En Xenoblade Chronicles 2 quiero ser libre pero sin que me dejen serlo
Hay otra aventura para Nintendo Switch que tardará en llegar pero a la que le tengo muchas ganas. Xenoblade Chronicles 2. Me fascinó el primero por saber combinar una aventura lineal llena de espontáneas sorpresas que llegaban a través de su fauna. Todavía recuerdo desear escapar de las garras de la progresión natural del juego, moverme a la izquierda, encontrar unas ruinas y ser sorprendido por una gigantesca araña que aparecía de la nada, trepando entre los cascotes de un templo derrotado por el tiempo para saltar sobre mí e intentar devorarme.
Lo dicho, Xenoblade Chronicles me enamoró de principio a fin. Su mundo de juego era humilde, pero sabía brillar sin pretensiones con momentos como este muy bien medidos, pensados y entregados al jugador con arte. El videojuego se servía de una marcada linealidad para sugerir al explorador el orden de los descubrimientos, pero permitiendo tomar otras rutas y maravillarse al hacerlo. Es precisamente por eso por lo que no me gustó tanto Xenoblade Chronicles X, su marcado mundo abierto frenaba los desvíos a la acción lineal, porque los desvíos eran parte del corazón de su misma propuesta. Eso limitaba la búsqueda de sorpresas, porque esas ya estaban abiertamente preparadas en el desarrollo convencional del título.
Es por ello por lo que Xenoblade Chronicles X me pareció en general menos inpirado que el primero por tomar la decisión de quitarle aquellos ecos de linealidad del original. Me gustan los juegos de mundo abierto, pero para que el disfrute de la libertad sea pleno tiene que existir algo que quiera quitártela, y esa es la campaña sólida que le hace falta a un juego de estas características.
Viendo el trailer de presentación de Xenoblade Chronicles 2, viendo la montura sobre la que corre uno de sus héroes, el regreso de un personaje con peso, de algo que parece una Monado y cómo este héroe lanza su vista hacia el horizonte al finalizar el vídeo, creo que puedo esperar justo eso: una guía que obviar para disfrutar el mundo a mi ritmo.
¿No os ocurre esto a vosotros? Es irónico pero para disfrutar de un mundo abierto necesito una trama que me pida que no lo haga, para pasar sobre ella, sentirme libre al hacerlo y gozar entonces de la experiencia del juego. Eso es lo que le pido a Xenoblade Chronicles 2, ni robots grandes ni editores de personajes, solo la posibilidad de decidir ser libre, no serlo abiertamente.
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