1. Mundogamers
  2. Noticias

Far Cry 4. Y ya que estamos, salva el Himalaya

Sin querer, salvador de la nación.
Por Adrián Suárez Mouriño

El elegido, el encargado de salvar el mundo... Muchas han sido las maneras de llamar a aquel que se levanta un buen día de su cama y, sin comerlo ni beberlo, se ve liderando una revolución, gobernando como un dios a un pueblo o liberando a los esclavos de un tirano malvado. De Far Cry 4 se van sabiendo nuevos detalles, el último es el referente a su trama. El protagonista se marchará de viaje al Himalaya a cumplir con la última voluntad de su madre. Una vez allí se verá envuelto en una guerra civil contra el adorable dictador local. El anterior Far Cry 3 empleaba un argumento similar, aunque en esta ocasión la transmutación de chaval de ciudad a héroe de guerra llegaba mediante convertirse en uno con la jungla, la misión de rescatar a sus amigos, y la presencia de una nativa que, al grito de "tiran más dos tetas que dos carretas", iba atrapando al protagonista en el loco mundo de Far Cry 3.

 

Títulos como The Stanley Parable se ríen de estos planteamientos, con un jugador que quiere aspirar a salvar la situación; pero que es un oficinista, y el título se encarga de recordárselo. Pasar de criajo a líder señalado por la mano de Dios es parte de ese pensamiento de naturaleza shonen, de salir de la rutina de la vida cotidiana y convertirse en el verdadero "yo" que se supone que todos tenemos dentro. Por supuesto, la inmersión en estos roles es rapidísima; a todos nos encanta una buena aventura heroíca en la que ser aclamado y premiado, algo que sabe hacer muy bien el videojuego.

 

Personalmente, tengo muchas ganas de disfrutar de este Far Cry 4 porque el tercero me enamoró. Pero, aún así, admito que cada vez me seducen más las pequeñas historias, como la The Stanley Parable, o la de los juegos de rol que narran una historia personal que no implica destrucciones mundiales, decisiones vitales entre eliminar la galaxia o salvarla y que una chica de caderas parideras (u hombre de torso musculado, eso ya según gustos) me reciba al final con sus encantos dispuestos a ser entregados.

 

 

Sin embargo, esta no deja de ser una vía recorrida, en su mayoría, por producciones de corte indie; que no siempre independiente. Títulos como Journey, Gone Home y muchos otros consiguen calar en uno por esa tranquilidad, esa serenidad en su temática que no nos piden transformarnos en el pastor de la humanidad, sino ser alguien normal o encarnar determinados sentimientos que todos hemos sentido alguna vez. Por supuesto, combinar ambos tipos de producciones es la mejor de las opciones; me gusta ser un oficinista videojugado pero a nadie le amarga transformarse en un caballero del medievo y empalar a unos cuantos trolls por encargo del rey que te señala con su magno dedo.

 

El viaje del héroe es atractivo, fácil de digerir, agradable y el jugador está ya acostumbrado a él. Las nuevas tecnologías posibilitan hacer de otro tipo de historias algo atractivo e incluso vestir las de salvación mundial con mayor naturalidad. Un campo que los videojuegos de rol deberían explotar más, incorporando cotidianeidad, más emoción y menos "elegidos". Eso sí, cuando me pierda en el Amazonas y los pigmeos no se arrodillen a mis pies llamándome Dios, me sentiré traicionado por la industria.


<< Anterior Siguiente >>