Hacen falta mejores enemigos

El otro día iba a jugar a Rainbow Six Siege con amigos, pero como yo llegué algo más tarde, jugamos Partidas Igualadas y salirse de ellas penaliza, ellos terminaron su partida mientras yo esperaba. En lugar de esperar, sin embargo, decidí probar la Caza del Terrorista, un modo que se puede jugar solo y que es diferente del multijugador competitivo del juego de Ubisoft. No lo juego mucho porque no me entretiene nada, y la culpa la tienen los enemigos: son un coñazo.

 

Con esto, quiero decir que son enemigos sin mucha inteligencia, que son exactamente iguales los unos a los otros con la excepción de unos artificieros que te buscan para estallar los explosivos que llevan pegados al cuerpo; y que no aportan ningún reto más allá de la mucha vida que quitan en dificultad realista. Y en sus rostros, o pasamontañas, vi el 90% de los enemigos de los shooters bélico, y no tan bélicos, de nuestra época. ¿Por qué tenemos enemigos tan coñazos?

 

 

Es un problema que me ha hecho incluso estar más interesado en los multijugadores por clases que en los multijugadores normales. Al final, todos funcionamos como soldados normales, por mucho que uno sea asalto y otro francotirador. Me gusta mucho cómo los MOBA han creado plantillas inmensas de personajes variados y complicados de manejar y contrarrestar para darle vidilla, algo que Overwatch ha sabido entender a las mil maravillas dentro del género de los FPS. 

 

¿Y si tuviéramos un juego donde la mayoría de soldados son tan atrevidos como los personajes de un MOBA? Sería algo prácticamente imposible de hacer, pero algo en lo que me gustaría que se fijaran más las campañas de los FPS. Doom está ahí, ahí, más o menos. Sus enemigos tienen una buena variedad y se mueven casi como tú, por lo que la dinámica de cada combate es divertida. Comparado con el cubrirse, disparar, recargar, avanzar de un Call of Duty de antaño o de un Uncharted de a día de hoy – que ya sé que no es un juego de tiros –, puse es descorazonador. 

 

 

Quizá es mucho pedir que se desarrollen inteligencias artificiales mejores para los enemigos, aunque yo lo preferiría a unos gráficos más avanzados; pero tampoco creo que esto sea 100% necesario. Con crear un abanico de posibilidades mecánicas en manos de los enemigos sería suficiente. Todavía recuerdo lo bien que reaccionaban los Helghast en Killzone 2 al lanzamiento de nuestras granadas y lo bien que estos las colocaban detrás de las coberturas. Lo mismo con Halo y sus personajes, que, sin embargo, no han evolucionado apenas nada tras el primer juego y ya se los vence por costumbre. 

 

Entiendo que los esfuerzos de los juegos de disparos ahora mismo esté en los multijugadores, donde se pueden ahorrar práctiacamente todo lo que digo; pero incluso estos juegos se resienten de las clasificaciones típicas. La beta de Battlefield 1 me ha convencido de no comprar el juego porque no veo ningún avance, a pesar de que me he divertido con ella. Pero es una diversión efímera: ¿de verdad voy a estar 50 horas online pegando tiros como siempre? En Rainbow Six Siege llevo más de 80 porque pego tiros de otra forma, igual que con Overwatch.

 

Hace falta cambiar de rumbo en este género, y las campañas es un apartado que lleva años necesitando una revisión. Cuando juegos como Doom y Wolfenstein son tan bien recibidos por darle un poco de mimo a este apartado, la evidencia nos dice que la gente no se ha cansado de jugar sola a un buen FPS, sino que necesita experiencias alternativas.

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