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Google Stadia no es una propuesta de presente para el jugador habitual

Pero no la demos por muerta
Por Álex Pareja

Sin demasiado ruido, Google Stadia ha hecho su irrupción en el mundo de los videojuegos. Y lo ha hecho generando muchas preguntas por parte de sus potenciales consumidores, las mismas que se han ido repitiendo tras su anuncio. Algo no va bien si cuesta tanto explicar exactamente qué eres, qué ofreces, cómo y por cuánto


Google Stadia no es el presente para los jugadores habituales y, me atrevería a decir, para casi ningún tipo de usuario. Todas las grandes compañías de videojuegos están apostando por el streaming, pero como una opción o complemento a su oferta actual, nunca como atracción principal. Basar todo tu concepto alrededor de esta idea no tiene mucho sentido en la actualidad, sobre todo cuando su potencial no puede aprovecharse de verdad. Los jugadores habituales, aquellos que ya disponen en sus casas de otros dispositivos para disfrutar de los videojuegos (consolas y/o PC) sólo pueden ver en la oferta de Google un servicio cojo en la mayoría de sus prestaciones.


Sí, es muy atractivo poder disfrutar de un catálogo de videojuegos en cualquier lugar y con cualquier dispositivo a través del navegador de Google Chrome. También lo es sin tener que gastar cientos de euros en una consola u otro dispositivo, aunque eso implica que vamos a jugar peor sí o sí. Hasta ahora las pruebas realizadas sugieren que tanto la resolución como la estabilidad de imagen es peor que en consolas y PC reproduciendo los mismos juegos. También hay que tener en cuenta el problema del input lag (el retardo que se produce desde que pulsamos el botón y hasta que su efecto se ve en pantalla), que siempre va a estar presente y va a depender de nuestra conexión a internet. Esto se agrava si ya has jugado al mismo juego en otra plataforma y lo experimentas en Stadia: la sensación obtenida es peor, por lo que no va a sustituir tu rutina preferida. 

 

 

Teniendo esto en cuenta, ¿qué público podría disfrutar de Google Stadia de la mejor manera? Aquellos que no hayan podido disfrutar antes de su catálogo de videojuegos o los que ahora no dispongan de ninguna otra plataforma. Ojos que no ven, corazón que no siente. Este tipo de jugadores también podrán valorar su “justa” biblioteca y podrán asumir la ausencia de futuros lanzamientos de importancia, que ya jugarán o no, sin importarles en exceso. Hablo de un tipo de público que no viva pendiente del ahora, que no le importen los posibles problemas técnicos o visuales y que probablemente no disponga de otra plataforma para jugar. Sin embargo, este perfil de jugador, que no está acostumbrado a pagar grandes cantidades de dinero a cambio de hardware y software, también encontrará un problema. 


Al menos hasta 2020 será necesario contar con un Chromecast Ultra (79 euros), un televisor inteligente y, en caso de querer jugar a través del dispositivo móvil sólo son compatibles (por ahora) los modelos de Google (Pixel 3 y 3a). Además del mando y otras utilidades básicas que permitan disfrutar de los videojuegos, junto a la suscripción y al precio de los juegos no incluidos. Es decir, hay que hacer un esfuerzo más allá de sentarse delante de la tele o de un dispositivo inteligente, pagar una suscripción mensual, enchufar un mando y jugar


Y eso es lo que debería haber sido Google Stadia, al menos para llegar a cuajar entre algún perfil de jugador. Aportar algo que los jugadores habituales no tengan ya y un servicio que llame la atención de aquellos que no disponen de ninguna consola o tengan interés por introducirse en el mundillo. Ahora mismo, por requisitos y precios, son situaciones improbables.

 

Google Stadia Análisis


Con Google Stadia encontramos un servicio muy poco claro, en el que cuesta comprender exactamente qué necesitas o no para poder jugar, algo caro y que en ningún momento supera la experiencia que ofrecen otras plataformas de juego. De hecho, teniendo en cuenta la biblioteca de juegos y todos estos factores, quizás siga siendo una mejor opción comprar cualquier consola aprovechando ofertas y utilizando servicios como Xbox Game Pass o incluso PS Now. 


Pero no podemos olvidar que estamos hablando de Google, la compañía que sabe que llevas años utilizando los mismos calzoncillos y que llena tu pantalla de publicidad con sugerentes e interesantes tiendas de ropa interior. Y eso implica demasiado. A poco que la compañía quiera volcarse realmente en mejorar el servicio prestado por Stadia y quiera poner algo más de interés en el mundo de los videojuegos (las presentaciones, ruedas de prensa e información aportada denotan un evidente desconocimiento del mercado actual) pueden situar a la compañía y al servicio en la primera línea. Por ahora veo complicado que pueda calar de manera significativa en el mercado. Lo que podía haber sido una tormenta apenas han sido unas gotitas de agua cayendo en la cabeza de consumidores y competencia. Pero todavía podría sorprendernos el sonido de un gran trueno.


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