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¿Es Una noche en Karazhan lo mejor que le ha pasado a Hearthstone?

Respuesta corta: sí
Por Kysucuac

Seamos sinceros: yo no soy lo que se dice una belleza. Físicamente, dejo bastante que desear, pero lo llevo bien. ¿Sabéis por qué? Porque tengo carisma. Sí, es la excusa que nos ponemos los feos para no sentirnos tan mal y confiar en nosotros mismos, pero a veces funciona. En mi caso, ya lo sabéis, soy genial por dentro. Tengo tanto carisma que con eso me vale para convencer y seducir. (Por otra parte, no tengo abuela, dicho sea de paso) Algo así es lo que pasa con Medivh (no lo de la abuela, que un poco también), que no es que sea lo más hermoso del universo, pero a carismático no le gana nadie. Ni siquiera Leeroy Jenkins.

 

En fin, a lo que íbamos. Este año Blizzard se marcó un objetivo con Hearthstone, asignándole un calendario a partir de la llegada del formato Estándar. Con dicho formato, decíamos adiós a las cartas que aparecieron en 2014 en forma de expansión (Gnomos vs Goblins) y aventura (La maldición de Naxxramas); y cedíamos el sitio a algo completamente diferente. Así, la compañía decidió que cada año contaríamos con novedades jugosas, por un lado, en forma de dos expansiones, y por otro en forma de aventura. La genial expansión de Susurros de los Dioses Antiguos ya está perfectamente adaptada al juego, mientras que ahora estamos embriagados (o ebrios) de Una noche en Karazhan.

 

 

Debo decir que la fiesta que el mago Medivh ha organizado en su lujosa y mágica torre me ha sorprendido muchísimo. Si bien ya sabía que cada aventura supone un reto distinto por la estrategia a seguir, no esperaba que la forma de jugar en Karazhan fuera tan distinta. Obras de teatro, partidas de ajedrez... ¡si hasta nos ha tocado fregar los platos! Quizás la dificultad no haya sido algo a tener en cuenta en esta ocasión, pero sí he de decir que Blizzard nos ha dado algo novedoso y divertido, sobre todo lo último. Así que ahora vamos a hacer balance de lo que nos ha dejado Una noche en Karazhan haciendo la siguiente pregunta: ¿Es lo más divertido que ha pasado en Hearthstone?

 

 

 

Deja atrás los agobios y el estrés, lánzate a este mundo de placer

Respuesta corta: Sí. Respuesta larga: Sí (ahá, también es un sí, eso no lo esperabáis), peeeero. No hay duda de que Medivh nos ha invitado a una fiesta única e irrepetible, llena de... eh... emociones fuertes. Pero también hay que decir que ninguna de las cartas de Una noche en Karazhan van a cambiar el modo de juego. Si me lo preguntan, creo que el kit de cartas de La liga de Expedicionarios resulta más imprescindible que el de la fiesta de El Guardián. No obstante, y aquí es donde Karazhan sale ganando, en esta ocasión la ambientación ha superado a la aventura.

 

¿Que a qué me refiero con eso? Sencillo, Una noche en Karazhan se ha saltado los límites y se ha colado en la Pelea de Taberna. Bueno, se coló la semana pasada y resultó ser, para mi gusto, de las más divertidas. Mezclando las mecánicas de los portales con el carisma de Medivh y las Medivas, tuvimos una Pelea de Taberna muy interesante. Cada portal tenía un efecto e invocaba a un esbirro, por lo que las partidas tendían a ser algo aleatorias. Y no sabéis lo que me gustan las cosas aleatorias. Aunque luego a mí sólo me toquen múrlocs aletines y al otro le salga Al'Akir.

 

Pero, haciendo un repaso rápido, y aunque tampoco sean nada del otro mundo, las mejores cartas de Karazhan no están tan mal. Obviando los diferentes portales, que, quien no los tenga todavía, ya los habrá disfrutado en la Taberna, cada clase se ha llevado un pellizquito curioso. El Druida, por ejemplo, cuenta ahora con el Cuervo Encantado, un esbirro de coste 1 con dos puntos de ataque y defensa. Poder sacar algo así en el primer turno nos facilita mucho las cosas, sobre todo si contamos con cartas que puedan otorgarle más daño o más defensa. La Dulce Abuelita y la Cazadora con capa son también un añadido interesante para el mazo del Cazador.

 

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Todas las clases se han llevado un regalito, aunque no siempre se sale ganando

Ahora, para roto, el pack de tres cartas que se ha llevado el Brujo con ¡Kara Kazham!, el Diablillo de Malchezaar y el Golem de la vajilla (a mí eso de que descartar al esbirro y lo invocas me parece que está un poquito op, aunque tampoco sea para tanto). Tampoco ha salido mal parado el Mago con el Portal de las Tierras de Fuego o el Libro balbuciente, que nos añade un hechizo aleatorio a la mano.

 

También quiero destacar dos de las tres cartas del Sacerdote, quien antes de la aventura andaba un poco flojo. Álfil Ónice y Sacerdote del Festín dan un poco más de juego a Anduin, aunque sigue teniendo una baraja algo lenta. El Rufián pretencioso del Pícaro le da algo más de vidilla a un mazo que suele ser siempre el peor parado tras una expansión, y Vendedora Etérea es un gran añadido.

 

Para terminar, de entre todas las cartas neutrales – y hay muchas muy interesantes – me quedo con la Vigía aviaria, una carta bastante potente a mi parecer por cinco cristales de maná, y con la Ilusionista Violeta, que, con su coste 3, se convierte en el aliado perfecto para Valeera, Uther y Garrosh. En resumen, Una noche en Karazhan ha sido inolvidable, a su manera. ¿Vosotros con qué os quedáis?


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