Fable Legends debería haber sido Fable 4

¿Quién lo iba a decir? Años poniendo a parir al señor Molyneux y al final resulta que estoy escocido con que hayan cerrado su estudio y hayan acabado con la posibilidad de ver un buen Fable en el mercado después del 2. No vamos a engañarnos, no soy fan de la obra de este señor, pero a pesar de los pesares, de su ego y de las formas que haya optado por lucir en su momento, no se le puede negar su fuerte papel en la industria, siendo uno de los nombres claves de la evolución del videojuego y de la situación de muchos de los títulos del mercado actual. 

 

Fable Legends tenía que haber sido Fable 4

Y esto es ago que hasta los de Microsoft deben saber a estas alturas. Ojo, entiendo que lo de sacar un World of Warcraft y hacer dinero durante años es una golosina jugosa para las compañías, pero hay que entender antes las políticas de los jugadores, sus expectativas y qué es lo que realmente espera el público de una compañía. ¿Una pista? Casi nunca es un juego online. 

 

Microsoft se dejó llevar por la euforia. Con Don Mattrick aún presente -o, en su defecto, su herencia- la obsesión por la conectividad y por el que todo fuera online parecía el futuro. ¡¡Titanfall exclusivo online, sin campaña!! ¡Destiny va a ser la leche! ¡Halo 5 Guardians saldrá sin campaña!... idioteces. Afortunadamente pronto la cosa cayó por su propio peso y Halo 5 Guardians incluyó una campaña larga y deliciosa y los dos grandes MMMoRPGs que influyeron en la decisión de Legends dieron la cara. 

 

Por un lado, The Elder Scrolls Online demostró que hay público y públicos, y el consolero no es carne de MMORPG al estilo del viejo PC. Que sí, que ahora viene The Division y demuestra que hay otra forma de hacer las cosas, pero eso no quita para que Bethesda tuviera que quitar las cuotas, bajar de precio, incluír contenidos gratis y, ni aún así, destacar demasiado en el mercado de la PS4Box One. El otro gran MMORPG, Dragon's Dogma online, ni siquiera salió de territorio oriental. Eso tenía que haber sido una pista, Microsoft. 

 

 

Fable: The Journey y Fable: Anniversary no tenían que haber existido

Y esa fue la otra gran idiotez de la compañía y del bueno de Mattrick, enamorado como estaba de esa Kinect falaz, falsa y embustera que se cobró su puesto, la cordura de Molyneux y que terminó con ese Fable The journey que a nadie apetecía. Una tecnología condenada a muerte que condenó a la muerte a una saga y a un estudio, con unas obsesiones competitivas y una política que, a día e hoy, no entienden ni en nuetro país. 

 

Pero la obsesión iba a más. Donde dijo digo dijeron Diego, y la paranoia de ese Fable Legends que a nadie convencía se hizo aún mayor. Un juego MMORPG de pago con cuotas, sin cuotas, sin pagos, que sea free 2 play, que tenga microtransacciones, otra vez cuotas, o mejor, micropagos... y ahora compatible con Kinect, no, mejor con SmartGlass, o mejor con Oculus... O no... ¿Y si rula en Windows 10?

 

Y los constantes retrasos empezaron a oler a podrido. El momento perfecto de sacar Fable Anniversary, un recopilado para una consola que estaba siendo abandonada con más de los muchos errores que habían recaido sobre la saga, y mientras, el puño de hierro de Microsoft, esa parte fea de la compañía que conocen bien en Lionhead, Rare y, seguramente, Remedy, demostrando la inutilidad de una compañía con demasiados enchaquetados iluminados que no tienen ni idea de lo que realmente hay que hacer. 

Pero eh, metamos gatitos, nuestros estudios demuestran que a la gente le gustan los gatitos.

 

 

Lionhead ha sido una oportunidad desaprovechada

Un sinfín de malas decisiones tomadas por gente ajena que, como sucedió durante años con Rare, ha terminado por destruir la creatividad de un estudio, el nombre de una compañía y la magia de una saga que podría haber sido aún más brillante que esos últimos estertores en el ocaso de su existencia.

 

Microsoft dice que no me preocupe, que pronto sadrá Quantum Break y que tienen estudios como Rare y como Moon Studios -sí, los mismos que le pidieron un devkit de NX a Nintendo hace poco-, pero yo no puedo evitar recordar a ese joven yo que emprendía el vuelo lejos del nido, que compró su Xbox con el primer sueldo de maquetador redactor de cultura en un periódico local y descubrió en Fable un sueño de cómo podían ser los juegos en el futuro.

 

Llegó el futuro, y los juegos son como ese joven yo con pelo predijo gracias a Fable. Una lástima que ni Fable ni sus creadores estén ahora aquí para poder apreciarlo, porque a Microsoft, como bien dice Daniel Gray, se le da de puta madre aniquilar estudios de desarrollo internos.

 

¡Nos leemos!  

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