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Fallout 4 y su `puto y maravilloso´ perro

¿Albóndiga o `Almóndiga´?
Por Rafa del Río

Fallout 4 ya está aquí. Bueno, vale, no, en verdad no estará aquí hasta mañana, pero ya tenemos permiso para hablar del juego los que hemos estado liados con él para su análisis. Después de más de 27 horas de juego -y las que me quedan antes de hacer su análisis este miércoles-, son muchas, pero muchas las cosas que quiero contaros del último episodio numerado de la saga de supervivencia postapocalíptica por excelencia. 

 

El caso es que Fallout 4 ya casi está aquí, y trae muchas pero muchas novedades bajo el brazo de su servoarmadura. La guerra... La guerra ha cambiado mazo, nano, y una estas novedades -de la que más se habló antes de su lanzamiento junto a todo ese rollo de la construcción del refugio del que hablaremos otro día- es la inclusión de un peludo amigo: Albóndiga

 

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El hombre del refugio 111 y su puto perro

Le he dado muchas vueltas al asunto, y la inclusión del perro sigue provocando en mí sentimientos encontrados, que es la forma pija de decir que me encanta y lo odio a muerte, todo a la vez. Y esto es complicado.

 

Empezando por lo malo, la expresión que más he gritado en mis sesiones de juego nocturnas ha sido 'puto perro', a la que se unen frases tan poéticas como 'Éste perro es más inútil que la negriblanca de Resident Evil 5', 'ya me la ha vuelto a liar el puto perro de mierda', 'joder, puto perro, ¿qué es lo que no entiendes de sigilo?' o 'Dónde, dónde, dónde cojones está eso que dices has encontrado, puto perro'. 

 

Y es que, en ocasiones, Albóndiga es desesperante. Tiene la fea costumbre de atacar a los enemigos en cuanto el medidor de sigilo se pone en [cuidado], hace de perro fantasma y desaparece y aparece a varios metros cuando estás mazmorreando, le da por abrir puertas a su bola, desquiciándote todo tu sistema de exploración basado en puertas abviertas y cerradas, y por último pero no menos importante, le encanta ladrar y alertar a los enemigos, señalar objetos que no están ahí y darte unos sustos de muerte apareciendo dónde menos te lo esperas.

 

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Tu amigo más fiel

Sin embargo, todo esto no hace sino darle realismo a algo que debería ser realista. A pesar de los exabruptos y de la mala leche que te pone con algunas de sus ocurrencias, Albóndiga no deja de ser un estupendo aliado en muchas, muchas situaciones: Montará guardia mientras exploras, te avisará de si hay enemigos cerca, encontrará armas estupendas, te hará compañía en tus aventuras, te ayudará a cargar mercancía y, sobre todo, ante todo, colaborará en combate con unas animaciones muy pero que muy fluidas e interesantes que destrozan al fin el mito de que Bethesda usa maniquís de cartón piedra para las capturas de movimiento de sus juegos.

 

Lo cierto es que, a pesar de mis quejas, Albóndiga está bien hecho. Lo de 'perro fantasma' puede desconcertar un poco, especialmente cuando acabas de verlo entrar en una habitación y lo ves salir por otra a los pocos segundos, pero no es algo tan obvio como un desaparecer por la patilla ni tan mal hecho como la compañía de Ellie en The Last of Us y sus paseitos en modo invisible delante de los amigos. 

 

Albóndiga no es un tamagotchi ni un polvo de una noche de Bioware. No tienes que hacerle regalos para que te siga ni tienes que alimentarlo para que sobreviva. Ná. Es un perro del mundo postapocalíptico, y como tal saber buscarse las castañas sólo. Por otra parte, Albóndiga te quiere porque ha decidido quererte, no es necesario que le hagas regalos para conquistar su perruno corazón, y pronto, a pesar de la desesperación que te causa en algunos momentos, descubres que te estás haciendo al perro y el perro se está haciendo a ti, no por cambios en su comportamiento, sino porque, como en el mundo real, os estáis acostumbrando el uno al otro. 

 

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Y esto es maravilloso

Porque refleja a la perfección la relacción existente entre un humano y un animal en el mundo real. Esa mezcla de amor profundo y 'hastalapollismo' que es la base paradójica sobre la que se construye el cariño animal -o humano-, y que en Bethesda han logrado crear de una forma muy intuitiva y sin necesidad de barritas con corazones. 

 

Soy el primero que dije que dejaría al perro en casa, y ahora soy incapaz de imaginarme explorando la Commonwealth sin la ayuda de Albóndiga. Es posible que a veces sea más 'Almóndiga' que Albóndiga, que destruya toda mi estrategia de ataque sigiloso con sus ladridos y me obligue a salir de mi escondite para liarme a machetazos con los enemigos, pero ¿qué más da? Lo que me da, como sabe cualquiera que tenga un perro, es mucho más de lo que puedan quitarme sus caninas ocurrencias, y aunque le hable como un viejo cascarrabias, él sabe que le tengo mucho cariño.

 

Y esto 'es bien'.

 

¡Nos leemos! 


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