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Escenarios históricos y políticos sin complejos

Ser más el amigo "del niño del pijama de rayas"
Por Toni Piedrabuena

Mi primera impresión de Papers Please es algo superficial: ¿Por qué no hablar libremente de la localización del juego? ¿Por qué no confirmar, abiertamente, que hablamos de una república soviética de cuyo nombre no quiero acordarme? ¿Por qué no tratar en forma de videojuego la historia reciente? Al final, el indie puede saltarse esa barrera comercial que me obsesiona en los últimos días, pero a la hora de la verdad, dentro de su profundidad de ideas y conceptos, la historia contemporánea podría dar buenos momentos y mejores experiencias para los jugadores.

 

Y está demostrado que los jugadores disfrutan con ella. No se trata de vender el mensaje como si de un juego educativo se tratase, pero sin ser un experto sobre geografía romana, te encantará encontrar el Coliseo en Assassin’s Creed: La Hermandad y disfrutarás de sus vistas más allá de que te guste o te importe un comino lo que aconteció allí o lo que diga Plauto de ello. Los sucesos históricos importantes se han usado de forma superficial en superproducciones, y no hace falta ser un genio de los acontecimientos de la II Guerra Mundial para saber a qué me refiero y de qué hablo.

 

ezio assassins

Abraza al (probablemente) mejor profesor sobre el Renacimiento que has tenido en tu vida

 

Capítulos concretos, una Guerra Civil en España que ha dado hasta el aburrimiento en el cine patrio pero que en videojuegos se mantiene prácticamente virgen más allá del ejercicio estratégico de la pasada década. Debe ser difícil tratar un acontecimiento así de una forma lúdica, pero veo Papers Please, un juego de pedir pasaportes, y solo puedo sentir respeto hacia el tipo que está detrás. No hay normas. Las estamos rompiendo. Tú por comprarlo, yo por hablar de ello y él por hacerlo. Eso es mágico.

 

Dado que todo vale si la idea es buena, ojalá el desarrollador de turno vea en episodios de nuestra historia más reciente alguna experiencia digna de hacernos partícipes. Para ello deberá camuflar bien el episodio y no llevar al pensamiento de que el jugador necesita aprender algo. Mirad (la novela) El Niño del Pijama de Rayas: no necesitabas saber la época ni el lugar para quedarte fuera de juego al conocer el final… luego vino el film y echó la esencia por los suelos desde el segundo cero. El videojuego, si supiese hacer lo de Jhon Boyne, seguramente, encontraría en la historia un escenario digno de explotar.


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