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Forges, la 1 y el presupuesto de Destiny

Ubisoft mostrará novedades
Por Alvaro Ondina

Ayer... -antes de ayer, perdón, que al llegar al jueves dejo de ser persona-, fue el día D. El día D de 'Demonios, no tengo dinero para comprar el juego de Bungie', el día D de 'Daría mi brazo por jugarlo', el día D de 'Daos contra un muro, muertos de hambre, que yo tengo el juego y vosotros no', y el día D, en fin, de Destiny. El juego distribuido por Activision ha pegado fuerte, eso es indudable, y la pasta invertida en promoción lo han paseado por lo más granado de la prensa generalista, donde 'prensa' significa 'tipos que tienen que cumplir para hacer promoción sea por lo cobrado o en vistas a futuros contratos de publi' y 'generalista' siginifica 'Pepe, tú que tienes chiquillos chicos, habla de las chorradas estas para críos, pero en plan profundo'.

 

Tengo para todos

Lo primero que me ha llamado la atención ha sido que casi todos han incidido -seguramente instrucciones de Kotick's Activision mediante- en lo caro carísimo que les ha salido el juego, que ya está considerado como el juego más caro de la historia... Aunque no sea verdad. Ya en su momento explicamos que lo más lógico fuera que los tan trillados 500 millones de US$ (rozando los 400 millones de lerus al cambio) no eran tales pensando las cosas con cabeza.

 

Poco después Pete Parsons de Bungie, la compañía desarrolladora, nos dio la razón viniendo a decir que él no había visto tanto dinero junto en su puñetera vida -seguramente no lo dijera con estas palabras-, coincidiendo con nuestro argumento de que el presupuesto mencionado seguramente estaba dirigido tanto a desarrollo y producción como promoción, no sólo del primer juego de Destiny si no también de su DLC, productos asociados y el primer plazo de un proyecto a diez años vista. Proyecto que incluye tres juegos -que serán más-, tres DLCs y todo un universo de merchandise que amenaza con conseguir que terminemos de Destiny hasta las narices.

 

Hablar de 'juego más caro de la historia' cuando el tan trillado presupuesto inluye el juego, el motor, las ampliaciones, la promoción, los servidores y todo el proceso de un primer plazo no sólo es una tontería, sino que también es, lo siento amigos de la primera, de El País y de todos los medios que se han hecho eco de esta noticia, UN ESPEJISMO -que es como decir que es mentira pero suin ser tan cafre-. Pero vamos más allá, ni siquiera aunque estos 'quinien kilos de pavos' estuvieran 'Destinyados' tan sólo a Destiny estaríamos hablando del juego más caro de la historia, pues antes tendríamos que ver qué parte se ha destinado a la promoción, qué parte a los servidores, qué parte a las herramientas y motores generales que no forman parte del juego y, por fin, qué parte se ha destinado al desarrollo del juego propiamente dicho. Pero claro...

 

It's raining bucks... ¡¡Aleluya!!

 

...Queda tan bonico decir eso de 'el juego más caro de la historia'...

...Que los medios no especializados y algunos especializados con el criterio en el ojete han optado por convertirlo en titular. En ocasiones modificando el 'videojuego' por 'producto cultural' para darle más empaque y demostrar que esto es un medio de comunicación serio y por eso publicamos el horóscopo, la cartelera del Kinepolis y hablamos de temas candentes como la política internacional, el 'furbo' y la Esteban. En serio, llevo un buen rato navegando por un gran número de webs que se han hecho eco de la noticia y de lo dicho ayer en televisión y la mayoría habla de 'Destiny, cuya PRODUCCIÓN ha costado 380 millones de dólares'. El pobre Pete Parsons debe estar diciéndole ahora mismo a su mujer: 'que no, cari, que te juro que yo ese dinero no le he visto'. ¡Ánimo Pete! 

 

Sin embargo reconozco que eso del 'este-producto-es-el-lo-que-sea-más-caro-de-la-puta-vida-tete' no deja de ser un buen truco. Una forma de meter la noticia y cobrarla como reportaje -o asegurar futuras publis- sin complicarnos la vida ni vendernos del todo a ese enemigo que es el entretenimiento digital. Ese monstruo del ocio que ofrece noticias a un click sin tener que bajar a comprar el periódico, canales de televisión mucho mejores que los patrios y un montón de contenidos que amenazan la supervivencia de la prensa escrita, la tele pública, Toni Caño, J-Perico, Milikito y sus amigos.

 

El problema es la credibilidad.

Si la cagan tan estrepitósamente hablando de algo tan sencillo como esto... ¿Cómo podemos confiar en las noticias cuando nos hablan de lugares tan lejanos como la franja de Gaza, o San Petersburgo? ¿En serio le dedican más tiempo a verificar las noticias, o es que los noticiarios se han convertido en un Sálvame Deluxe en el que basta que nos lo cuente Karmele marchante para poder justificar que nos lo ha dicho una fuente?

 

Se lo ha dicho Karmele.

 

Es un poco de coña todo esto, la verdad, este querer quedar bien sin dar la mano. Como el que saluda al nuevo novio de su ex, que para colmo es tu vecino, con un asentimiento de cabeza y un gruñido en plan 'no me caes bien pero vamos a continuar la obra, show must go on'. Una postura hipócrita que adquiere cotas intensas con cosas como la publicación de la viñeta de Forges que ha dado la vuelta al twitter y que lo mismo ya tiene su nota de disculpa para cuando éste artículo sea publicado. Por ahí abajo tenéis la obra de arte. 

 

Biba LLo i La Kurtura 

A estas horas ya se la han montado al amigo Forges por viejuno y por malaje, así que no voy a repetir las mismas malas artes del '¿de qué narices hablas, abuelo?', del 'vete a la mierda, yayo' ni del 'la violencia también es un arte, que me lo dijo la profe en sexto'. Forges es un artista del humor y del absurdo. Un artista que dibuja como el culo, todo sea dicho, pero artista al fin y al cabo. Crítico, genio y... Vale, aquí molaría decir amigo, pero no, nunca hemos tomado sopita juntos. Dicho esto, no queda más que defender a alguien que se ha mantenido al pie del cañón por mucho años. 

 

La tira en cuestión, con copyright de Forges.

 

No obstante, no puedo menos que darle un capirotazo al señor Caño o a quien sea que haya publicado la viñeta, que no ha estado muy acertada. Lo siento, Forges, pero tu viñeta me ha dejado un poco frío. Me ha dejado frío porque veo que usas sin complejo ninguno la nueva tecnología de un Córel que por el uso del alfa podría no ser más que un 2.0 y sin actualizar. Me ha dejado frío porque se lee entre líneas que la concepción del 'videojuego matamuch' nos viene impuesta desde arriba, con ese 'o así nos hacen ir' que me da un poquito de pena y de miedo. Me ha dejado frío porque me parece una lástima que un genio del análisis de la personalidad se haya dejado ir de esa forma contra un producto que, al no conocer, sataniza. Y mientras, el redactor jefe dando palmas, que la bronca ya está montada... Pues no.

 

Ya he prometido que no voy a convertir esto en una diátriba en defensa de la naturaleza humana y la violencia como arte, que eso ya lo habéis hecho muchos y no creo que sea ese el problema.

Ná.

Lo que voy a hacer es defender, sin más, la cultura. Que una cosa es que no me atreva a designar que el videojuego es arte porque para mí el arte sea morirse de frío, y otra muy distinta no saber reconocer la cultura cuando ésta me da un bocado en la zona inferior del aparato génito-urinario.

 

Los videojuegos, hermano, son productos culturales. Son productos surgidos de la creación intelectual, social y cultural que incluyen elementos tan dispares como la arquitectura, el diseño, la moda y demás expresiones del ser humano. Y tal y como escribo estas palabras me demuestro, al fin, que no sólo son culturales, si no que también son arte. ¿Por qué una película es un producto cultural, aunque sea del Amenabar, pero un videojuego como Fallout no? ¿Por qué un museo es cultura, pero una visita a la antigua Jerusalén en forma de assasin no? ¿Por qué una novela es cultura pero una historia que nos enfrenta a la realidad cuántica del universo en una ciudad que flota sobre las nubes no es más que un juego 'matamuch'? -aparte de por culpa de 2k, quiero decir-.

 

 

Estamos idiotas

Y yo el primero por haberme negado tantos años a reconocer al videojuego como arte. Menuda epifanía, colegas, pero acabo de darme cuenta de que la clave de todo estaba en una pregunta tan sencilla como esquiva: ¿Qué diferencia hay entre pintar un lienzo o pintar un juego? ¿Qué diferencia hay entre escribir y dirigir una obra de teatro y escribir y dirigir a los actores virtuales de un videojuego? Llamamos artista al arquetecto que diseña un edificio o un puente en forma de jamonero, pero somos incapaces de reconocer el arte a raudales que destilan los diseñadores de los extensos escenarios de los videojuegos. 

¿Por qué?

¿Porque es diseño al peso? ¿Porque no tiene constancia física? ¿O tal vez porque el ser humano es un bicho de costumbres y, como decía Anton Ego, lo nuevo necesita amigos? Si es por eso, me declaro desde hoy amigo del arte en los videojuegos, rindo la testa ante los compañeros con los que he discutido este tema y rompo una lanza a favor del colega Forges. ¿Por qué? Porque no todos tenemos la suerte de haber nacido en el momento correcto para disfrutar nuestra afición. No seais malos con él.

 

¡Nos leemos!


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