1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

Falta menos de un mes para que llegue Dragon Quest XI y la puesta al día de esta serie

Verticalidad, mundo más explorable y libertad
Por Adrián Suárez Mouriño

No queda nada para que llegue a las tiendas Dragon Quest XI. El 4 de septiembre lo tendremos para PS4 y PC, sin noticias definitivas de las fechas para sus entregas en Switch y Nintendo 3DS. Dragon Quest XI es un título interesante con una gran dificultad que superar: ser contemporáneo sin perder todo lo clásico que se le supone a una entrega de Dragon Quest. Porque esta saga nunca será 'moderna' del todo. No lo desea, y eso hay que tenerlo claro.

 

En Dragon Quest XI hay mundos abiertos y es la exploración de estos en dónde el juego mira más hacia adelante, hacia el futuro que no deja de ser nuestro presente ya, claro. Me refiero a que supone un gran adelanto poder saltar y recorrer a nuestro aire el mapamundi de un juego de esta saga, saliéndonos de las reglas tan rígidas de los anteriores títulos y explotando según qué zonas también en vertical.

 

Esta cualidad es una de la que se jactan cientos de títulos nuevos, Sekiro, sin ir más lejos; sin embargo, es algo por la que todos los mundos abiertos tendrían que apostar. Que un escenario se pueda recorrer también de arriba a abajo le añade un puntito de intriga a ese siguiente paso que tenemos que dar, pues al caer no sabemos lo que encontraremos al otro lado.

 

 

Se agradece también mucho que se haya añadido la modificación que se añadió al remake de Dragon Quest VIII: ahora los enemigos no nos sumen en un combate por turnos de manera aleatoria, sino que tendremos que chocar contra ellos. Sin embargo, sí que se mantiene la traslación a otro espacio de juego para librar la lucha, con un tiempo de carga (malditos tiempos de carga) incluido.

 

Este siempre ha sido el mayor e inevitvable problema, en mi opinión, de la serie Dragon Quest como también lo es de Dishonored: los tiempos de carga, los momentos de presentación y lo lento que suele fluir todo. En el rehecho de Dragon Quest VIII que jugamos en Nintendo 3DS pudimos comprobar cómo esta lacra es una que conoce el estudio, pues se corrigió, todo fluía mucho más rápido en aquel juego. Siendo conscientes de ello es una pena que aquí se mantenga esta transición hacia un lugar distinto de batalla en vez de producirse en el mismo mapamundi el combate, porque retrasa mucho la acción. Sin embargo, esto es Dragon Quest, no es un Final Fantasy, y los cambios que recibe una nueva entrega nunca pueden ser bruscos del todo.

 

Eso nos deja con un mapamundi con vocación de mundo abierto (aunque siempre lo hayan sido en realidad) con más exploración y un aspecto gráfico que invita a pararse, mirar y rebuscar. Y todo apunta a que en él se reúne toda la vocación de progreso que este juego trae a la saga, reuniendo lo aprendido en Dragon Quest X. Tengo que decir que, a priori, me parece insuficiente, pero seguimos hablando de un Dragon Quest. Espero que los combates por turnos se hayan agilizado, la trama se haya quedado con algo de la mala leche de Dragon Quest Builders y que el viaje no se reduzca a pasar de pueblo a pueblo. Lo sabremos el 4 de septiembre. Pese a todo esto que digo aquí, hay ganas


<< Anterior Siguiente >>