Ferias del videojuego a la deriva

Se acerca la Gamescom y desayunamos hace poco con la noticia de que el E3 se mantenía en Los Angeles hasta 2015 pero, con el planteamiento actual, nos preguntamos qué sentido tienen las ferias de videojuegos.

 

Nos lo planteamos, ojo, desde un punto de vista profesional. Ponéos en nuestra piel por un momento teniendo como ejemplo el pasado E3: de la conferencia de Xbox sólo vimos el nuevo Splinter Cell, que era un título third party. De Nintendo sólo vimos como gran novedad Nintendoland, y eso por no decir que la firma nipona se dedicó a hacer varias charlas para diversificar todo lo que tenian que ofrecer. Beyond, la gran novedad de Sony, se filtró unas horas antes y el único gran anuncio fue Wonderbook. Posiblemente los dos mayores bombazos a nivel de software los dieron Ubisoft y Electronic Arts con Watch Dogs y el Need for Speed Most Wanted.

 

Visto de otra manera, el último E3 fue un encuentro en el que el periodista acreditado se desplazó a la otra punta del mundo para que le contaran en rigurosa primicia noticias de las que ya conocía su existencia. Pero no acaba ahí la cosa, ya que muchas de las cosas vistas en dicho certamen se han podido jugar en nuestro país días, o semanas, más tarde, por lo que el hecho de desplazarse hasta California pierde ese halo de exclusividad.

 

 

Para el usuario de a pie, la diferencia es mínima. Es más, un redactor desde España puede hacer mejor cobertura de una feria que un tipo apegado al terreno, por el simple hecho de que la cita es inabarcable para una persona in situ, que no tiene tiempo ni para comer ni para poner en perspectiva las toneladas de información que tiene que recoger.

 

Para el usuario la historia es bien diferente. El desaparecido, esperemos que sólo durante este año, Gamefest es la mejor muestra de lo que debería ser una feria del videojuego. Una feria que tiene un sentido y unos objetivos concretos: convertirse en un punto de encuentro para usuarios y permitirles un primer acercamiento a las novedades que están por venir.

 

Para usuarios, las ferias son más necesarias y útiles que nunca. Para prensa, se convierten, en ocasiones, en un engorro. Lo vviviremos de nuevo en la próxima Gamescom, en la que mucho nos tememos que no habrá novedades de peso.

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