¿Es Kinect inseparable de One?

Ha pasado más de un mes desde que se lanzase Xbox One, y aunque el lanzamiento ha terminado siendo mucho más satisfactorio de lo que muchos podíamos esperar en un principio, es el momento de formularse una serie de preguntas sobre la consola. El primer escogido es Kinect, en el ojo del huracán desde que se anunciase en su momento como inquebrantable relación con One imposible de separar. Tras esos días de uso que le hemos dado al sistema de Microsoft, exactamente, ¿para qué ha servido Kinect? ¿Qué uso le hemos dado?

 

Es más: ¿Qué uso le hemos dado al modelo actual comparado con el de 360? ¿Hay un cambio tan abismal que dibuje esa relación inquebrantable entre consola y accesorio como nos dibujaron en su momento? En mi caso os puedo decir que todas mis experiencias jugables con la cámara se han tornado en faltas personales por insultos en NBA 2K14 y alertar a zombis de Dead Rising 3 por culpa de mi novia o un maullido aleatorio del gato. En el caso del multimedia, palabras azarosas que han parado la reproducción de un blu-ray o una película on-line.

 

 

Es por ello que la pregunta es obvia: ¿Tan imposible parece esa Xbox One en solitario? ¿Tan inverosímil resulta un pack barato sin Kinect? Meses antes del estreno no lo tenía tan claro, pero ahora mismo no sabría qué pensar: imagino mi One sin su acompañante y la veo exactamente igual, por tanto, ¿qué habría cambiado pagar menos por ella sin la cámara? Prácticamente nada. La cuestión no acaba ahí: ¿En qué lugar está entre las third parties y las desarrolladoras externas a Microsoft que no tienen ningún motivo por el que sacar partido al dispositivo?

 

Kinect, a día de hoy, debería dar mucho más de sí. Mucho más. No podemos seguir esperando una realidad que debería haber llegado con Project Natal y que nunca cumplió las expectativas que se le presuponían desde un buen principio. Si Microsoft quiere que el acompañante de One se convierta en un estándar en su nueva generación, que se encarguen de darnos motivos para pensar en ello como un adelanto y no como un retroceso. Y en el caso de que no lo vean claro, que den un paso atrás y la vendan por separado. Aunque menudo golpe sería eso para su credibilidad, claro.

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