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Entre Xbox One y PS4 importa más la imagen que el contenido

Un año casi vacío, y aún así...
Por Víctor Junquera

La enésima comparativa entre catálogos actual y futuro entre PlayStation 4 y Xbox One sigue haciendo que parezca raro que Sony lleve tantísima ventaja a Microsoft en esta nueva guerra de consolas, cuando en cuanto a prestaciones y servicios se refiere, la cosa se ha igualado bastante y ya no hay esa diferencia tan brutal que veíamos hace un año o medio entre ellas.

 

Y es curioso cómo a pesar de que Microsoft se esfuerza y parece estar muy lejos de dejar a Xbox One tirada como se temía cuando se cambió de CEO, el público sigue sin tener tanto interés en una máquina que va mejorando a medida que se quita lastres, se iguala a su competencia y aumenta su catálogo, mientras que PS4 sigue arrasando (salvo en Japón) cuando lo único que han cambiado desde el inicio ha sido quitar el DHCP y reducir la intensidad de la luz del mando.

 

Si hablamos de exclusivas, Wii U es la consola del año, pero entre PS4 y Xbox One, 2014 se decidirá con un Sunset Overdrive vs. ningún juego original.

 

Puede que ninguna de las dos esté para tirar cohetes y que aún estén lejos de poder ofrecer algo a la altura de lo que habían prometido en un comienzo, pero visto lo visto, la evolución de Xbox One ha sido más notoria. Vale que tenía más que mejorar, pero ni siquiera una vez igualados los factores determinantes para muchos e incluso con un catálogo más prometedor para los meses venideros Xbox One ha conseguido destacar más allá del boom inicial de la nueva generación. Cuesta recuperar la confianza perdida, y parece que importa más la imagen que el contenido.

 

Ambas consolas ya cuestan 400 euros de serie; las instalaciones y descargas son igual de molestas en las dos, tanto una como otra 'regalan' juegos con sus suscripciones premium y en ninguna de las dos los 'regalos' están al nivel de lo que hemos llegado a ver en el PSPlus de PS3 o Vita; ambas tienen prácticamente el mismo catálogo de juegos third-party con la excepción del torrente de indies de PS4 que se puede jugar en casi cualquier PC o en la misma Vita, y las diferencias técnicas entre esos juegos third no son tan determinantes. Es decir, sí, las cifras apuntan a que prácticamente todo es mejor en PS4 que en One, pero a poca gente se le ha visto decir que comprar algo a 1080p sea una diferencia abrumadora frente a los 792p. Podríamos decir que ya no hay grandes diferencias.

 

Sin embargo, la diferencia que más se tendría que notar, que es el catálogo de juegos exclusivos, casi no tiene peso alguno cuando hasta las declaraciones de Shuhei Yoshida evidencian que PS4 no va a tener mucho que ofrecer este año que no se pueda jugar en otro sitio.

 

(...) juegos como Destiny o The Last of Us HD, que es una experiencia nueva para mucha gente que no lo jugó en PS3 (...)"

 

Dos juegos que se pueden jugar en PS3 son el mayor arma para el 2014 de PlayStation 4, y ni siquiera se acuerdan (parece que nadie se acuerda) de que LittleBigPlanet 3 llega en noviembre, un mes después de Driveclub.

 

Pero por el otro lado, Xbox One tiene un Sunset Overdrive completamente original y cada vez más interesante, y Forza Horizon 2 (aunque éste también llegará a 360), dos juegos sin ninguna duda mucho más interesantes, pero no vemos a Phil Spencer hablando de que los mayores atractivos de la consola para este año serán Halo: The Master Chief Collection y The Evil Within (remasterización y juego third-party y cross-gen respectivamente con TLOU y Destiny).

 

Confianza ciega en Hideki Kamiya.

 

El futuro está más igualado, claro, y en esta carrera de fondo Sony tiene más equipos, más creatividad y más potencial para sacar adelante licencias que triunfen en todo el mundo, y PS4 ya se ha asegurado exclusivas de Hidetaka Miyazaki, Suda51 y Yoshinori Ono, pero Xbox One tiene a todo un Hideki Kamiya desarrollando Scalebound. Entre 2014 y 2015 la competición debería estar mucho más igualada de lo que está. Aún queda la Gamescom para que Microsoft nos termine de mostrar Quantum Break y Sony nos dé alguna sorpresa como siempre es habitual.

 

Aunque no pretendo engañar a nadie: si me preguntasen, a día de hoy todavía me parecería pronto para recomendar ninguna de las dos. Pero ni Xbox One está tan mal como parece ni PlayStation 4 está tan bien como demuestran sus ventas.


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