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Fallece Kenji Eno a los 42 años de edad

Descanse en paz, maestro
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Extrañas sensaciones recorren mis dedos al teclear el presente texto. Nunca es agradable ser el portavoz de una mala noticia, pero el haceros llegar el fallecimiento de un personaje como Kenji Eno me hace ser partícipe de una tristeza que difícilmente podría expresar en palabras.

 

El maestro Eno pasó a mejor vida el pasado día 20 de febrero, debido a un paro cardiaco causado por un problema de hipertensión. Especialmente triste es que nuestro hombre cumpliría el próximo mayo 43 años, habiendo fallecido siendo bastante joven y con muchas cosas por decir en esta vida. Lo cierto y verdad es que su condición física había empeorado sobremanera con el paso de los años; se había descuidado en términos de peso, con subidas y bajadas poco salubres, y, lamentablemente, eso termina pasando factura.

 

He aquí una muestra reciente de su maestría musical: Walk a Mile.

Kenji Eno era un auténtico espectáculo, una personalidad de esas que dejan huella. De trato singular, este músico y diseñador de videojuegos se confesaba apasionado del mundillo a la par que otras tantas veces aborrecía del mismo. Era tal su envergadura y genio que Fumito Ueda, responsable de Ico y Shadow of Colossus, lo considera su mentor después de haber trabajado con él en Enemy Zero. Pero en su condición de malabarista del ocio electrónico cabe mencionar que fue el creador de una de las sagas de terror tal vez menos conocidas del panorama videojueguil actual, pero que para aquellos que como yo saborearon las mieles de su particular diseño, cumplió con creces en lo que a grabar a fuego su rúbrica se refiere. Ahí está D para corroborarlo.

 

En los primeros tiempos de PlayStation y Saturn, D absorbió a propios y extraños con su particular manera de contar las cosas. Apareciendo en 3DO, Saturn, PlayStation y compatibles PC, esta aventura era un auténtico espectáculo cinemático, mezclando a partes iguales la interacción al más puro estilo Myst con ciertas acciones propias de lo que hoy conocemos como Quick Time Events. Lo mejor de todo, auténtico sello de Eno, era la siniestra ambientación, con esa protagonista, Laura, adentrándose en un hospital en el que su padre, el doctor que hasta entonces era director del centro, había llevado a cabo un asesinato en masa.

 

A pesar del tiempo, D sigue pareciendo tan inquietante como antaño.

Su segunda parte, una auténtica pieza de coleccionista, únicamente vio la luz en Dreamcast, después de las idas y venidas que tuvo el diseño en términos de asomarse a ese bizarro proyecto que era el M2 de 3DO. Quizás por el hecho de ver la luz en una plataforma no demasiado extendida (como pasara con Enemy Zero, primero para Saturn y dos años más tarde para PC) hizo que no trascendiera en demasía su magia. No obstante, a Eno se le puede recordar también por ser uno de los genios creativos detrás de Parallel World (1990, NES), Panic Restaurant (1992, también para NES), Real Sound (1997 y 1999, para Saturn y Dreamcast, respectivamente) e incluso por realizar algunas de las músicas del mítico Sega Rally 2.

 

En estos últimos tiempos ha tenido algunas idas y venidas del mundo del videojuego que hacían difícil el seguirle el rastro. Trabajó en 2009 en You, Me and the Cubes para Wii, y ha desarrollado diversos proyectos para iPhone e iPod Touch. No ha llegado a trascender a los medios de manera masiva sus últimas obras... y tampoco creo que lo hubiese querido. De trato complicado con la prensa y con la gente en general, Kenji Eno era un genio alocado, histriónico y con ese toque extraño que deben tener las grandes personalidades como la suya. Por su obra, por su personalidad y por todo lo que todavía tenía por ofrecer, le echaremos mucho de menos. Descanse en paz, maestro.

 

Kenji


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