Ghost Recon Wildlands, La gozada de perderte por Bolivia
Me encantan las 'betas' abiertas y todo este rollo de probar juegos por la patilla poquito antes de su lanzamiento -o muchito antes-, para poder jugar durante tres días sin pagar un duro por la experiencia. No nos engañemos, por supuesto que estamos 'trabajando' de beta testers en algunos casos y, en otros, todo se reduce a un nuevo giro de tuerca del concepto demo para promocionar el juego y hacer que arrojemos nuestros dineros a la pantalla al grito de 'quiero'. No obstante la idea me parece buena, y más cuando, si hago memoria, llevo jugando gratis todos los fines de semana dese que empezó el año entre una cosa y otra.
El juego de esta semana ha sido Tom Clancy's Ghost Recon Wildlands, título que espero que me hayáis hecho caso y probado personalmente antes de confiar en mi opinión o la de mis compañeros. Una vez más he podido aprovechar para jugar sus dos vertientes, en solitario con mis amigos en modo IA y en un cooperativio que cada vez me gusta más. Sin embargo no voy a volver a hablaros de lo mucho que me gustan esos modos, sino de lo mucho que me ha gustado perderme por el mundo abierto de la Bolivia más chunga de los cárteles y demás.
La gozada de perderte en un mundo abierto
Vale, esto también os lo conté, pero es que este finde me he perdido-perdido. He jugado a colocar indicadores en la otra punta del mapa permitido y llegar hasta allí de noche y valiéndome tan solo de mis propios medios, he jugado a coger una moto -me encantan las motos- y, aprovechando la lluvia, hacer motocross campo a través derrapando y soltando barro hacia todos los lados, y luego, en modo online, he competido con mis compañeros animándolos a subir a una montaña a ver quién llegaba primero, a ver quién se acercaba más a un punto saltando en paracaidas o a perdernos en los campos de cultivo y ver quién conseguía robar antes un vehículo.
El resumen de experiencias que puedes vivir es asombroso, y más en un mundo mejor detallado y más sensible que el de Just Cause, pero lo mejor de todo es el estar en contacto en todo momento con tus compañeros y no sentir la abrumadora sensación de estar siendo atacado constantemente, como pasa en otros juegos por el estilo.
En Ghost Recon Wildlands puedes perderte 'de verdad' sin necesidad de tener el arma a punto por si aparece un escuadrón de la muerte a amargarte el paseo por el bosque. Hay enemigos, por supuesto, pero estos no están pendientes de ti ni cribando cada rincón del país en tu busca, lo que hace que puedas tomarte estos respiros que para mí son tan necesarios en juegos de esta magnitud.
Aquí no pasa como en Just Cause, Fallout, Far Cry o Saints Row, donde cada paso suele venir acompañado de un ataque o una persecución. Más bien al contrario, la acción se ajusta a los momentos lógicos, tocando palos más parecidos a los que vemos en GTA o Red Dead Redemption al ofrecernos la posibilidad de vagar a nuestro antojo sin la necesidad de abrirnos camino a tiro limpio.
Es posible que lo que yo busco en un videojuego sea diferente a lo que buscas tú, pero por ahora, y espero que el tiempo no lo desmienta, Ghost Recon Wildlands no sólo me parece un fantástico juego con dos modos muy diferntes de ser disfrutado, sino que también es un maravilloso cajón de arena en el que montarnos nuestras propias aventuras y películas. Y esto es bien.
¡Nos leemos!
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