E3 2019 - Elden Ring o 'déjame hacer a mí el mundo y escríbeme tú los textos'
Elden Ring suena a reinicio, a volver a empezar, a recoger todo lo aprendido desde Demon´s Souls hasta Sekiro y regresar al RPG oscuro y visceral de siempre con nuevos trucos bajo la manga. En 2019, Hidetaka Miyazaki, el padre de las almas oscuras, ya se conoce mejor a sí mismo, sabe lo que quiere, sabe lo que le gusta y ha ejecutado una serie de experimentos jugables para mejorar los puntos débiles que él sabía que tenía como director y creativo.
Elden Ring nos devuelve a la customización del guerrero, a las multiclases, a la magia, a los reinos enfrentados, a reyes caídos y a un mundo roto, pero esta vez todo es más ‘a propósito’. Cuando From Software hizo el primer Dark Souls ni siquiera había pensado que en Dark Souls III el hijo de Gwyn iba a volar sobre un dragón de la tormenta, no tenía claro cómo permitirle al jugador mejorar sus armas y sus armaduras, y ni siquiera estaba orgulloso del remate de las storylines de sus personajes. Pero eso ha cambiado.
El nuevo proyecto del estudio comienza con una declaración de intenciones: Hidetaka Miyazaki construye el mundo y otro hace los textos; porque eso es lo que siempre le ha gustado a él. Y como en todos sus títulos, recoge lo aprendido de los anteriores para forjar un nuevo relato de muertes y resurrección.
Lo más llamativo es la cuestión de los brazos arrancados de quita y pon. Hemos visto en Sekiro el empleo de estas prótesis. Hidetaka Miyazaki habla de una profunda configuración a voluntad del personaje con builds más variadas, ¿y si no solo podremos cambiar la armadura de nuestro héroe, también sus partes del cuerpo? Eso explicaría a la guerrero que se coloca en su sitio su brazo derecho, también la multitud de brazos que se arremolinan al principio del trailer. Imaginaos quedarnos con los brazos, torsos y piernas de los bosses caídos en lugar de con sus almas, tiene todo el sentido del mundo. ¿Alguien ha dicho por ahí que esto es una referencia a Dark Souls 2?
Elden Ring nos lleva a un mundo consumido por culpa de la destrucción de un anillo. En la imagen promocional vemos varios anillos unidos, formando una cadena. Tiene sentido pensar que la aniquilación en fragmentos de esta sortija nuclear de este universo provoque cierta desunión cósmica, lo que facilite que los humanos también puedan separarse en partes y volver a unirse.
La presencia de George R.R. Martin, un tipo que no solo ha hecho Canción de Hielo y Fuego, sino que también ha guionizado y coordinado textos audiovisuales, le otorgará orden al conjunto de los relatos. El tío ama la tele, lo hará bien. Siendo sinceros, Hidetaka necesita a un buen sastre que le hilvane sus preciosas telas.
A Miyazaki le va a sentar bien trabajar con los mundos abiertos. Hay varios reinos en Elden Ring, y se espera que vayamos de uno a otro en el orden que nos dé la gana. Digo que le va a sentar bien porque, Hidetaka, más que hacer narraciones propone reconstrucciones. Me explico. Lo que en realidad hacemos al jugar a Dark Souls es reconstruir en nuestra mente una narración cerrada que ya se ha producido anteriormente. Esto le sienta estupendamente a un mundo abierto porque te libras de los grilletes de la coherencia de lo que va hacia adelante.
Esto lo sabe muy bien Breath of the Wild. El juego de Nintendo te pone en un instante de su universo en el que solo puedes descubrir qué ha sucedido y decidir realizar una acción (matar a Ganon) para que se avance, pero en el tiempo de juego la narración está detenida para que Link escale montañas, atraviese ríos y cocine. Creo que junto con Kojima, Miyazaki le aportará al género lo que necesita: sensatez y una forma de contar que se adapte a esta estructura de escenarios.
Por lo demás, todo bien: referencias a Berserk y a Dark Souls por todas partes y una ferrea voluntad de hacernos regresar a los tiempos de Demon´s Souls, solo que, ahora, ya sabiendo cómo hacer videojuegos como un maestro, no como un niño que tan solo quería plasmar lo que recordaba de los libros que leía en su infancia en un entorno interactivo. Hay muchas ganas de esto.
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