¿Es Reborn el Dota 2 definitivo?
A mí lo que más me gusta es hablar de Dota 2. Y hablo bastante poco, ¿eh? La verdad es que ahora mismo tampoco sé muy bien por dónde empezar. Bueno, dejando a un lado lo que ya todos sabemos: que Dota es el papá de los MOBA, vamos a centrarnos en la más actualizada actualidad (qué bien expresar), aquello que Valve considera la revolución del género, la llamada actualización (también actualizada) Dota Reborn.
Este verano Valve nos anunciaba la que iba a ser la nueva plataforma específica de Dota 2, más intuitiva y más fácil de usar, y algunos nuevos aspectos. La interfaz del juego se ha decantado por la rapidez, y una aparente sencillez a través de la complejidad, con la vista puesta en nuevas características y actualizaciones. Una novedad que era bastante necesaria (y que no necesitaba en realidad de un mega parche para existir) es la de que el botón de Play se encuentre en todas las secciones, sin necesidad de darle a la página principal para poder echar una partida. Ahora, en la barra lateral, podemos seleccionar directamente los modos de juego y, hala, a matar.
Pero hay mucho más, no sólo estos pequeños detalles. Bueno, en realidad, todo parece basarse en pequeños detalles que no son tan pequeños. Estamos ante una interfaz mucho más limpia, más ordenada, más adaptada a “lo moderno”. En definitiva, más eficiente. Pero, de ahí a que Valve asegure que estos cambios de Dota Reborn son la nueva manera de ver los MOBA... En fin, tampoco nos pasemos.
El motor Source 2, la nueva plataforma de desarrollo, está destinada a mejorar el renderizado, la optimización de recursos y hacer que las partidas sean más dinámicas. Source 2 reduce la latencia entre el momento de dar una orden y ver al héroe llevando la acción acabo, lo que se traduce en una rapidez de reacción mayor. Ahora, además, pueden crearse mapas usando un sistema de tiles, más rápido y accesible, pero sin variar el modo de jugar. A todo esto se añade también una mejora visual en el movimiento, la ropa, y hasta en el agua del río. Lo que viene siendo todo un lavado de cara.
Sin embargo, en esencia, Reborn no es más que Dota 2 un poco más bonito, si ya de por sí el juego tenía muy buenos gráficos para tratarse del género que es. Lo más importante es que ahora se ha añadido algo que ya de por sí tenía League of Legends, algo interesante que puede traer a más jugadores: la optimización. En mis tiempos mozos, Dota 2 exigía demasiado. De hecho, yo misma tuve que abandonar porque me quedé sin un ordenador decente que poder utilizar para jugar. Ahora podemos decir que Valve ha acercado su MOBA a la gente de a pie, con ordenadores, portátiles o no, más de andar por casa, menos gamers. Aunque el juego sigue dando el 100% únicamente para los mejores equipos.
En lo que al juego en sí se refiere, la gran novedad con Reborn han sido los modos de juego personalizados, con nuevos objetivos y diferentes maneras de hacer de cada partida una experiencia única. Pero, ¿de verdad es todo esto una revolución? Lo siento, Valve, pero esperaba un poco más. Con la imaginación que tenéis para algunas cosas, Dota se os ha quedado un poco corto.
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