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En Final Fantasy X nadie caga ni mea. En todo Spira no hay ni un solo cuarto de baño

La gran diferencia entre JRPG y WRPG
Por Adrián Suárez Mouriño

Cuando estaba estudiando el grado de arquitectura tenía una asignatura llamada ‘Proyectos’. En ella teníamos que diseñar un poco de todo: hoteles, hospitales, casas… Lo que más me tocaba las narices de esta materia era colocar los baños, siempre acababan quedando como ‘granos’ puestos sin gracia en medio de mi fabuloso proyecto.

 

Por culpa de esa asignatura, siempre que voy a ver algún edificio en el que prima el diseño, como un museo, lo primero que busco es cómo y dónde están puestos los baños. Me gusta reafirmarme en que no solo a mí se me daba mal tener que poner aseos en un proyecto. Esta tontería mía se ha extendido a mi actual labor de analista de videojuegos (sí, lo de ser arquitecto no me dio para vivir), lo que choca con mi gusto con los JRPG y las producciones japonesas en general, ¿y por qué? Pues porque en los hogares virtuales de las casas de los juegos de rol asiático no hay baños.

 

No, amigos y amigas. No hay un videojuego japonés de rol en el que haya un cagadero decente en una casa. Ni siquiera hay un triste agujero en el patio de atrás para que uno haga sus necesidades. Lo primero que hago cuando empiezo un JRPG es buscar el aseo de en el hogar del protagonista. Y nada. Lo divertido es que cuando era un chaval leí un manga llamado Video Girl Len. En este spin off del fabuloso Video Girl Ai, el protagonista (varón) decía a viva voz que las niñas, seres angelicales ellos, ni meaban ni cagaban; así que, yo qué sé, será algo cultural este tema.

 

 

Esto me decepciona de un país que ha inventado el maravilloso wáter con chorrito para limpiarse el culo sin tener que usar el irritante papel higiénico. En Final Fantasy X hay un montón de templos para rezar, pero ningún trono en el que quedarse a gusto. ¿Dónde jugarán a Switch Tidus y los suyos?

 

Lo divertido es que hace poco que me dio por jugar a South Park: La Vara de la Verdad. Menudo juegazo. La gracia de este título de Obsidian es que hace una profunda lectura y una mofa mayúscula del género JRPG, reformulándolo. Pues bien, en este título sí hay baños e incluso minijuegos para lanzar nuestro tordito al mar. Cuando alguien me pregunte: ¿cuál es la diferencia fundamental entre un juego de rol occidental y uno oriental? Yo ya sé qué responderle.

 

Esto que os estoy contando aquí, pese a que os puede parecer una chorrada como un piano, para mí no lo es tanto. Los espacios de aseo determinan, en parte, los diseños de un lugar. Humanizan a los protagonistas y hasta facilitan features del juego, como guardar la partida. Su desaparición limita y cambia cómo entendemos una casa y el uso que le damos, los tránsitos por ella y hasta nos hablan de las culturas de todo un país. En Spira nadie mea ni caga, como en tantos otros videojuegos. Lo gracioso es que muchos de estos juegos sí tienen sistema de alcantarillado, ¿pero para qué? En fin. Confesiones de un arquitecto frustrado.


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