¿En qué nos benefician los GOTY?
Los sistemas de puntuaciones son una jodienda. Para empezar, te obligan a introducir una determinada obra dentro de una escala en la que compartirá espacio junto con otras que son tanto mejores como peores que ella -hay muchos tipos de 7/10, por ejemplo- y además son algo que solo refleja tu percepción actual, una que puede variar con el tiempo y que seguramente lo haga. Sin embargo, también las considero necesarias en nuestro mundillo.
Nos ofrecen la posibilidad de enmarcar un videojuego dentro de unas cualidades rápidas (puedes verlas en el sistema de puntuaciones de esta casa) para que, a grandes rasgos, sepas qué encontrarás si pasas por caja ante un juego de 6 o uno de 8, aunque eso no se mencione en su respectivo análisis. Dan cierto orden entre tanto caos, aunque sea uno imperfecto. Partiendo de esa misma premisa, las listas de los GOTY serían algo similar. ¿O no?
Este año me ha dado por echar un vistazo a la mayoría de medios que han publicado sus listas de los mejores videojuegos y hay algo que suele reproducirse: generan tantas visitas como debate. Aunque es algo que también se percibe en los análisis, en 2017 he visto una discusión más intensa en relación a estos tops, al mérito del primero en ellas, al orden de las mismas y a aquellos que han quedado fuera, viendo un especial hincapié en dos olvidados por la mayoría: Divinity Original Sin 2 o Persona 5.
Resulta evidente que era imposible jugar a lo más interesante de los últimos doce meses, especialmente teniendo en cuenta la actual situación del periodista de videojuegos, pero no significa que no vayamos a hacerlo. Nuestro querido Rafa le está dando finalmente a Assassin’s Creed Origins y yo me estoy poniendo al día con Mario + Rabbids: Kingdom Battle y Life is Strange: Before the Storm, e imagino que ambos saldremos con una lista de los GOTY 2017 que apetecería revisar, pero ya está escrita. Y ahí quedará, para los restos.
Limitarnos a una lista de diez, reducirla o ampliarla no soluciona nada. Todo se resume en el tiempo del que uno dispone y a unos gustos que van variando, por eso creo que deberíamos tomarnos las listas de los GOTY como lo que realmente son: recomendaciones de lo que más nos ha gustado de enero a diciembre de cada año. No son sagradas escrituras ni sentencias, son un intento de que sepáis qué deberíais probar si no lo habéis hecho, pero si me preguntáis dentro de un año no os propondré lo mismo. Me quedo con ellas, aunque con el tiempo no coincida ni con las mías. ¿Y vosotros?
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