
Y por cierto, HOTS creo que es cuestión de gustos, es un MOBA más; pero Hearthstone me parece lo peor. Cuando empezó estaba bien, podías pasártelo bien; pero si empiezas ahora con los mazos básicos cualquier manco te va a ganar a base de robots y legendarias aunque sea malísimo. Y las cartas se consiguen a un ritmo insultantemente lento. Creo que la gente tiene enganche por ese juego como quien tiene enganche al Candy Crush; pero el Hearthstone es más "gamer".
después de jugar un rato con kerrigan, me dio por re-empezar la campaña de hearth of the swarm del starcraft 2 xD
Hearthstone sin embargo me enganchó bastante. Es una versión simplificada de Magic pero con sus particularidades y con profundidad de sobra.
Heroes no creo que llegue a probarlo. He probado el LoL, DOTA 2 y Guardianes de la Tierra Media y me han parecido muy parecidos, tedio incluído. Seguiré con juegos de corte más tradicional.
Mientras los RPG para un jugador van avanzando y cada vez van comprendiendo que es necesario añadir mecánicas entretenidas que no resulten repetitivas, misiones secundarias originales y con chicha, variedad en el desarrollo, no hacer perder el tiempo a lo tonto... los MMORPG siguen ahí, con mecánicas superobsoletas y una cantidad de tiempo necesario para hacer cualquier cosa que me resulta absurda (¡ni que fuesen juegos que necesitasen alargarse! Por su naturaleza ya duran todo el tiempo que se quiera, no entiendo por qué forzarlo).
A mí no me entra en la cabeza que hoy en día pueda meterme en un juego y tirarme 5 horas seguidas (¡lo peor es que no exagero, e incluso podría poner muchas más!) haciendo misiones de "Mata a 20 lobos" que se asesinan acercándose a los lobos y pulsando el mismo botón todo el rato (o una secuencia simple que ya tienes automatizada en los dedos de uso de habilidades o magias) mientras en pantalla ves como dos monigotes hacen la misma animación una y otra vez y aparecen brillitos por ahí hasta que la barra del enemigo cae a 0 y buscas a otro.
No hay ni que decir que son los juegos más repetitivos que existen. No creo que nadie pueda negarme eso, ni siquiera un amante del género.
Si a la gente le gusta (que no suele ser porque le guste lo que digo, sino porque después de 57325641542 horas de juego empiezas a hacer cosas más interesantes y una vez te metes en la comunidad mola más... o eso dicen) por mí genial, ¿eh? Pero sin duda no es para mí, y siempre seguiré preguntándome dónde está la magia que se supone que tienen.