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Gru no es mi villano favorito

Por cierto, odio a los minions
Por Kysucuac

Sí, definitivamente, hombre o mujer, ninguno de nosotros se queda con el chico bueno. Pobrecito, si en realidad no es culpa suya. Es que el malo de la peli (o en este caso, del juego) le gana en carisma y, a veces, hasta en atractivo. Sephiroth, Ganondorf, Albert Wesker, Dr. Eggman (o Robotnik, que me gusta más), M. Bison, Arthas... La lista es interminable. Infinidad de villanos invaden nuestra mente si nos da por ponernos nostálgicos. Todos tenemos un malo favorito, no podemos evitarlo. Aunque nos llegaran a hacer la vida imposible, nosotros los guardamos en nuestros recuerdos con cariño y amor.

 

Pero, ¿qué tipo de malo nos gusta más? ¿Cuáles son los más populares? ¿Y los más sobrevalorados? ¿Qué características debe tener un malo para que nos llegue al corazoncito a pesar de ser un hijo de su madre y hacernos la vida imposible? Bueno, está claro que yo no puedo dar una información objetiva sobre esto, así que voy a centrarme en el tema a mi manera. Voy a daros los que son, para mí, cinco malos malísimos de los videojuegos y qué característica destaca en cada uno de ellos. Por supuesto, sois libres de añadir los malos que queráis o llevarme la contraria. Luego ya veremos si os hago caso. Igualmente, os aviso de que si menciono a un malo que no conocéis es mejor que os lo saltéis, no vaya a ser que me vengáis luego con spoilers.

 

Kefka, el loco

¿Qué puedo decir? Mi favorito. Para mí, el mejor villano de toda la saga Final Fantasy. Todo un joker pomposo que aspira únicamente a dos sencillas metas: Caos y destrucción. Ah, y de paso convertirse en un dios todopoderoso y liarla más todavía. Creo que Kefka y su risa, considerada la mejor de la historia del videojuego por una extensa mayoría, se hicieron de querer en Final Fantasy VI, y se mostró en todo su esplendor gracias a Dissidia y la voz de Dave Wittenberg. ¡Si es que hasta sus cosplayers molan!

 

 

Seamos sinceros, Kefka es el único villano de toda la saga que cumple su objetivo: Destruye el mundo y se transforma en un dios. Sí, luego los Espers hacen lo propio, pero él muere sabiendo que al menos ha hecho lo que tenía que hacer. Pero no es el único hito en él, hasta su aspecto de payaso marca un antes y un después en la saga. Hasta que no llega la sexta entrega, todos los malos malísimos (exceptuando a Nube de Oscuridad) eran caballeros con armaduras. Pues no, aquí hay un payaso. Y os jodéis con el payaso.

 

Robotnik, el pringado

Mega Drive y Sonic significan mi infancia. Robotnik es el primer malo malísimo que tengo en mis recuerdos, aunque eso no quita que sea también el mayor perdedor de la historia. Ni siquiera al Team Rocket le ha ido tan mal en la vida. El Dr. Robotnik era un maestro de la robótica, que llamándose a sí uno no se puede esperar que lo sea de la repostería. Pero sus conocimientos tecnológicos de poco o nada le sirvieron para llevar sus planes a cabo, todo por culpa de ese odioso erizo azul y su obsesión con salvar al mundo.

 

Los villanos en las películas y videojuegos de corte más infantil son, en general, unos pringados. Lo es Megamind, lo es el ya mencionado Team Rocket, y lo son todos los malos en las pelis de Shrek. A Robotnik le pasa igual, se hace de querer, precisamente, porque es un perdedor, un pringado, un marginado al que no le dejan ser feliz. Se trata de un tipo de malo que parece haber pasado de moda en los principales juegos de hoy en día, sustituido por villanos más serios, genios del mal que te dejan muy jodido sin necesidad de parecerte entrañables.

 

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The Boss, el amor maternal

Se trata de una mujer de armas tomar, alguien a quien conoces y respetas aunque, como yo, no hayas jugado a Metal Gear (pero sí me conozco la historia, ojo cuidao). Una gran soldado respetada y temida por igual. Adiestró a Snake, siendo para él como una madre. En realidad, ella no es un villano per se, aunque Snake debe enfrentarse a ella obligado por su país.

 

Lori Alan protagoniza uno de los momentos más emotivos de los videojuegos. Ella representa a esos malos que en realidad son buenos aunque se den cuenta tarde. Es esa clase de enemigo al que no quieres derrotar, y menos aún cuando son ellos los que te piden que acabes con su vida.

 

GlaDOS, eh... el OTRO amor maternal

Ella es Valve en todo su esplendor. La verdadera protagonista de Portal (lo siento, Chell) es un robot con mucha mala leche en forma de sarcasmo y crueldad refinada. Ella se hace querer, pero no tiene nada que ver con The Boss. Al menos, no en el primer juego. Aquí, GlaDOS va poco a poco mostrándonos sus verdaderas intenciones, aunque al final sí que había tarta.

 

En la segunda entrega de Portal, ya vemos una GlaDOS mucho más profunda. De alguna manera, nos muestra su lado más humano (y eso que es un robot), algo que hace el final del juego mucho más emotivo. Además tiene sus canciones, que quieras que no también te llega a la patata (¿Lo pillas? Patata. Porque durante un tiempo, es una patata-batería. Venga, hasta nunqui).

 

Sephiroth, el puto amo

Y el sobrevalorado. El señor guaperas de Final Fantasy VII es un tío con el que es mejor no meterse, ya que todo lo hace bien. Ignoremos el asunto Edipo por esta vez y centrémonos en las características que hacen guay a Sephiroth. Se trata de rasgos comunes en varios títulos de Final Fantasy: Sephi va de diva, Artemisa va de diva, Kuja ES una diva. Pero a los quinceañeros les gusta ese papel de tío guay protagonizado por el malo de turno.

 

En la actualidad, hay un problema con este tipo de villano. La actitud misteriosa y la mirada de superioridad que antes caracterizaba a los malos de los videojuegos, ha pasado a formar parte de los principales rasgos del protagonista. Así, acabamos con un bueno guay y un malo guay, a lo Iron Man vs Ultrón, y no vamos a ninguna parte.

 

Resumiendo, malos hay muchos y de todo tipo. Quitando a Sephiroth de la lista, ésos son mis favoritos. ¿Y los tuyos?


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