Final Fantasy XV y la trascendencia de géneros
Se comenta que Final Fantasy XV saldrá el 30 de septiembre, o entre esa fecha y finales de este año al menos. Cada poco tiempo, llega un nuevo rumor sobre su lanzamiento, lo que evidencia el tremendo interés que hay por recibir ya lo último de Square Enix. Yo espero con ansias desmedidas este Final Fantasy XV por algo que tengo muchas ganas de ver en el producto final: la trascendencia del género (póngase las gafas de pasta, señora).
Con esto, me refiero a que Final Fantasy XV está atesorando todo el potencial necesario en su gameplay para no ser rol, ni aventura, ni sigilo ni beat´em up, sino una correcta amalgama de todo ello. Serlo no es fácil. Resulta decepcionante cuando un videojuego es un JRPG pero decide introducir en su desarrollo tramos de uno de los géneros mencionados a modo de alivio jugable, pero mal y porque sí. Es algo así como cuando Telltale Games introduce acción en sus juegos; no encaja bien, no está bien resuelto, solo está ahí para dar variedad.
Sin embargo, la aventura de Noctis y su panda está mostrando que sí puede que sea capaz de integrar todos esos elementos con coherencia en las distintas partes del juego. La clave, en mi opinión, está en las transiciones, algo parecido a lo que decía en mi anterior artículo sobre Pokkén Tournament. Lo difícil es cambiar sin brusquedad de un esquema jugable a otro. Si hablamos del sigilo y nos fijamos en Uncharted 3, por ejemplo, resulta demasiado chocante cuando un personaje le dice a otro eh, seamos sigilosos. En Final Fantasy XV, aunque esos momentos se siguen produciendo, se encadenan de un modo natural. Ir ocultos es la transición de la aventura al combate, y cuando lo terminamos y descansamos, subimos de nivel, funcionando entonces la batalla como transición al RPG y de vuelta a la aventura.
Ese es el gran reto autoimpuesto de Final Fantasy XV y un ejemplo del camino que creo que tiene que tomar el desarrollo de videojuegos. Los géneros puros ponen fronteras de diseño que funcionan bien, se comprenden, en títulos de corte pixelado, porque la realidad que se representa es una fingida. En videojuegos con este aspecto gráfico, y otros actuales, una persona puede realizar distintos movimientos en función de la situación, unos que no todos los géneros aceptan. Para llevarlos a cabo resulta interesante fijarse en otros, salirse el RPG, integrarlos en él y producir una mezcla buena y coherente, es decir trascender el género, pero con sentido y cabeza.
Ya habrá tiempo luego de regresar a contentar a los puristas del JRPG de toda la vida, ahora es momento de mezclar y de hacer que esta combinación no parezca la conjunción torpe de varias ideas, sino algo natural, fluido y que se junte sin brusquedades. Por lo bien por lo que lo parece estar haciendo este Final Fantasy XV, creo que todos lo queremos ya en nuestras vidas.
<< Anterior Siguiente >>