1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

Esperanza y miedo con Mass Effect: Andromeda

Por qué creer o desconfiar en BioWare
Por Víctor Junquera

Con Mass Effect: Andromeda me está sucediendo algo raro: mi cabeza necesita pasar por cierta fase de autoconvencimiento de que esto estará bien, que hay que confiar en BioWare. Con todo lo que me emociona la llegada de cada nueva entrega de todas y cada una de sus sagas, siento que no estoy al 100% de expectativas con Andromeda, y mis obvios motivos tengo, pero por frío que me deje cada nuevo tráiler o gameplay aparecido, la ilusión vuelve, y recordar lo mucho que disfruté Dragon Age: Inquisition también ayuda.

 

La falta de expectativas por Mass Effect: Andromeda que reina en el ambiente puede ser causa de muchas cosas, para empezar, el mal poso que dejó Mass Effect 3 por los desaciertos de BioWare al no imponerse con la polémica del final de la trilogía, así como el propio hecho de que todo lo que habíamos hecho previamente en dos juegos y medio, salvar a un compañero o a otro, aniquilar una raza o dejarla vivir y todo tipo de decisiones importantísimas, quedaba relegada a nada ya que todos los jugadores terminábamos en el mismo lugar, donde todo aquello no importaba. Y sólo por ese final (y quizá por los ninjas que no pintan mucho), se tiende a olvidar que Mass Effect 3 es un grandísimo juego que cierra de una forma más que coherente y emotiva todo lo vivido con el Comandante Shepard y su banda.

 

Mass Effect 1 Squad Selection

Aprendimos y disfrutamos tanto con tan pocos personajes...

 

Ese 'mal recuerdo' generalizado no hace bien a Mass Effect: Andromeda, y se nota. Por supuesto, también está el miedo de que el nuevo protagonista, el explorador o exploradora (traducido así del inglés Pathfinder) Ryder, así como el nuevo grupo de aliados, no estén a la altura de Liara, Garrus, Wrex, Tali, Thane, Mordin o Joker, que durante la aventura fueron realmente el mejor amigo o el auténtico amor del jugador.

 

Es más, incluso el hecho de estar presenciando lo que se vende como 'un nuevo comienzo' en una galaxia alejadísima de la ya conocida, choca un poco con lo ya visto y que nuestro grupo siga compuesto por un humano, un turiano, un krogan y una asari (distinta galaxia, mismas especies, como decía Julián). Y por mucho que Peebee sea muy diferente a Liara, la sensación de que ya no descubriremos tanto sobre, por ejemplo, la cultura Asari, pesa. Aunque Ryder desconozca estos detalles, ¿qué queda a descubrir para el jugador en esa nueva galaxia en la que todo es familiar?

 

Mass Effect 2 Squad Selection

Nuestra banda de hermanos para la misión suicida. Nadie se queda atrás.

 

El otro miedo tiene mucho que ver con el propio concepto de Mass Effect: Andromeda como juego de acción, como la idea de shooter en tercera persona con tintes de RPG que prima sobre la idea de que es un RPG occidental con pistolas y naves en lugar de espadas y caballos. No quiero ahondar mucho en esto a raíz de lo poco que se ha visto y lo nada que se ha probado, pero el gameplay deja una sensación rara, como de TPS de la década pasada que no compensa del todo sus carencias con la inclusión de un jetpack.

 

Pero con todo esto, y aún no teniendo todo de cara para tenerle ganas a Mass Effect: Andromeda, la ilusión y las altas expectativas siguen ahí, y Dragon Age: Inquisition tiene gran parte de 'culpa' en esto, ya que con el tercer Dragon Age también estaban las expectativas bajas por culpa de los errores dominantes del segundo, también daba impresión de ser un RPG de la anterior generación por lo que se había mostrado, que no despuntaba, y también se creía que ahondar en el mismo universo y las mismas razas en una región diferente no sería suficiente para atraer a fans y nuevos jugadores.

 

Mass Effect 3 Squad Selection

Los que nos acompañan hasta el final, sin olvidar a todos los que se quedaron por el camino. Garrus y Tali, elementos permanentes, los mejores amigos que puedes tener en la galaxia.

 

Y sin embargo, lo único que se le puede achacar a Dragon Age: Inquisition de forma universal es esa falta de coherencia en muchas de las misiones secundarias como aquello de que sea un jefe de estado quien se encargue de recoger las ovejas descarriadas de los pastores. Pero uniendo lo antiguo con lo nuevo, Inquisition fue capaz de contar con el protagonista más carismático de la saga sin estar encerrado en ser 'un Hawke' o 'un Shepard', la banda de aliados, tanto los nuevos como los ya conocidos, dan para sentir todo tipo de emociones (consiguiendo además inclusión y diversidad sin que parezca forzado), y la exploración y el desarrollo, aunque no todo el mundo esté de acuerdo con esto, a mí me parecen todo un acierto.

 

Y con respecto a la exploración de Mass Effect: Andromeda, de nuevo, aún es pronto para aventurar nada, pero lo poco que se ha visto por esos diferentes mundos en los que combatir o explorar a pie o sobre el Nomad (el nuevo Mako), me recuerdan en cierta medida a esos mini-mundos abiertos que componen las diferentes regiones de Dragon Age: Inquisition, y tener algo así con la mayor variedad que puede dar la ciencia-ficción espacial, aún con lo inevitable que pueda ser que existan planetas vacíos o repetitivos como en el primer Mass Effect, sería todo un gustazo que mejoraría con creces el concepto de visitar sólo zonas delimitadas de ciudades o áreas de exploración muy concretas de todo un planeta, como hemos hecho durante toda la trilogía original.

 

La imperiosa necesidad de compararlo todo existe, y probablemente sea algo que le haga mucho daño a Mass Effect: Andromeda tras una trilogía tan querida. Y me da miedo, me asusta que también pueda tener peso esa sensación de haber esperado tanto para tener 'más de lo mismo' y 'sin el impacto del original'. Pero de alguna forma, BioWare ya me ha enseñado que no hay motivos por los que desconfiar más de la cuenta, y las ganas de que llegue ese 23 de marzo para despejar todas las dudas y disfrutar de una nueva epopeya intergaláctica no dejan de aumentar.


<< Anterior Siguiente >>