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Garshasp, desde Irán con amor

Temple of the Dragon
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Garshasp: The Monster Slayer es lo más parecido a God of War que podrás encontrar en PC y compatibles. Tiene ya algún tiempecito, puesto que salió hace poco más de un año (curiosamente, reseñamos aquí en MundoGamers la noticia de su desarrollo a mediados del 2009). No obstante, la noticia es que la precuela de Garshasp -que no precisa del juego original), está disponible desde el pasado día 24 de septiembre en Steam a un precio de lo más apetecible: 3,59€. Porque, a pesar de sus limitaciones, Garshasp: Temple of the Dragon es un título recomendable al ser, como aquel que dice, único en su especie.

 

 

Aparte de por su divertida propuesta, lo que lo hace especial es un más que exótico origen. Los tres años de desarrollo de Garshasp se llevaron a cabo en Irán, programado por los hoy desaparecidos Fanafzar Sharif Game Studios. Todo el proceso de trabajo se realizó con herramientas de software libre, que iban desde librerías BOOST C++, wxWidgets, la colección de OpenAL y, finalmente, el motor gráfico OGRE, que ya sustentara las bases técnicas de los dos Torchlight y la serie de aventuras gráficas Ankh. A pesar de los loables esfuerzos del estudio iraní, el juego tuve que completarse en Pasadena por Dead Mage.

 

Interesantes es el hecho de que un país tan poco dado a la industria del ocio electrónico como es Irán fuese el principal valedor de cara a traernos un videojuego para PC tan… "fuera de lugar", por así decirlo. Y es que no son pocos los usuarios que anhelan meter en sus Windows un lanzamiento al más puro estilo God of War o Castlevania: Lord of Shadows, y más siendo un producto cirn por cien propio del PC. En Garshasp tenemos todo eso, siendo un imitador perfecto del peleón estilo que tan de moda está en el mundo de las videoconsolas.

 

Garshasp

 

Cabe destacar que gran parte de la ambientación de Garshasp se basa en la mitología persa, de la cual extrae no pocos detalles. En este sentido, y teniendo en cuenta la relación con la civilización iraní, el videojuego extrae para su propio material recursos históricos de la historia de Irán, amén de recrear mucha de la arquitectura presente en los escenarios sacándola de viejas esculturas de piedra que se encuentran a lo largo de todo el país. Un toque más que exótico a añadir entre las virtudes de esta humilde producción.

 

A pesar de que sus carencias técnicas son obvias, se le perdona todo en base a la gran jugabilidad que presenta. Me he llevado unos días siendo consciente de que no estaba ante un triple A, que sus gráficos desde luego no le sacaban rendimiento a mi tarjeta gráfica… pero cuando uno lleva jugando un par de horas seguidas y no se da cuenta del tiempo que ha pasado, es muy buena señal en lo que a la calidad del juego se refiere. Porque Garshasp: Temple of the Dragon es, al igual que lo fuera el original The Monster Slayer, un slash’em up muy, pero que muy divertido… y que por menos de cuatro euros merece la pena de medio a medio.

 


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