En defensa de los nuevos Pokémon
Como con cada nuevo juego de Pokémon, la misma cantinela de fans y haters por igual: "qué feos son los nuevos Pokémon". Comparto algunas de estas críticas normalmente porque es verdad que las nuevas criaturas de cada generación nos va llegando un poquito menos, pero creo que no es tanto por diseño sino por nosotros, que nos hacemos viejos, más completos como personas y vemos fallos donde antes también podría haberlos. Y sin embargo, los primeros Pokémon andan cubiertos con una capa de nostalgia que nos cubre los ojos.
No pasa nada, que los recuerdos de aquellos 150, 250 o incluso 335 bichos son bonitos y conviene tenerlos siempre presente. Algunas personas se quedaron en la primera generación, pero yo llegué hasta la tercer sabiéndomelos todos, para luego después dejar un poco de lado la saga y jugarla con menos ahínco que mi yo adolescente en DS y 3DS. Con Pokémon Sol y Luna, sin embargo, parece que me he reencontrado muchísimo con las criaturas y estoy especialmente entusiasmado con los nuevos bichos.
Con Pokémon X e Y, si os soy sincero, los bichos me dieron igual y no creo recordar ni un solo nombre nuevo de esa sexta generación. Recuerdo los gráficos y la historia más presente, algo en lo que se sigue avanzado en esta nueva séptima generación; pero de pronto, me he encontrado con que también me gustan los nuevos Pokémon. No entendía muy bien el por qué, pero creo haber dado con la razón de ello: están mejor diseñados que las dos últimas generaciones y cumplen un propósito.
Pensado en Minior, el Pokémon Meteorito, que es de tipo Roca y que tiene un envoltorio que está relacionado con su habilidad. Al entrar en acción la habilidad, su escudo cae y cambia su aspecto, dejando entrever el núcleo del meteorito. Es genial y su diseño es sencillo. Lo mismo con Mimikyu, cuya habilidad funciona también de escudo, aunque en este caso de una forma similar al ataque protección: el primer ataque que reciba no le hará daño, pero cambiará su aspecto.
El restro de criaturas anunciadas también responden un poco a este patrón lógico entre habilidad y aspecto, y eso me encanta. Aunque no todos las criaturas cumplen con este cometido tan a rajatabla, que se esté experimentando más con los Pokémon es algo que agradezco mucho y que me gusta aún más cuando se corresponde con diseños atractivos. Es algo que se retroalimenta y que anula las posibles pegas que se le puedan poner: si el bicho es algo feo es porque cumple un cometido. Bewear es horrible, pero su patrón de colores y su aspecto es desconcertante cuando ves que tiene tanta fuerza y te puede partir por la mitad.
Rehacer a los viejos conocidos con la Forma de Alola también me ha atraído un montón, pero soy un poco despistado y mi atención de momento está más centrada en las nuevas criaturas. Entiendo que en un futuro, formas de Kanto, Johto, Hoenn y demás áreas del mundo Pokémon pueden tener un interés brutal para evitar la continua expansión de las especies conocidas a la vez que se hace algo "nuevo", pero reinterpretar lo pasado me llama menos que ver cómo el futuro tiene más sentido del que esperaba.
Así que lo dicho, si os parecen feos los bichos de Pokémon Sol y Luna, vamos a pegarnos.
<< Anterior Siguiente >>