Estraperlo en la red
Las tierras de Azeroth están cubiertas de sinvergüenzas, eso no es ninguna noticia, pero el caso de la victoria en los juzgados de Blizzard ante la empresa Ceiling Fan Software (y que le ha servido para ingresar 7 millones de dólares) nos ejemplifica la situación que se está viviendo en territorios on-line en los que no son pocos los que sacan partido de las triquiñuelas de unos y otros. Y lo que no conocemos.
Ceiling Fan Software ofrecía bots para World of Warcraft en su red, con lo que hacía negocio y rompía unas de las normas del propio juego, en el que las prácticas con bots están más que prohibidas. Ceilling Fan se lucraba de ello, y aunque no son los primeros en caer en esa materia ante la desarrolladora americana, sí que han sido los que han sufrido un mayor castigo. Pero estamos ante la punta del iceberg.
Mercados orientales no muy escondidos ofrecen a usuarios de todo el mundo la posibilidad de hacer trabajos a los jugadores con tarifas de lo más baratas. Subir niveles, conseguir cantidades ingentes de oro u objetos de difícil acceso, todo se vale dentro de un negocio del que muchos viven a costa del juego de otros. Incluso eso, seguiría siendo poco, ya que si cavamos más, seguramente, encontramos nuevas artes y formas de sacar unos dólares fáciles con los videojuegos o en el peor de los casos acabar perdiendo nuestros usuarios.
El caso de un jugador español que dejó su cuenta de Xbox Live Gold a un mexicano a cambio de unos pocos dólares para que le desbloquease nuevos logros se saldó con una violación a la tarjeta de crédito adjunta del jugador y una denuncia que no llegará a ninguna parte. Ese es uno de los casos más dramáticos, pero sé de buena tinta de gente que pagaría cantidades cercanas a los 300 euros por tener una cuenta de Steam con un número cercano al 9000. ¿Para qué? Para vacilar de antigüedad. Es una tontería enorme, pero en el videojuego, todo comienza a valer dinero, hasta tener un número de usuario.
Es por eso que, a pesar de haber terminado en desastre, la Casa de Subastas de Diablo III me parecía una solución óptima (aunque con sus pegas) para un problema que lleva existiendo desde hace un buen puñado de años. La experiencia conseguida ante el fracaso debería animarnos a encontrar nuevas posibilidades para un mundo que mueve mucho dinero de estraperlo desde los bits y los mundos permanentes de la red. El movimiento del mundillo nos acabará metiendo en un problema si no se llega a regularizar circunstancias así, y al momento que medien los de siempre, estando como está la situación, acabarán sacando tajada de algo que deberíamos haber controlado por mera responsabilidad y respeto a la industria.
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