Fur Fun o cómo desprestigiar al mundo del videojuego

Nota: Este artículo no vulnera ningún derecho de copyright ni incluye imágenes de Fur Fun ni de Kewpie-Jazzie para evitar que sea eliminado de oficio. Dicho esto, al lío:  

 

Poderoso Caballero es Don Dinero. Lo decía Quevedo, que era un máquina, y lo digo yo, que tengo un montón de máquinas para jugar videojuego, y un móvil. Y un PC, sólo que ahí no juego videojuegos. Digo lo de Poderoso Caballero es Don Dinero porque no hay más que ver la cantidad de tonterías que es capaz de hacer la gente a cambio de un puñado de monedas para ver lo que es capaz de conseguir el vil metal: mientras algunos son capaces de pasarse 30 años estudiando entre colegios, institutos, universidad, másters y doctorados para lograr ocupar su sitio en la gran cadena de Arthur Ryan a cambio de un puesto más o menos fijos con una buena cantidad de parné asegurada de forma mensual, otros se la juegan con su arte y con su ingenio, se contentan con ir tirando o aprovechan unas leyes y un patrimonio familiar que les asegura el sustento sin necesidad esforzarse. 

 

En este estado de cosas, no son pocos los que son capaces de hacer cualquier cosa, 'lo que sea', con tal de lograr un poco de fama y, con este renombre más que discutible, aprovechar para asegurarse una fuente mayor de ingresos con las que engordar su cuenta corriente. Lo podéis llamar Tamara Seisdedos y el No Cambié, lo podéis llamar famosos de turno y su libro de mierda como top ten de ventas en España. Lo podéis llamar Leonardo Dantés y El Baile del Pañuelo o Dalas y Fur Fun. Un caso que tiene miga.

 

Por explicar un poco por encima a todos los que estéis leyendo esto sin tener ni papa, Fur Fun es un juego que, tras pegarse un batacazo morrocotudo en Kickstarter con otro nombre -Kewpie-Jazzie- recurrió a la financiación de un youtuber de dudosa reputación para convertirse en un canto a la megalomanía al que se le ha acusado de contener comentarios inapropiados para el público al que va dirigido, haber robado material de otros videojuegos y estar llevando a cabo malas artes de promoción entre las que el insulto, el bloqueo, las amenazas, las denuncias falsas y la estafa son, tan sólo, una pequeña parte. ¿Os ha picado el gusanillo? Pues al lío

 

 

Fur Fun, antecedentes

Fur Fun nace en septiembre de 2016 como un proyecto en kickstarter que, bajo el nombre Kewpie-Jazzie, pretende ser el heredero espiritual de Banjo-Kazzoie, Donkey Kong 64 y Super Mario 64 en lo que su desarrollador, Doky -a.k.a. Jesús MCG-, define como 'un nuevo plataforma 3D inspirado por los videojuegos de la era dorada del género'. Con una meta de 92.000 euros, el plazo se salda con un total de 656 euros de financiación y varias polémicas en comentarios que son rápidamente borradas por el estudio DokyCamp hasta el punto de que a día de hoy están eliminados todos los comentarios de la página. 

 

Las polémicas comienzan con la propia página de Kickstarter, que plagia descaradamente la página en Kickstarter de Yooka-Laylee's hasta tal punto de que Kewpie-Jazzie se anuncia en titulares como 'A 3D Platformer Rare-Style!' frente al 'A 3D Platformer Rare-Vival!' del Yooka-Laylee's de Playtonics, donde trabajan muchos miembros de Rare y al que sólo le cambiaron la última palabra. No es complicado pensar que, ya que vas a echarle morro y plagiar un proyecto, qué mejor que plagiar el proyecto que mantiene los récords de patrocinio en videojuegos en Kickstarter con más de dos millones de libras. Con esto en mente, Doky no sólo plagia la estructura, sino directamente algunos párrafos e imágenes, llegando al punto de copiar cabeceras, rótulos e incluso una de las preguntas más frecuentes. Normal que en vez de dos millones de libras consiguieran tan solo 600 euros, aunque hay que reconocer que tras las denuncias de plagio, DokiCamp se encargó de eliminar algunos de los parecidos y, de paso, los comentarios que lo acusaban. 

 

Pero la cosa no acaba ahí. Viendo que el éxito de Yooka-Laylee's podría estar relacionado con los nombres del equipo de Rare que en su momento trabajó en Banjo-Kazooie, Kewpie-Jazzie había metido en el ajo a quien fuera compositor de Rare de 1996 a 2008, el galardonado Grant Kirkhope, quien supuestamente estaba colaborando con la compañía en Kewpie-Jazzie. El mismo día que el proyecto sale a la luz, el compositor se encarga de dejar claro en twitter que él NO está trabajando con DokyCamp, a lo que el twitter oficial de Kewpie-Jaazy, sin ningún pudor, responde que ya lo tienen en el ajo y que no pueden cambiar eso a estas alturas. 

 

 

Enter the Dalas

Y aquí ya empezamos a movernos en terrenos resbaladizos. Tras muchos cachondeos en los foros y un poco hacer sangre ante la atrevida maniobra de DokyCamp, el proyecto muere en kickstarter el 8 de noviembre de 2016. Esto no impide que unos días después uno de los youtubers favoritos de los juzgados y la prensa rosa llevada al mundo de las redes sociales al más puro estilo Sálvame con fatiguita incluida, Dalas, se vea implicado en el proyecto como patrocinador económico, community manager, encargado de promoción y alguna más que no recuerdo. 

 

Dejando a un lado el debate que hay montado en internet sobre si Dalas estaba metido en el ajo desde el principio o no, cosa que, en verdad, importa poco -no dudo que Jesús termine apareciendo en breve para echarle la culpa de todo a Dalas y se monten su nuevo Sálvame a costa de las neuronas del público-, lo cierto es que su entrada en escena ha hecho que algo que olía mal se convierta en todo un insulto para el mundo del videojuego, su desarrollo y el disfrute del mismo.

 

Lo primero que hay que entender es que, tras pegarse el batacazo en kickstarter en noviembre de 2016, el juego ha tardado apenas dos meses en aparecer en el Early Access de Steam con un nuevo nombre: Fur Fun, una nueva entidad que se encarga del mismo en Steam y en Twitter, Fur Fun Game, y toda una suerte de trapos sucios y acusaciones que dejan en muy mal lugar a Steam a la hora de dar luz verde a los proyectos que entran en Early Access y que deja en entredicho a la compañía al haber aceptado no ya un proyecto roto en su catálogo, sino además uno que está acusado de robo y cuyos autores insultan, amenazan y borran comentarios a través de la página de Steam sin que la compañía de Newell tome ninguna carta en el asunto. Recordemos que Steam retiró Paranautical Activity de sus juegos por las amenazas de su autor a Gabe Newell. 

 

 

El principio del fin

Con apenas dos meses entre la falta de dinero para su desarrollo y su lanzamiento en el Early Access de Steam, la corta vida de Fur Fun está siendo un divertido culebrón para algunos con mucho tiempo libre o un morboso interés por lo más bajo de la naturaleza humana. Por un lado, el juego ha sido denunciado múltiples veces por robo y por contar en su biblioteca con elementos robados de otros juegos, entre otros Banjo-Kazooie. Ha sido denunciado por la gran cantidad de bugs y errores que tiene -aunque tranquilos, Dalas dice que arreglarán algunos y dejarán 'los divertidos'-, y cuenta con un gran número de críticas negativas que desaparecen misteriosamente junto a los comentarios que no cuajan con su forma de promoción. Os dejamos una imagen porque, lamentablemente, los enlaces desaparecen con un misterioso subido que no hay quien los vea.

 

 

Sin embargo, todo esto: bugs, crashes, robos, juego roto e interés cero no deja de ser algo que afecta tan sólo al juego y a su autor, ya que como comentan en uno de los análisis, el botón de 'devolver dinero' funciona perfectamente. El problema surge, como suele pasar en estos casos, cuando el juego afecta a los menores de la casa con un título dirigido, según Steam, a jugadores de a partir de tres años. Un juego que incluye, entre sus contenidos, la voz omnipresente de Dalas en un ejercicio de megalomanía que poco o nada tiene que envidiar al de cierto mandamás alemán de mediados de siglo XX y que no duda en soltar gracietas y ocurrencias machistas, racistas y homófobas para ir empapando bien en basura a los pobres niños que tienen acceso al juego. 

 

Chistes de Arévalo con Dalas de protagonista y follarín por excelencia que, lamentablemente, no podemos incluír aquí porque, y aquí empieza lo realmente jugoso del asunto: todo el tiempo y dinero que no han querido invertir en hacer un juego decente lo están invirtiendo en una promoción fraudulenta que no duda en acusar a los vídeos 'inconvenientes' de vulneración de copyright para eliminarlos por incluir elementos del juego -algo irónico tratándose del juegio de un youtuber-. Están denunciando a cualquiera que lo critique negativemente y eliminando vídeos de youtube a golpe de denuncia para eliminar argumentos en contra de su pésima obra. Una vez más, pantallazo a falta de un par de vídeos que daban vergüenza ajena -eso que os ahorráis-:

 

 

Y llegamos así al punto álgido de la cosa: las amenazas y los insultos a todos los que critican el juego, en la línea de comentarios sexistas, machismo, ofensas a los enfermos mentales,amenazas a la familia y todo lo que es de esperar de este fantástico youtuber y su supuesto equipo. Todo se reduce al menosprecio al usuario, al insulto y al 'pruébalo y te gustará'. Os dejo algunas de las genialidades del encargado del twitter del juego, que si realmente no es Dalas, está claro que estudiaron en la misma escuela. 

 

 

Así no

Empecé a interesarme por Fur Fun este fin de semana y he de reconocer que, entre nosotros, ojalá no lo hubiera hecho. No es ya que el juego sea malo o que la conducta de promoción sea repulsiva. Ni siquiera es que robe descaradamente o demuestre la facilidad que tiene Steam y Twiter para mirar para otro lado cuando suenen los lerus. Ná, lo que me da asco es ver cómo este tipo de situaciones y de gentuza pueden medrar a golpe de ego sin que las redes sociales o las plataformas desde las que se dirigen al público tomen absolutamente ninguna responsabilidad sobre el asunto. 

 

En Estados Unidos, Pew Die Pie ha visto su futuro tambalearse por vomitar contenidos racistas que le han valido para ser expulsado un tiempo de Youtube y quedarse sin contrato con Disney. Aquí tenemos a un tipo dañino que vierte mensajes racistas, machistas y de odio sobre su público, generalmente adolescente, sin que nadie se tome en serio el daño que puede causar, y que le han valido una petición en Change.org para su eliminación de Steam.

 

¿Sinceramente? Podría haber pasado sin estar estos cuatro días investigando su forma de actuar y viendo toda la basura que se mueve en el fondo de este proyecto de videojuego. Es deprimente ver cómo un 'editor' protesta de que 'alguien' está amenazando a la gente para que no haga análisis positivos mientras ves cómo los negativos son retirados, es patético ver a qué alturas puede llegar el ser humano, hasta donde es capaz de arrastrarse por unos míseros euros. Al menos en la compañía lo tienen claro: lo de hacer juegos por pasión es algo que les pasa a otros, a ellos les importa lo que les importa: 

 

 

¡Nos leemos!

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