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Esos efectos de sonido que dan gustito

No valoramos suficiente el curro tras el sonido de un puñetazo
Por Bruno Louviers

Es posible que, como yo, muchos de los que leéis Mundogamers tengáis grabado a fuego el sonido de la escopeta de Doom y el grito de los enemigos que lanzan granadas de Quake. Son efectos de sonido tan bien conseguidos y tan particulares que es difícil olvidaros. Es más, es difícil toparse con nuevas versiones de esos efectos de sonido y no tirar directamente de nuestro almacén de recuerdos. Parece que no, pero estos pequeños detalles de los videojuegos son realmente importantes.

 

Es algo que pienso a menudo cuando juego a algunos títulos y me doy cuenta de lo mucho que me gusta una efecto en particular. El nuevo Mortal Kombat X, por ejemplo, ha clavado de tal manera el sonido de espachurramiento de sesos a niveles que casi estimulan la zona del hambre del córtex cerebral. Y los disparos a la cabeza con el cañón de mano de Destiny, para mi sorpresa, superan al de la pistola de Halo en cuanto al gusto que da llevarlos a cabo.

 

 

Creo, de hecho, que parte de la razón por la que sigo jugando a Destinty es porque han conseguido unos efectos de sonido muy buenos en sus armas. Me atrevería a decir que parte de la adicción que crea el juego depende directamente del gusto que da disparar con algunas de ellas, como el Mitoclasta o el Espino. Acostumbrado al detallismo de los primeros Halo con el apartado sonoro (porque las agujas del Spiker también tienen un sonido que da gustico), podríamos decir que es algo integral en Bungie: entrar por los ojos, por las manos y por el oído.

 

Es algo parecido a lo que me ocurre cuando juego a Diablo III. ¿No os da gustito el sonido de los mamporros de este juego? ¿Realmente no es algo psicológico que sigamos pegando leches sin parar y sin objetivo concreto por el simple hecho de que suenan jodidamente bien? Sé que casi suena psicopático, decir que un puñetazo suena bonito, pero es algo que Blizzard ha hecho en todos sus juegos siempre. El sonido de la violencia es realmente atractivo y por eso la seguimos practicando. 

 

 

Por esta razón, me da mucha rabia que juegos como Call of Duty no pongan más interés en este área. Es obvio que muchas veces no es necesario poner demasiado énfasis en ciertos sonidos, pero cuando se pone, se crean cosas tan fáciles de recordar que consigues llevarte una parte del juego siempre contigo. Menudas risas me eché hace no mucho cuando en el metro sonó el sonido del parry de Dark Souls en el móvil de alguien que iba en mi vagón. 

 

Desde el salto de Mario hasta el golpeteo machacón de un pico de diamante contra una piedra de Minecraft, los efectos de sonido son esos detalles breves y que casi pasan desapercibidos en el 90% de los casos, pero que también se pueden quedar contigo para siempre si están bien pensados. Cuando los juegos estaban más limitados, usar efectos de sonido únicos era un truquito de identidad (ay, el pew-pew del arma de Mega Man), pero ahora que todo entra más por los ojos y hay bandas sonoras compleas, se ha olvidado su fuerza. Es una lástima, la verdad. 


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