El nuevo iPod touch, un gran rival portátil
El nuevo iPhone no me dijo nada al comparar sus características con las de su antecesor, y menos aún al enterarme de los desorbitados precios que se van a poder ver por aquí a la espera de que las operadoras ofrezcan ofertas independientes. El cacharrito que me conquistó el corazón de toda la gama de nuedos dispositivos Apple que se presentaron en la pasada keynote fue sin duda el iPod touch de quinta generación. Tampoco revoluciona el mercado, pero reúne una serie de requisitos con respecto al modelo anterior que lo convierten en una máquina de matar. De matar consolas portátiles.
A día de hoy, App Store cuenta con 175.000 juegos disponibles. Vale, de esos, quizás solo se salvan unos pocos centenares, pero ya de por sí es un catálogo mucho más holgado que el de las vigentes máquinas portátiles. Y no me vengan con la milonga de que solo hay minijuegos y clones de Angry Birds. El catálogo actual cuenta todo tipo de géneros plagados de experiencias en profundidad. Echando un vistazo rápido a mi propio dispositivo, ahora mismo ando liado con perlas como la edición mejorada de Chrono Trigger, el genial Ghost Trick, el inmersivo juego de estrategia por turnos Call of Cthulhu: Wasted Land, el sorprendente RPG Ravencroft y el primer capítulo del The Waking Dead de Telltame. ¿Clones de Angry Birds? Tururú.
Puestos en situación, hay que regirse por las bondades intrínsecas de la máquina y su capacidad de matar varios pájaros de un tiro. Las consolas actuales ya no se pueden denominar portátiles en cuanto a su significado más puro. El modelo inicial de Nintendo 3DS pesa 250 gramos, y Vita llega a los 280. El nuevo iPod touch se queda en 88 gramos. Se cumple la premisa de poder llevarlo en el bolsillo de un pantalón normal, no en el de Miliki.
Tampoco me voy a meter en especificaciones técnicas. De hecho, odio las comparativas en ese ámbito, pues el movimiento se demuestra andado, y por muy poderoso que sea a nivel técnico un aparatejo, sin nada que echarle de comer se queda en el clásico “¡ey, mirad qué cacharro más chulo!”. El chip A5 integrado es el que utiliza iPad 2, y tras ver en movimiento cosas como Inifinity Blade II, creo que está servida en ese ámbito.
A medida que he ido desarrollando este textito lo voy viendo más claro por muy inconsciente y traidora que resulte mi preferencia, y si lo pienso. Eso sí, también hay que atenerse a las necesidades de cada uno. No me interesa jugar a un Metal Gear en la sala de espera del médico, y cuando estoy en casa y necesito experiencias lúdicas reveladoras echo mano del catálogo de máquinas “pesadas”. Aún así, los ejemplos que les he dado antes no son precisamente experiencias livianas. Habrá quien disfrute sentado en el sofá de su casa viviendo la misma experiencia que podría tener cogiendo el gamepad y encendiendo la tele que tiene enfrente. A mi no me compensa demasiado.
La puntilla la ponen sus posibilidades multimedia. La nueva cámara de 5 megapíxeles por fin permite sacar fotos en la que no aparezcan Caras de Bálmez como en los modelos anteriores, amén de poder grabar vídeos a 1080p y usar flash. Su conectividad WiFi permite una navegación clara y práctica, mientras que el parque de aplicaciones más allá del ámbito lúdico hace que podamos llevar en el bolsillo un pequeño ordenador. ¿Ah, que no tiene conectividad 3G? Hombre, para eso está el móvil. Bueno, no se lo cuenten a nadie, pero yo no tengo tarifa de datos. Uno, que es chapado a la antigua.
De veras, necesito a alguien que me haga abrir los ojos y me devuelva la ilusión por las consolas tradicionales más allá de los Marios y Uncharteds que me hacen vivir en este día de la marmota portátil. Quizás, y del mismo modo que me decanto por esta plataforma, me estoy dando cuenta de que ello no es debido a sus características en sí, sino a que éstas se adaptan mejor a mis necesidades. Al final todo se resume en eso: saber elegir, y siempre viene bien que haya un nuevo miembro más en la familia paa poder hacerlo.
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