A principios de semana Sony anunciaba en la Paris Games Week Ghost of Tsushima, un cuento de samuráis, ninjas y mongoles del que ya nos hablaba Adrián hace un par de días. Mientras preparo un artículo hablando de la historia de la isla de Tsushima y sus drásticos cambios políticos durante el siglo XIII al más puro estilo contexto artístico y mitológico en Ôkami, toca hablar de algo mucho más mundano y material:
¿Por qué nos hemos enamorado de Ghost of Tsushima?
La pregunta tiene sentido si tenemos en cuenta que lo único que sabemos es que manejaremos a un samurái, el último de su casta en la isla si hacemos caso de la compañía, y que nos moveremos en un mundo abierto plagado de enemigos a abatir, ya sea cara a cara o desde las sombras en la más pura tradición ninja. ¿Es suficiente para hacernos creer en una propuesta que en princpio llegará en 2018 y es posible que se retrase a 2019? Pues no hay más que ver las redes sociales y el interés que ha acaparado la noticia para ver que, efectivamente, hay ganas de Ghost of Tsushima. Y muchas.
¿Entre nosotros? Es normal. El nuevo exclusivo de PS4 pone el punto de mira en muchas cosas que llevamos años esperando a que sucedan: Un sucesor digno del estilo de juego de Tenchu y Shinobido: Way of a Ninja que se une a las peticiones de recibir el spin-off Meiji de Yakuza, Yakuza Ishin, y de ver un Assassin's Creed ambientado en el Japón Medieval plagado de samuráis, ninjas, daimios y, claro, templarios.
La importancia del testigo
Ghost of Tsuhisma recoge el testigo que han dejado abandonados juegos como Onimusha, Bushido Blade, Ronin Blade, Way of Samurai, Kengo y mil títulos más que podríamos remontar a Usagi Yojimbo, la adaptación del komikuso de Stan Sakai a videojuego en los 80. NiOh ha demostrado que el público, los usuarios, estamos deseando volver a ese mundo de katanas, shurikens, kunais y onigiris. Ghost of Tsuhima parece el complemento perfecto a las aventuras de William, en un modo más abierto y más cercano a Tenchu e incluso Horizon que al juego de Team Ninja.
Para hacer la cosa más explosiva si cabe, Sony vuelve a hacer de las suyas y encarga el proyecto al estudio que nadie esperaba: Sucker Punch, los padres de la saga de anti-héroes inFAMOUS, que podrían hacer algo muy gordo fuera de su zona de confort. Ya lo decía Pete Hines en Bethesda hace unos meses: nadie podía esperar que los tíos de Killzone (Guerrilla Games) hicieran un juego postapoalíptico de dinosaurios robóticos y lo petaran, pero pasó con Horizon: Zero Dawn. Ahora Sony parece decidida a repetir el éxito con Ghost of Tsushima y una Sucker Punch que se aleja de sus raíces. Y es normal que estemos ilusionados.
Y digo que es normal que estemos ilusionados porque más allá de esperas, de meses de plus flojos como el actual y de subidas de precio en el servicio, Sony ha sabido clavarla en lo respectivo a los exclusivos de Playstation 4 con un Uncharted 4 que ha maravillado, un Horizon: Zero Dawn que nos voló la cabeza y un Hellblade del que todavía se habla por su potente apuesta. Con Naughty Dog y Guerrilla Games bien situadas en el mercado, es el momento de que Sucker Punch pegue el petardazo mientras esperamos a ver en qué se concreta la apuesta de Sony Bend por el apocalipsis Z en Days Gone.
¡Nos leemos!