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eSport o no eSport: Ésa es la cuestión

Dos no compiten si uno no quiere
Por Kysucuac

¿Qué son los eSports?, dices mientras clavas

en mi pupila tu pupila azul

¿Qué son los eSports?¿Y tú me lo preguntas?

Los eSports eres tBueeeno, os comento. Ayer por la tarde hablaba con un compañero del curro, contándole un poco mi vida y a qué me dedico más allá de las máquinas recreativas. Explicándole mi trayectoria profesional y cómo ha avanzado desde entonces el mágico mundo de los deportes electrónicos, me formuló una pregunta de esas de las que te hacen pensar. Una pregunta sencilla y compleja a la vez, con una respuesta igual de sencilla y compleja: ¿Cualquier juego puede considerarse eSport?

 

Respuesta corta: Sí y no. Jodido, ¿eh? Pero, es cierto. En parte. Vamos a hacer una breve y concisa definición de lo que viene a ser un eSport para poder aclarar un poco el asunto. Podemos considerar deporte electrónico a aquellos videojuegos multijugador que se juegan a un nivel competitivo, especialmente entre profesionales. Sin embargo, la definición queda un poco en el aire si decidimos marcarnos un torneíllo en casa, donde el premio es no pagar las cervezas. Podríamos decir que cualquier videojuego que pueda ser competitivo, es un eSport, pero por esa regla de tres tendríamos que incluir al Reggaeton dentro de la definición de música. Y no me da la gana.

 

Por otra parte, debemos tener en cuenta el hecho de que debe haber una división entre lo que es meramente competitivo y lo que va más allá de la competición. Es decir, con el ejemplo que he puesto antes: Yo puedo organizar un pequeño torneo de Street Fighter con cuatro colegas y llamarla “Copa 4 Fun”, pero esto no será igual a apuntarse a cualquiera de los torneos que organiza, por poner el ejemplo más nacional, La Liga de Videojuegos Profesional. Parece una tontería hacer esta división, pero debemos tener en cuenta que un juego no nace siendo un eSport, se va haciendo en ese universo competitivo gracias a la forma de jugarse y al crecimiento y desarrollo que los jugadores adquieren con él.

 

Luego está, por supuesto, la trayectoria. No únicamente la del jugador, que crece como profesional y pasa de jugar en la comodidad de su casa a estar jugando en un estadio delante de miles de personas. No, también está la trayectoria del propio juego, que crece, como he dicho, con las distintas formas de jugarse y no sólo gracias al jugador, sino al espectador. League of Legends no sería más que un juego como otro cualquiera si no fuera porque ha conseguido el éxito más allá del juego. Jugadores considerados estrellas, eventos que reúnen a miles de personas y competiciones seguidas a lo largo y ancho del planeta, sea físicamente, sea a través de streaming. Eso es lo que realmente transforma un videojuego en un eSport.

 

Pasa lo mismo con cualquier otro deporte. Sí, el fútbol es un deporte, pero no llega a su máximo esplendor hasta que hablamos de fútbol profesional. Los deportes electrónicos van más allá del propio juego y no se les puede considerar eSport hasta que alcanzan esa profesionalidad. Queda un poco elitista, ¿no? Pero es cierto. En el momento en el que de un juego se puede sacar una estrategia, distintos niveles de juego y un modo competitivo con muchas posibilidades, se vuelve un juego de competición; pero no llega a ser un eSport hasta que alcanza a un público, unos jugadores con aspiraciones profesionales y todo un fenómeno que convierten al propio juego en todo lo demás.

 

League of Legends no sería nada sin Fnatic, sin SK Telecom T1, sin Huni, sin xPeke marcándose el backdoor de su vida. Los momentos que el juego profesional nos dejan en la memoria se unen al presente, con eventos, seguidores, cifras que otros deportes ya quisieran y, sobre todo, la competición “más allá”. ¿Puede Pokémon ser un eSport? Por supuesto, hay jugadores profesionales que se dedican a estudiarse sus equipos para ganar la competición, hay seguidores y hay un crecimiento, como el de Ash en la serie del mismo nombre. Un deporte electrónico no es sólo competir, es todo lo demás. Así, sí, todo juego que tenga un mínimo de posibilidades de ser algo competitivo, puede ser considerado un eSport. Pero también tiene que ganárselo.   


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