Es malo, pero te ríes

No me puedo creer lo malo, malo, malo que es Devil's Third. El überboss Víctor Junquera, tampoco, aunuqe parece que los dos compartíamos el mismo ímpetu y las ganas de jugarlo porque, come on, un juego de Itagaki, que ha hecho maravillas como Ninja Gaiden o el primer (el primero, solo ese) Dead or Alive, debe estar bien. Ya sabíamos que iba a ser cutre a nivel gráfico, pero dios, yo no me esperaba semejante bosta. No sé con qué ganas voy a acabármelo para el análisis...

 

El caso es que esas ganas de jugar a algo malo las tenemos muchos con ciertos juegos, y es un sentimiento curiosísimo. Esa adaptación del "es mala, pero te ríes" del cine de serie B llevada al videojuego nos trae a muchos por la Calle de la Amargura: por cada juego que es malo pero tiene algo interesante, te topas con un montón de mierdas insufribles que no deberían ni llamarse videojuego. ¿Por qué nos gusta sufrir? Yo al menos lo tengo claro: es un ejercicio de profesión.

 

 

Yo juego a juegos malos porque empecé trabajando en esto del 'periodismo de videojuegos' en Nintendo Acción y allí me comía cosas infumables. Mientras jugaba cosas de cuyos nombres no quiero acordarme, me di cuenta de lo difícil que era encontrar algo bueno en estos títulos y de lo bien que me sentaba eso a la hora de, luego, cuando me tocaba hablar de un juego que de verdad estaba bien, encontrar sus virtudes y exponerlas con mayor facilidad y claridad. Buscar el oro entre la mierda es desagradable, pues, pero cuando lo encuentras, da gustico. 

 

Así, yo soy ese loco que se mete entre pecho y espaldas cosas como Escape Dead Island (que era muy malo, pero tenía una estética relativamente convincente y una estructura narrativa de la cual se podría haber sacado algo), El Shaddai (que era repetitivo, pero tenía una estética hipnotizante), Wet (que no es mal juego, pero no está bien rematado y tenía cosas cutrecillas), el último Sonic (que es un ejemplo perfecto de cómo no hacer un juego de Sonic) muchos otros nombres.

 

 

Al margen de estos juegos, que son malos como el cáncer, luego tenemos otros que no son ni mucho menos malos, pero tampoco llegan a ser buenos, buenos. A riesgo de ganarme vuestro odio, voy a meter Deadly Premonition, No More Heroes (o cualquier juego de Suda 51) y algunos juegos de Platinum Games en este saco. Ojo, que son juegos que adoro, que me encantan y que tengo en mi colección como oro en paño, pero me resulta imposible recomendárselos a alguien que, como yo, no vaya a disfrutar de sus chorradas y errores y problemas jugables como yo. 

Los juegos que 'son malos, pero te hacen reír" no son para todo el mundo, igual que no lo es la serie B del cine o ciertos escritores. Dios me libre de sonar clasista con semejante frase, pero es que hay que conocer bien los videojuegos antes de disfrutar de según qué basura porque, lo dicho, casi siempre se puede sacar algo de ellos que luego te viene bien para otras cosas. Devil's Third, de momento, no tiene pinta de que vaya a hacer ni tan siquiera eso, pero me lo voy a jugar por pura devoción profesional. 

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