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Elite Dangerous: trucos jedis para enfrentarte al infinito

Prepara tu mente, joven padawan
Por Rafa del Río

Elite Dangerous es el prototipo de juego infinito, un juego que necesita una serie de trucos para preparar tu mente y tu conciencia para todo lo que vas a disfrutar. Más serio y sincero que No Man's Sky, más retador que Dark Souls, más roleable que The Elder Scrolls V: Skyrim y más creíble en su vasteda que cualquier otro juego que haya tenido el placer de jugar, dejando en un aparte al también aclamado Star Citizen, que aún no he tenido el placer de catar. Elite: Dangerous puede ser casi todo lo que quieres que sea, desde un capítulo de la Galáctica, Estrella de Combate que echaban en verano allá por los 80 hasta un pasaje de Star Trek, una batalla de Star Wars o un grueso puñado de páginas del Dune más puro, el de Frank Herbert.

 

No voy a hablaros de cómo es el juego porque esta semana tendréis, al fín, el análisis profundo de lo que significa jugar casi un mes a saco con él. Aquí voy a centrarme en cómo juega con la vastedad del espacio, las distancias y el paso del vacío, del espacio profundo, a las estaciones orbitales, los sistemas solares y los planetas y satélites aterrizables con sus propias distancias que dejan a nuestro querido planeta Tierra a la altura del betún. 

 

 

Lo más cercano al infinito que podrás experimentar

Elite Dangerous pone al alcance del jugador una Vía Láctea fielmente recreada a escala 1:1 y elaborada mediante algoritmos procedimentales que dan como resultado un vasto rincón del espacio que se traduce en 400 millones de sistemas solares, cada uno con sus planetas, cuerpos celestes, satélites, estaciones orbitales y sorpresas que van desde agujeros negros a super novas, estrellas... ¿Extrañas? en estado de fusión y un larguísimo etcétera que todavía, a día de hoy, ni siquiera los creadores saben en qué consisten. 

 

Sin ir más lejos, a principios de año, cuando el juego llevaba cuatro años en PC y dos en Xbox One, varios usuarios reportaban haber tenido contacto con vida extraterrestre, un par de meses después, otro usuario llamaba la atención sobre una estructura de origen alienígena en un planeta perdido en los confines del Espacio Profundo, y hace poco, otro usuario descubría la primera vida vegetal alienígena en forma de extraños árboles en una pequeña parcela de un satélite a la deriva. 

 

 

El truco de las rotondas

Frontier plasma su experiencia espacial parcelándola con una serie de trucos muy bien dispuestos para que no nos demos cuenta de que cada fase orbital tiene su propio espacio en las cargas y dando la sensación de que todos los elementos están conectados en todo momento, cuando en realidad se cargan -y calculan- por separado según nos vamos acercando utilizando una serie de técnicas que son, curiosamente, las mismas que tenemos que usar nosotros para enfrentarnos a su inmensidad. 

 

Elite Dangerous utiliza lo que yo llamo el Truco de las Rotondas, una técnica que hace que para cambiar de velocidad tengamos que utilizar una serie de mecanismos que, a modo de rotonda, nos preparan para el siguiente tramo bajando la velocidad del vehículo o, al contrario, poniendo a nuestro disposición un carril de aceleración para incorporarnos a la autopista del Hyper Espacio.

 

Así, cuando venimos del Hyper Espacio lo primero es decelerar y esquivar un astro, entrando así en velocidad de Súpercrucero y seleccionando nuestro objetivo. La velocidad de Súpercrucero tiene sus propias rotondas que debemos ir pasando con cautela, frenando según nos acercamos a nuestro objetivo para, o bien salir de fase a menos de mil kilómetros por segundo cerca de una estació orbital para entrar en su órbita, o bien descender sobre un planeta o satélite pasando a la rotonda de salida de vuelo orbital, de ésta a planeo por la atmósfera -o falta de ella-, y de ahí a velocidad crucero, aproximación y fase de aterrizaje, con un momento final que es el despliegue del vehículo terrestre.

 

elite dangerous alien

 

Es necesario preparar la mente

De primeras, Elite Dangerous resulta abrumador, pero ni una millonésima parte de lo que resulta cuando empiezas a profundizar y a entender todo lo que ofrece el juego. Todo eso del comercio, la piratería, los combates y demás está muy bien, pero lo que realmente le da el punto al juego,al menos para mí, es la exploración. Una exploración que te mueve a unas escalas nunca vistas antes en consola y que te obliga a preparar la mente para enfrentarte a sus dimensiones demenciales si queremos no volvernos locos o no pecar de ambiciosos y dejar el juego a medias.

 

La enormidad del juego nos obliga a tomarnoslo con calma y entenderlo, siguiendo la forma de desarrollo de Frontier, en fases o capas de distancia y velocidad. Para que os hagáis una idea: es posible que un sólo planeta tenga, de por sí, más superficie que el propio planeta tierra. Por mucho que aceleréis con vuestro vehículo terrestre o incluso con vuestra nave una vez en la superficie, es imposible recorrerlo en tiempos menores a días o semanas. Reales. Esto nos obliga a tomarnos el juego 'cacho a cacho', siguiendo, si queréis,el truco de las rotondas y preparándonos de la mejor manera posible para la actividad que vayamos a llevar a cabo. 

 

EliteDangerous3

 

Centrándonos en la exploración, por ser la más ambiciosa de las acividades a realizar, debemos hacernos lo más pronto posible con una nave con buena capacidad de carga y un buen hangar de vehículo terrestre -VRS-. Una vez decidido esto, lo mejor es tomarnos las cosas con calma e ir poco a poco: escanear sistemas en busca de planetas aterrizables, prepararnos en la estación orbital más cercana y, desde ahí, analizar los satélites y planetas aterrizables eligiendo con cautela uno que no tenga demasiada gravedad si no queremos que conducir el VRS sea un infierno, y que tenga buenas caracterísicas para la exploración. Una vez hecho esto, en ruta hacia el planeta, toca mentalizarnos con lo que vamos a encontrar, pasar de la escala interestelar a la estelar, de ésta a la planetaria y de ésta a la de superficie entendiendo que uno sólo de los mile de cráteres que vemos en el planeta puede tomarnos las horas que deseemos mientras buscamos minerales, robamos información o nos dedicamos a destruir drones vigía. Por no hablar del sueño de descubrir ruinas alienígenas y vida extraterrestre

 

Y esto es sólo un planeta entre los miles de millones que hay a nuestra disposición... 

 

Elite dangerous es gigantesco y corréis el riesgo de abandonarlo si intentáis coméroslo de un bocado en vez de ir degustándolo poco a poco. Estamos hablando de un juego en el que la comunidad ha tardado años en encontrar algunas sorpresas, y por ende un juego al que aún le quedan años por mostrar todo su potencial, pero esto no significa que sea aburrido, o imposible. Luchar en las facciones, comerciar, explorar,minar, o simplemente volar y practicar las rutinas de aproximación en busca de un sistema inexplorado son, de por sí, una auténtica maravilla, pero es una maravilla que hay que aprender a disfrutar. ¿Mi consejo? probadlo en casa de un amigo o alquiladlo unos cuantos días y dejad que haga su magia.

 

¡See you, Space Cowboys!


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