Far Cry 4 y las mujeres
Estoy encantado con Far Cry 4. Es uno de mis GOTYs porque, bueno, es Far Cry 3: Otra Vez, y adoré las mecánicas de mundo abierto, de cacería y de captura de torres y de puestos de este juego. Sin embargo, creo que Far Cry 4 me gusta más por una sencilla razón: hace natural la presencia constante de mujeres, tanto protagonistas como secundarias, algo que suele costar a los videojuegos.
Lo primero es que puedes escoger una líder revolucionaria tomando las decisiones adecuadas durante la historia, lo que no solo determina cómo terminará esta sino que te hace estar, más o menos, bajo las órdenes de una mujer. Esto, para empezar, no suele pasar en cualquier juego. Y Amita es muchas cosas, pero desde luego no es la clásica mujer prendada del protagonista.
Lo mismo ocurre con muchas de las secundarias. Mientras que la norma en los videojuegos de guerra y revoluciones y violencia es que los hombres tengan la voz cantante, en Far Cry 4 hay las mismas líderes revolucionarias y enemigas que caudillos del ejército y aliados en tu bando. Y su importancia es similar, y actúan con convicciones igual de válidas o suicidas. Están a la misma altura.
No para aquí la cosa. Lo más importante, creo, es que cuando te lías a dar vueltas por ahí, te encuentras combates espontáneos entre el ejército real y los revolucionarios. El ejército real, curioso, está siempre constituido por hombres en las tropas rasas, pero los revolucionarios suelen estar en paridad siempre: o te encuentras dos hombres y una mujer luchando o dos mujeres y un hombre.
Más allá de estos ejemplos, lo mejor del juego es la naturalidad con la que se introduce algo que, en el fondo, es lo más normal del mundo en la vida real: cuando vamos por la calle, vemos los mismos hombres y mujeres por todas partes y no nos extrañamos. ¿Pero en un videojuego? En Skyrim es raro encontarse una aventurera por ahí suelta haciendo de las suyas o una mujer con poder. Quizá no lo recuerde del todo bien, pero no me sorprendió en este sentido como sí lo ha hecho Far Cry 4.
No voy a caer en algo tan reduccionista como sería decir que la corriente feminista imperante durante 2014 y que tantas cosas buenas ha traído, y contra la que se han levantado tantas cosas malas y repugnantes; ha condicionado este aspecto de Far Cry 4. Quizá haya ayudado, pero no me atrevería a hacer una relación directa. Lo que está claro es que, aún con sus errores y sus tópicos en otros aspectos, Far Cry 4 acierta un poco con esta manera tan sencilla y normal de crear un mundo habitado por igual por hombres y mujeres.
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