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¡Feliz Festival de Invierno en Hearthstone!

LA CAJA, LA CAJA
Por Kysucuac

Cuando llega la Navidad, al menos aquí en España, tenemos tres tipos de personas: Aquellos más tradicionales que esperan al seis de enero a que los Reyes Magos les traigan sus regalos; los que son más de Santa Claus y prefieren no tener que esperar tanto; y los más agonías y suertudos, los que han dicho que a ellos les vale la tradición nacional y la que venga de fuera. Si, total, ¡son más regalos! ¿Para qué elegir uno?

 

En el mundo de Warcraft no existe la Navidad per se, pero sí podemos celebrar algo muy parecido, pero con otro nombre. Claro, no olvidemos que nosotros celebramos el nacimiento del niño Jesús, aunque hayamos plagiado esta festividad de otra tradición más antigua. Pero, bueno, no entremos en eso. La cosa es que en Azeroth no hay niño Jesús, pero sí que tenemos el festín del Festival de Invierno. Esta celebración, a la que muchos ya estábamos acostumbrados en el WoW, ha llegado a Hearthstone.

 

La última expansión ha pasado por el juego de cartas de Blizzard sin pena ni gloria, dejando paso a la celebración más... generosa de la temporada. El festín del Festival de Invierno ha llegado a Hearthstone de dos formas distintas, y no han sido las dos igual de bien recibidas. Por un lado, Blizzard nos ha puesto la “oferta de Invierno”, con la que nos llevamos 50 sobres por 44,99 euros. Sí, no hace falta que os diga la segunda forma de celebración, ya sabéis cuál ha sido la más criticada. Peeero aquí no vamos a hablar de las malas decisiones a nivel económico que ha llevado a cabo la compañía californiana, así que vamos a hablar de lo que nos importa (principalmente porque no vamos a meterle cuarenta pavos al juego sin comerlo ni beberlo, vamos): ¡Intercambio de regalos!

 

Como en la Navidad, en el festín del Festival de Invierno un señor bonachón y con barriga cervecera, llamado el Gran Padre Invierno, nos trae regalos a todos. Pero estos regalos hay que pasar a recogerlos por la pelea de taberna, lo que significa que no vamos a salir enteros de ésta. En esta pelea de taberna, que lleva activa desde el pasado día 16, el Gran Padre dejará caer regalos sobre las calles de Ventormenta (con grifo vestido de reno incluido), esperando a que nosotros abramos el nuestro... y el de nuestro oponente.

 

Sí, no todo es amable en el Festival de Invierno, y en esta pelea de taberna nos tocará derrotar a nuestro oponente con la ayuda de esos regalos. Pero, ¿y qué son esos regalos? El Gran Padre Invierno dejará caer al inicio de nuestro primer turno una caja en nuestro lado a modo de carta 0/4. Lo mismo pasará en el lado de nuestro oponente y ya sabremos cuál es nuestra misión: Romper la caja del contrario y evitar que él rompa la nuestra. ¿Cómo evitamos eso? Fácil: Rodeándonos de esbirros con Provocar y utilizando hechizos y estratagemas variadas para ser nosotros mismos los que rompamos nuestra propia caja (además de la del rival).

 

¡Pero los regalos caen del cielo! Literalmente. Por lo que tras romper una caja, al siguiente turno nos llegará otra. No obstante, lo importante no es la caja ni la lavadora y secadora que nos muestra el atractivo Smithers, sino el regalo que guarda en su interior. Ese regalo, un hechizo de coste 1, nos mostrará tres cartas con un coste de maná exageradamente reducido, y tendremos que elegir entre una de esas tres. Por supuesto, se trata de cartas muy rotas en la mayoría de los casos.

 

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¿La clave? Estrategia. No siempre vamos a tener suerte a la hora de abrir los regalos, y no olvidemos que, gracias a la Ley de Murphy, es bastante probable que nuestro rival siempre consiga regalos mejores. Así que lo mejor es basarnos en una estrategia de combate, pensar con la cabeza fría y centrarnos en joder al otro sobreprotegiendo nuestra caja (o destruyéndola antes que él) y haciéndonos con todas las que le caigan al rival. Lo único malo es que en esta pelea de taberna no ganaremos un sobre, sino un dorso de carta muy navide... muy invernal, pero no importa. Aquí sólo importa la caja. ¡La caja, LA CAJA!


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