Es un hecho que la exclusividad de Rise of the Tomb Raider es una bobada, y no hay más que mirar a unos cuantos datos para verificarlo: las ventas en Xbox One han llegado al millón solamente, una cifra muy baja para lo que debería haber vendido un juego con Lara Croft en la portada; se trata de una exclusividad temporal, por lo que nadie siente la tentación real de hacerse con la plataforma en la que sale primero; y, para colmo, ese tiempo es bastante breve: Rise of the Tomb Raider llega el 26 de enero a PC.
Teniendo esto en cuenta, espero que muchas otras compañías y estudios hayan aprendido la lección. Otra cosa es que vayan a dejar de aplicar esta clase de discriminación tan absurda. No es que no entienda la utilidad y el sentido de las exclusividades, ojo. Cada plataforma tiene sus estudios y sus inversiones, con las que intenta llamar a un tipo de jugador o robar usuarios a la competencia, pero esto es otra. Vamos, que defiendo que Uncharted 4 sea exclusivo de PS4 y Gears of War 4 lo sea de Xbox One, por ejemplo.
Sin embargo, esas otras exclusividades de segunda solo hacen daño. Las compañías, sea Sony o Microsoft, no creo que reciban un gran impulso para su plataforma porque un juego se lance antes. De hecho, en muchos casos es algo contraproducente: los usuarios de la otra plataforma acaban mosqueados, y tienen las redes sociales para soltar mierda y crear mala prensa; y los que no estén enfadados, lo mismo se olvidan o no compran a propósito el juego a modo de protesta.
¿Hay alguna razón para seguir haciendo esto que a mi se me escapa? Porque 'crear marca' no es algo que hagas a costa de enemistar a usuarios de las plataformas o, en el caso de third parties, por discriminar a una parte de tus jugadores. Destiny, por ejemplo, tiene armas y objetos exclusivos de PlayStation que llegan a Xbox One pasados muchos meses. ¿Esto ayuda de alguna manera? En serio, las grandes compañías de videojuegos deben empezar a pensar en los pequeños detalles que destrozan este medio.