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Es el momento de volver a The Last of Us

Y ver cómo ha envejecido
Por Rafa del Río

La semana pasada, Sony se marcaba el ritmo con las ofertas de Playstation Store y rebajaba su aclamado The Last of Us: Remasterizado a la nada desdeñable cifra de 20 euros, 17,99 para los usuarios del Plus. Un momento perfecto para que todos los que no pusimos nuestras manos en el famoso remaster del juego de Druckmann y Stroley podamos recordar a Joel y Ellie en 'más bonito', y una oportunidad de oro para revivir una gran aventura.

 

Luce espectacular

Es lo primero que pensé el viernes cuando, una vez acostada la peque, volví al Boston de Naughty Dog a encariñarme con la hija de Joel en los escasos minutos que disfrutas de la vida en familia antes de La Evacuación. Las texturas, las sombras, los destellos, las luces, los reflejos... Todos los contenidos de las intros y las cinemáticas son, sin más, impecables.

 

Sin embargo, cuando las cinemáticas paran y empieza el juego propiamente dicho, te das cuenta del poderío de la nueva generación con un aspecto de juego que mejora todavía más lo visto en las secuencias de vídeo. The Last of Us Remasterizado es mejor en sus partes jugables que en sus cinemáticas, y el paseo por la casa de Joel el día de las esporas -o como queráis llamarlo- es impresionante. 

 

 

La verdad es que me ha sorprendido, y mucho. Supongo que para muchos todo se limitará a 'blá, nuevos gráficos y más bonito, como si es fuera importante', pero para los que nos hemos gastado 400 pavos en una nueva consola que nos ofreza más potencia, sí, pero también mejores gráficos y más bonitos, el resultado te hace un puñetero nudo en la garganta de la emoción. Y es que The Last of Us: Remasterizado pinta tan bien como The Order: 1886. Si a eso le añadís mucho más escenario, muchísimas más horas de juego, su modo online y demás, la opción es más que interesante para los que queremos recordar y hacerlo bien. 

 

No obstante, reconozco que no todo es el aspecto gráfico, y por mucho que me haya enamorado la lluvia, por mucho que alucine con los escenarios, por mucho que la impecable captura de movimientos de Naughty Dog unida a la resolución y resultados actuales me hayan dejado muy alucinado con este Remastarizado, lo cierto es que hay más aspectos a tener en cuenta, y uno de ellos es ver cómo ha envejecido la obra.

 

Tampoco es que haya pasado mucho tiempo

Apenas dos año, casi tres siendo tiquismiquis con los meses, sin embargo hay que reconocer que hay cosas en The Last of Us Remasterizado que cantan, y mucho, si lo ponemos en una balanza con los juegos actuales. No lo noté en su momento, sorprendido como estaba con todo lo que ocurría a mi alrededor, pero hay que reconocer que la obra de Naughty Dog tiene errores, y algunos, lamentablemente, son de risa.

 

 

Por un lado tenemos la IA de los enemigos y de los compañeros: Los paseitos de Ellie y Tess alrededor de Joel en los primeros compases del juego son ridículos. Ahí estamos nosotros, escondidos, escuchando a un chasqueador a través de la pared en un precioso blanco y negro ralentizado para ver los ecos de sus sonidos, y mientras, Ellie correteando arriba y abajo por la habitación y Tess dándonos rodillazos en la cara cada dos por tres.

 

Tampoco los enemigos se salvan. Bien por los infectados en todas sus etapas, pues su comportamiento errático le va como anillo al dedo a su naturaleza depredadora y medio zombie. Sin embargo, los humanos con los que nos encontramos son otro cantar: Soldados que parece que toda la instrucción que han recibido en su periodo militar ha sido la de 'matad como perras, criaturas mías', y que en los tiroteos se limitan a corretear como pollos sin cabezas por los escenarios, supuestamente en un intento de flanqueo que no entiende de parapetos ni de estrategia y que hace que, en ocasiones, parezca que estamos en un shooter online de los años 90. 

 

Por último tenemos la tan alabada 'realidad en las acciones' que, comparada con Mad Max, se queda a años luz del juego de Avalanche Studios: Mochila casi infinita, motor de creación inverosímil y, lo que es peor, muy poca coherencia en la consecución de acciones. Por poner un ejemplo, Joel coge una hoja de papel de una mesa. Si nos limitamos a cogerla, ésta aparece en nuestro inventario como por ciencia infusa para futuros análisis. Sin embargo, si le damos a leerla en el momento, Joel se asrrodillará en el suelo, abrirá la mochila y sacará el dichoso papel, que todavía no nos ha dado tiempo a guardar, para leerlo. 

 

 

Eh, sigue siendo un juego cojonudo

Y es normal que estos pequeños errores se aprecien más gracias a lo mucho que han evolucionado estas mecánicas en los últimos dos años. 

 

Por favor, no me malinterpretéis: The Last of Us: Remasterizado sigue siendo un juego sobresaliente, una aventura magnífica y una revolución gráfica brutal en la que da gusto investigar y explorar hasta el último rincón. Si no lo jugaste en su momento deberías haberlo jugado mil veces en Playstation 4. Y si lo jugasteis, igualmente merece la pena, por menos de 20 pavos, recordar todo lo que hizo grande a esta joya de Naughty Dog.

 

¡Nos leemos!


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