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Gearbox: a juicio por Duke Nukem Forever

Aunque no tanto su compatibilidad con Kinect
Por Rafa del Río

Quedan lejanos los tiempos en los que Gearbox era recordada por hacer videojuegos más o menos decentes. Claro que todavía recuerdo aquel primer encontronazo que tuve con ellos después de que dejaran de hacer expansiones para Half-Life, convirtiendo a PC un Halo: Combat Evolved que distaba mucho de ofrecer la magna experiencia del original para Xbox. En cualquier caso, y siguiendo con ese tema recurrente que es Aliens: Colonial Marines y sus timos, la compañía de Pitchford vuelve a dar que hablar.

 

¿Cómo? ¿Que el asunto no tiene nada que ver con Aliens? Diantres, si es el mismísimo Duke Nukem el que está en el ajo. Concretamente se trata de Duke Nukem Forever, en torno al cual 3D Realms/Apogee han dejado de percibir un buen puñado de dólares acordado sobre el papel allá por 2010, aparte de que Gearbox ha bloqueado cualquier posibilidad de realizar una auditoría independiente en relación a los posibles royalties que generara el juego. En total la cosa ronda un par de milloncejos del ala, pero nada comparable a la frase que ha soltado en los medios el portavoz de Randy Pichford y compañía:

 

Quizás la lección sea no hacer negocios nunca con alguien que tiene más demandas que juegos publicados"

 

¡Ejem! Si por ello fuera, difícilmente me atrevería yo como editor a hacer negocios con unos tipos capaces de dejar a Bárcenas a la altura del betún. Y es que, aparte del asunto Duke Nukem Forever, han perjudicado a muchísimos fans del xenomorfo más famoso de todos los tiempos con ese engendro que todos ya conocemos, con terribles consecuencias para los competentes muchachos de Time Gate Studios (que tuvieron que cerrar) y una Sega que se siente absolutamente timada. Lo cual me recuerda una cosa... ¿sabíais que Gearbox fue la encargada de programar el Samba de Amigo para Wii?

 

Si queréis ver una magnífica película sobre triquiñuelas a pequeña escala, no dejéis de ver 'El gran Vázquez'.

 

En la industria del videojuego suele haber por lo general muy buen rollo. O sea, siempre hay quien está presto a pisotearte, pero no suele ser la norma. Pero como el todo, existen una serie de elementos que, habiendo descubierto lo fácil que es hacer pasta a base de engaños y triquiñuelas, terminan manchando un sector de manera ciertamente peligrosa, donde cualquier mal movimiento o una desinformación apurada es más que susceptible de hacer que cualquier chaval se gaste sus trabajados sesenta o setenta euros en un auténtico timo de juego.

 

Ahí tenemos el caso de Dennys Dyack, el cabecilla de Silicon Knights. Históricos son sus líos con Epic y aquellas líneas de código mangadas con poco disimulo del popular Unreal Engine, cayéndoles todo el peso de la ley encima. Claro está que peor era el sacar al mercado títulos como Too Human o X-Men Destiny, videojuegos de calidad más que discutible. Si hasta el pobre hombre, a la usanza del Rey, tuvo que pedir disculpas y todo. Claro está que ahora ves que se saca de la manga su Precursor Games, se embarca en un kickstarter para lanzar Shadow of the Eternals, cancela temporalmente el citado crowfunding... ¿qué está pasando, amiguete?

 

Otro que tal bailaba era Tim Langdell, uno de los responsables allá por los años ochenta de una compañía llamada The Edge, que logró hacerse bastante popular gracias a notables obras como Fairlight, Inside Outing y Garfield: Big, Fat, Hairy Deal. Pues el amigo Langdell descubrió que se ganaba más dinero metiendo en juicios a propios y extraños; trampeando con el registro de la palabra Edge, se quiso hacer dueño y señor de todo aquello que tuviera un 'edge' en alguna parte. Demandó a productoras de cine, a multitud de videojuegos, a la editorial Marvel... La liaron parda con la revista Edge, con el Soul Edge (nuestro Soul Blade) de Namco, con Mirror's Edge... En muchísimos casos lograba una curiosa compensación económica y, lo que es más gracioso, aparecer en los créditos como si fuera uno de los productores y/o propietario. Al final alguien tuvo a bien de darle un buen puntapié legal, pero sus buenos años se llevó el individuo haciendo el agosto.

 

El timo de la estampita llevado al mundo del videojuego. La verdad es que daría como para escribir un libro...

 

De España podría contar un buen puñado de cositas a cual más sonrojante. Echando la mirada años atrás nos topamos con timos de órdago en este nuestro sector, pero la oscura verdad es que, a día de hoy, esta sigue siendo la España de Pajares y Esteso, jugando de mala manera con subvenciones, politiqueos varios y poses de vividores que darían para mucho si algún día se tira de la cuerda. Los robos del metro de Barcelona se quedan en agua de borrajas, amigo lector.


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