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¿Es Wii U otro caso Dreamcast?

Buscando soluciones...
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Debe ser realmente duro el lanzar un hardware al mercado que prácticamente es rechazado por los desarrolladores abanderados en lo que a tecnología se refiere. Igualmente comparable es el hecho de haber invertido en una consola y estar todo el rato temeroso, con la sensación de que las productoras de videojuegos están dando de lado a tu máquina. La verdad es que llega a ser hasta doloroso.

 

En estos últimos días parece que se ha puesto de moda eso de rechazar la última creación de Nintendo. El comienzo de año ha sido demoledor para los padres de Mario, con la no aparición sistemática de todos los grandes bombazos multiplataforma que han salido: Tomb Raider, Metal Gear Rising, Crysis 3, BioShock Infinite... Parece evidente que en todos los casos han podido los números sobre otras cosas, con las empresas temiendo no recuperar el dinero invertido en la conversión de su juego. Pero es que, de cara al futuro, tampoco la cosa pinta demasiado halagüeña.

 

Wii U blue

Si Wii U no consigue ahora el apoyo de las productoras, ¿cómo lo logrará compitiendo con la siguiente generación?

 

En primer lugar, los polacos de Techland pusieron en duda la capacidad de Wii U a la hora de soportar su Chrome Engine, en parte justificando así el que no apareciera Dead Island Riptide para esta consola. Algo debería pasar cuando, al poco tiempo, saldría a la palestra Alexander Toplansky, productor del título, para arreglar la papeleta diciendo que el engine es plenamente funcional en Wii U, que habían hecho pruebas y corría perfectamente. ¿La excusa para que no salga su juego? Que o reescribían todo el código para que funcionase en el nuevo hardware o, directamente, realizar un simple port que no aprovechara las posibilidades de la máquina, decidiendo en definitiva no hacer versión alguna.

 

Por otro lado tenemos a los talentosos muchachos de Epic haciendo lo propio, o sea, sentenciando a la máquina desde el plano tecnológico para luego desdecirse de una manera muy cutre. Viendo de qué es capaz el Unreal Engine 4 era hasta cierto punto lógico el que Mark Rein declarara durante la GDC que Wii U, al igual que consolas como Xbox 360 o PS3, no soportarían el motor, aclarando que «es un engine dirigido a la próxima generación». Curiosamente, Rein declaró al poco en Engadget que Unreal Engine 4 es escalable, y que si los desarrolladores quisieran realizar juegos en Wii U con su poderosa herramienta, podrían hacerlo... aunque sin explotar su potencial y alcanzar los anhelados gráficos next-gen.

 

Unreal Engine 4 ya se pasea en PlayStation 4. Y luce tal que así.

Más claros fueron en DICE, tras el alucine de propios y extraños después de presentar su demostración de Battlefield 4. Llegará en otoño a PC, Xbox 360 y PlayStation 3, estimándose también el que pise el terreno de la próxima generación. Sin embargo, Wii U cae fuera de los planes de la compañía. Según Lars Gustavsson, director creativo del juego: «prefiero jugar a lo seguro, ofrecer algo realmente bueno y luego mirar al futuro para ver lo que se podría hacer en lugar de ir demasiado lejos y fracasar». Al poco, otro creativo de Battlefield 4 habló de que no se hacía una traslación del nuevo Frostbyte 3 por cuestiones de potencia técnica. Aún así, si os dais cuenta, son excusas que parecen querer evitar decir a las claras lo importante que es el que la consola venda bien o tenga un potencial tecnológico a la altura de las circunstancias.

 

La cosa es que, viendo el percal, lo de Wii U tiene visos de parecerse al caso Dreamcast, donde la mayoría de las compañías se negaban a dirigir sus productos hacia ella. Vaya si dolía contemplar cómo Electronic Arst se negaba a desarrollar, por poner un ejemplo evidente, uno de sus FIFA a Dreamcast... franquicia que ha salido en sistemas tan dispares como Saturn, 32X o 3DO, para que os hagáis una idea. Y es obvio que un sistema difícilmente puede sobrevivir tirando únicamente de los desarrollos que realice su compañía madre, por mucho que digan los fans de Mario, Zelda y demás.

 

Ahhhh... qué tiempos...

Después de las declaraciones de intenciones -o la falta de ellas- por parte de las desarrolladoras, después de ver cómo el jefazo de Ubi (que apoyaba a tope la consola en su presentación) critica la política de Nintendo y, en definitiva, después de contemplar cómo se atisba el futuro con la siguiente generación a la vuelta de la esquina, los padres de Wii U deben tener a las claras el curso de acción a tomar con tal de alejarse de un caso Dreamcast. Uno de los movimientos que más visos de tener buena respuesta es el abrir las puertas al desarrollo independiente, tal y como han dejado claro en la reciente GDC. Veamos los siguientes pasos... está claro que la gran N no ha hecho del todo bien las cosas lanzando de manera tan tardía un caro hardware malamente comprometido con la actualidad, pero tampoco se merece caer en el desamparo que las noticias del día a día parecen querer transmitirnos. Esperemos que se reaccione a tiempo.


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